
Los precios de los carburantes están en caída libre ante el fuerte descenso de las cotizaciones del petróleo. En apenas una semana, pese a la montaña rusa en la que se ha convertido la cotización del oro negro, ya se ha podido observar un fuerte descenso en los postes de las estaciones de servicio, que en algunas grandes ciudades como Madrid llegan incluso a los seis céntimos por litro para tratar de animar el consumo.
Según los últimos datos del Boletín Petrolero de la Unión Europea, el coste del litro de combustible ha caído a mínimos anuales y seguirá con su tendencia bajista en las próximas semanas.
El precio del gasóleo ha bajado un 1,6% con respecto a la pasada semana, hasta situarse en los 1,171 euros por litro frente a los 1,19 euros, retrocediendo así a su nivel más bajo desde enero de 2019.
En el caso de la gasolina, el precio del litro de combustible ha registrado un descenso del 1,23%, para marcar un precio medio de 1,277 euros frente a los 1,29 euros, lo que supone también su precio mínimo desde marzo del año 2019.
El conflicto entre Estados Unidos e Irán llevó al barril de petróleo a superar la cota de los 70 dólares y situarse en máximos
El año comenzó con precios mucho más elevados. Concretamente, a 1,32 euros para la gasolina y a 1,24 euros para el gasóleo. De este modo, llenar un depósito de 50 litros en enero costaba 66 euros, frente a los 63,5 euros actuales en el caso de la gasolina y en el caso del diésel se pasa de los 62 euros a los 58,5 euros por depósito.
La clave para esta gran diferencia es que a principios de año el precio de los combustibles estaba en máximos, tras la escalada en el precio del crudo por las tensiones en el conflicto entre Estados Unidos e Irán. El choque entre ambos países llevó al barril de petróleo a superar la cota de los 70 dólares, pero desde entonces el descenso ha sido constante, lo que supone que en un mes el gasóleo baja un 6,5% y la gasolina un 3,8%.
Debacle petrolera
Los precios del crudo se encuentran actualmente en sus niveles más bajos en más de un año, después del desplome registrado en la semana por la decisión de Arabia Saudí de inundar de crudo los mercados tras no alcanzar un acuerdo con Rusia para limitar la oferta petrolera ante el desplome de la demanda por el coronavirus, así como por la medida de Estados Unidos de suspender todos los viajes al país desde Europa que dio ayer de nuevo la puntilla pese al rebote que el crudo experimentó el pasado martes.
El barril de crudo Brent, de referencia para el Viejo Continente, cotizaba ayer jueves a 31,15 dólares, frente a los 64,3 dólares de media durante el año 2019. El West Texas se pagó a 33,78 dólares.
A pesar del desplome registrado por el petróleo, con una caída a la mitad en su precio frente a enero, el descenso en los precios de los carburantes no varía en la misma proporción, ya que no tienen una relación directa con la cotización del barril de crudo, sino que dependen de las cotizaciones de la gasolina y gasóleo en los mercados al por mayor, todos ellos en dólares.
Además, los precios publicados por el Boletín Petrolero corresponden a la media de los precios diarios de la semana anterior, por lo que existe un decalaje entre los precios publicados y los precios reales que como decíamos al principio han registrado un mayor retroceso.
En España la gasolina sigue estando más barata respecto a la media de la Unión Europea y la zona euro, donde el litro cuesta 1,366 euros y 1,410 euros, respectivamente, al mismo tiempo que el litro de gasóleo cuesta de media 1,255 euros en la UE y 1,271 euros en la eurozona. El menor nivel de precios finales con respecto a los países del entorno se debe a que España, pese a las subidas del IVA, a los mayores impuestos y a los gravámenes al biodiésel, sigue contando con una me-nor presión fiscal, en general, que la media comunitaria.
En el mercado se considera que pueda haber un rebote puesto que los precios actuales están por debajo del coste marginal de muchos de los mayores productores.
La UE Energy Information Administration espera una media de precios del petróleo para este año de 43,3 dólares para el brent, lo que supone una profunda corrección frente a su anuncio de 61,25 dólares del pasado mes de febrero. En lo que respecta al West Texas, las previsiones se han reducido desde los 55,71 dólares hasta los 38,19 dólares para este ejercicio.
En el mercado, no obstante, se considera que pueda haber un rebote puesto que los precios actuales están por debajo del coste marginal de muchos de los mayores productores. Estados Unidos, el mayor productor de crudo del mundo, espera una reducción de su producción para el 2021 de los 13 millones de barriles de este año hasta los 12,7 millones de barriles. Pese a todo, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, estaría barajando la opción de aprovechar la caída para incrementar las reservas estratégicas.
Los ganadores de una caída del petroleo
Los analistas de Fidelity consideran que la situación actual del petróleo puede beneficiar a los accionistas de Saudi Aramco, ya que la empresa garantiza a los inversores internacionales sus dividendos durante cinco años tras la OPV. Eso podría elevar mucho el atractivo de esta empresa, a medida que los rendimientos se compriman en otras clases de activos. Asimismo, la producción libia podría emerger en una mejor posición.
Si se acuerda un alto el fuego en la guerra civil en el país, la empresa petrolera estatal podría suministrar más del 1% de la demanda mundial a finales del segundo trimestre, lo que podría beneficiar a Repsol. No obstante, las compañías españolas, tanto Repsol como Cepsa, tienen en sus planes de negocio el precio del petróleo mucho más alto de lo que cotiza actualmente. Repsol lo tiene a 50 dólares y Cepsa a 40 dólares.