
El presidente de BBVA, Carlos Torres, se somete hoy a su segunda junta de accionistas. Todo parecería indicar que la asamblea iba a ser complicada para sus intereses debido al caso Villarejo, causa en la que el banco está imputado Pero el coronavirus ha trastocado todo y el encuentro anual será más plácido de lo previsto para el máximo responsable de la entidad.
Se prevé una mínima afluencia física de accionistas como consecuencia de la pandemia, lo que hace presagiar que Torres no tendrá que escuchar una retahíla de críticas y de interpelaciones por la gestión y las consecuencias de la supuesta trama de espionaje de la entidad entre 2004 y 2017 a políticos, empresarios y periodistas. Ni tampoco silbidos y protestas como en otras ocasiones, como en la junta del año pasado.
Por supuesto que habrá preguntar sobre este asunto, entre ellas una batería de cuestiones que plantearán los sindicatos, pero éstas en su mayor parte serán leídas por el secretario del consejo. Por ejemplo, desde CGT se va a hacer una serie de planteamientos en este sentido y se va reclamar que se depuren responsabilidades de directivos cuanto antes por la investigación.
El banco ha habilitado en los últimos días un canal para que los accionistas que así lo deseen realicen sus cuestiones, ya que ha recomendado que lo hagan a través de este canal y eviten acudir a la asamblea. Además, se espera que uno de los puntos centrales de la cita sea el coronavirus y los efectos que puede tener para el propio banco y la sociedad en general.
La pandemia ha dejado en su segundo plano la causa judicial a la que se enfrenta BBVA, por la que podría enfrentarse a sanciones y multas económicas tal y como viene advirtiendo desde hace meses.
El banco da por sentado que habrá una escasa presencia de socios, lo que aliviará la tensión que se vivió en la anterior junta. No obstante, en 2019 la asamblea discurrió con más normalidad de lo inicialmente estimado debido a que horas antes el anterior presidente, Francisco González dimitió de su cargo honorífico, renunciando así a todos los privilegios (entre ellos, coche oficial, despacho y secretaria).
Mapfre también celebra asamblea
Esta situación es sobrevenida, ya que la entidad en ningún momento pretendía que discurriera por estos parámetros, que serán replicados en el resto de compañías cotizadas en los próximos meses. De hecho, la de BBVA será junto a la de Mapfre la primera asamblea de accionistas que se celebre bajo las condiciones impuestas tras la alarma desatada por el Covid-19.
Es más el banco ha diseñado un plan para que todo transcurra con la máxima normalidad posible y que ningún socio vea mermados sus derechos legales. Pero, será completamente distinta, porque gran parte de los accionistas han tenido que delegar su voto, lo que aumenta indudablemente las posibilidades de que los puntos del orden del día (entre ellos la elección de nuevos consejeros propuestos y las remuneraciones a la cúpula) salgan adelante con mayores porcentajes de apoyo.