
Si hay dos comunidades autónomas que tengan en el turismo su principal motor económico esas son Canarias y Baleares. La actividad turística representa para ambos archipiélagos más de la tercera parte de su Producto Interior Bruto (PIB) y las perspectivas que algunos organismos están dibujando para el sector por la crisis sanitaria del Covid-19 amenaza con destruir en España entre el 60% y el 80% de los ingresos previstos para 2020 si la desescalada no se acelera.
Según los cálculos de la Alianza para la Excelencia Turística (Exceltur), las pérdidas de actividad turística para Baleares se estiman que oscilarán en el presente ejercicio entre el 80,5% y el 95,2% en función de cómo y cuándo se implementen las medidas de desconfinamiento. En términos absolutos, esto supone entre 11.530 millones de euros y 13.520 millones de euros. En 2018, el PIB regional fue de 32.542 millones de euros.
La crisis amenaza el empleo de más de medio millón de trabajadores en ambas comunidades
Mientras, para Canarias, Exceltur pronostica un deterioro de su actividad que podría variar entre el 57,7% y 76,1%. Unos porcentajes que equivalen a entre 9.819 millones de euros y 12.645 millones de euros. En el caso de estas islas, su impacto se percibe inferior por los meses de enero y febrero, que recibe más turistas, y porque aún a partir de octubre, cuando presumiblemente la actividad debería empezar a repuntar, sigue siendo un destino muy visitado.
Baleares y Canarias, por tanto, tienen en riesgo ingresos turísticos por más de 26.000 millones de euros, lo que amenaza en consecuencia el empleo de más de medio millón de trabajadores en ambas comunidades.
Desde el sector privado se demanda al Gobierno que tome medidas para ayudar al turismo nacional y con una especial incidencia en el caso de los archipiélagos, toda vez que la única manera de llegar allí es a través de la vía aérea o marítima y se prevé que en los próximos meses aún haya múltiples restricciones a este tipo de transporte.
Gabriel Escarrer, presidente de Exceltur y vicepresidente de Meliá Hotels International, una de las grandes cadenas hoteleras españolas que están radicadas en Baleares, abogó el miércoles porque el Ejecutivo tome medidas en la línea todos los clientes nada más bajar del avión o del barco se hagan tests rápidos. En el caso de dar positivo, plantea que se les traslade a un hospital u hotel medicalizado.
Canarias recibió en 2019 un total de 13.147.009 turistas extranjeros y Baleares 13.680.923
La prioridad, defendida por Escarrer, que participó en una conferencia telemática organizada por Thinking Heads, ha de ser que estas comunidades autónomas puedan "enviar el mensaje" a los turistas internacionales, sobre todo, de que "están yendo a un lugar seguro".
Porque mientras que en la Península Ibérica se espera que progresivamente haya viajes de proximidad en fines de semana o puentes, las opciones para Canarias y Baleares en este sentido se limitan drásticamente. Máxime si se tiene en cuenta la dependencia de estas comunidades al turismo internacional. Canarias recibió en 2019 un total de 13.147.009 turistas extranjeros, mientras que Baleares 13.680.923, el 15,3% y el 16,3%, respectivamente, de todos los que recibió España.
Reino Unido y Alemania
Esta realidad es un problema mayúsculo porque existen serias dudas respecto a qué medidas adoptarán algunos de los países que se erigen en los principales emisores de turistas a las islas, como son Reino Unido y Alemania. El Gobierno germano ya ha abierto la posibilidad de restringir al máximo las salidas durante las vacaciones de verano de los ciudadanos.
Escarrer, que ha trasladado sus propuestas a la ministra del ramo, Reyes Maroto, insiste en la necesidad de generar confianza y, para ello, la mejor forma, a su entender, es multiplicar los tests. Defiende, asimismo, que todo ello ha de hacerse desde una perspectiva superior, mundial, o al menos, europea.
El mismo impacto que una guerra
Para Gabriel Escarrer, la crisis sanitaria por el Covid-19 y sus efectos sobre la economía "va a tener el mismo impacto que una guerra". "Nos enfrentamos a la desaparición de gran parte de nuestro tejido industrial en España, hoteles, transportes, ofertas de ocio, alquiler de vehículos, discotecas, bares, etc., con una posible destrucción de hasta 2,8 millones de empleos".
El vicepresidente ejecutivo de Meliá señala que "en esta crisis hay dos elementos que la distinguen: su globalidad, porque todos en mayor o menor medida estamos afectados; y el alto nivel de incertidumbre, un enemigo para los negocios". "Ni en las peores crisis económicas, ni tras el 11-S habíamos tenido tan escasa, por no decir nula visibilidad", lamenta.