
Un estudio elaborado por la consultora Nielsen desvela que la crisis provocada por el Covid-19, cuyo inició en la última semana de febrero, ha permitido al supermercado crecer un 21% y arrebatar 1.600 millones de facturación a la hostelería.
La directora general de Nielsen Iberia, Patricia Daimiel, desvela que todo el consumo que antes de la pandemia se estaba produciendo en colegios, restaurantes, y, en general, todo el consumo que se estaba produciendo fuera de casa, se ha trasladado a los hogares. Todo lo que se ha dejado de ingresar en el canal horeca se ha gastado en los domicilios particulares.

Un dato que también corrobora el director general de Fiab, Mauricio García de Quevedo. "Al comienzo de la alerta sanitaria provocada por el Covid-19 se produjo un importante incremento de la demanda de productos por parte de los consumidores, pero la actividad de la industria de alimentación y bebidas va más allá de la distribución y en ningún caso se compensan las pérdidas que está provocando el cierre del canal horeca, ya que muchas de nuestras empresas destinan la totalidad de su producción a este canal, y algunos sectores más del 80%", asegura.
El informe de Nielsen revela que durante el mes de marzo el crecimiento en volumen de productos de gran consumo y frescos, tanto en supermercados como en hipermercados, fue del 23,1%, mientras que el incremento online fue del 48%, tal como señala Daimiel, quien recuerda que veníamos de crecimientos en enero y en las tres primeras semanas de febrero del 3,6% en la citadas superficies comerciales y que en marzo se pasa al citado 23,1%, en tanto que el comercio online partía de crecimientos del 12%.
Daimiel comenta que las ofertas como, por ejemplo, el dos por uno, han desaparecido de las grandes superficies, "había algunas programadas, pero se tuvieron que dejarlas" porque las tiendas tienen que lidiar con el estocaje. "Ahora la mayor preocupación", añade Daimiel, es "tener los almacenes cubiertos, para que no se produzcan roturas de stock", ya que en algunos momentos de la crisis, la demanda ha llegado a ser hasta cuatro o cinco veces mayor.
Daimiel se refiere también a los incrementos que se están produciendo en algunos tipos de productos. Así, todos aquellos artículos relacionados con prevención y salud están creciendo un 32,5%, por su parte, los productos relacionados con el almacenaje, un 37,6%. En el caso concreto de las lejías y los desinfectantes, los incrementos han sido mayores, de hasta un 68%. Solo el papel higiénico lo hizo un 53% en marzo.
En Nielsen se refieren también a los productos que ellos denominan 'yo me quedo en casa', en donde están incluidos snacks en general, chocolates, cervezas, refrescos, vinos, licores, etc. Productos de indulgencia, en palabras de Daimiel, para cuando quedamos con los amigos de forma virtual, hacemos videoconferencias o vemos películas en casa.
En este apartado destaca también el crecimiento del 40% que han tenido los productos de repostería. En conjunto, los productos "yo me quedo en casa" crecen un 24%. En lo que se refiere a los productos frescos, que no son los que más se están almacenando, según la consultora, están creciendo también a doble dígito, más concretamente un 21,9%.
Recuperación
La directora general de Nielsen Iberia advierte de que una vez concluida la crisis sanitaria habrá que estar muy atentos a cómo salimos de ella. A su modo de ver, parece descartado que la salida vaya a ser en forma de 'V' o lo que es lo mismo, una caída muy brusca a la que le seguiría una salida muy rápida. Más bien tendremos que pensar en si la salida de la crisis va a ser en forma de 'U', que supondría una caída muy brusca, una ralentización durante un tiempo, y luego una salida también rápida; o en una salida en 'L', lo que implicaría una caída muy brusca y un periodo largo de estancamiento. En este sentido, Daimiel destaca que el sector del gran consumo es uno de los más resilientes, "ya al final tenemos que seguir comiendo" y el impacto posiblemente sea menor que en otros mercados.
Finalmente, a Daimiel le preocupa como le van a afectar los flujos migratorios a un país que como España, que tiene una población muy envejecida, puesto que todo indica que cada vez están llegando menos extranjeros. De confirmarse esta tendencia, recalca, el consumo tendrá problemas para seguir creciendo. Todo ello, además, en un entorno en el que pese a las subidas del precio de los alimentos, los costes de la distribución se están disparando en las últimas semanas.