
Dentro de lo malo, lo menos malo. Este es el sentir general del sector financiero tras conocer las últimas medidas anunciadas el pasado jueves por el Banco Central Europeo (BCE). La banca auguraba un recorte más de tipos que no llegó y el endurecimiento de la facilidad de depósito de 10 puntos básicos se quedó por debajo de lo previsto. Las medidas no fueron buenas para el sector, pero sí menos opresivas dentro de un escenario de tipos bajos que lleva más de tres años presionando a la baja su rentabilidad. El BCE dio un respiro al sector, pero no una mejora de la situación. Las entidades ven cada vez más lejos el horizonte de la subida de tipos, "hasta que haya inflación", dijo el supervisor europeo, lo que puede significar hasta cuatro años más en el mismo contexto. La solución de la banca para mantenerse en pie pasa por cobrar a más clientes por los depósitos, aumentar las comisiones y seguir recortando gastos, según las patronales bancarias y altos ejecutivos del sector.
La idea del cobro por los depósitos a los clientes minoristas ronda como un espectro en el imaginario del sector. De momento, los bancos españoles ya cobran a los grandes clientes institucionales -como bancos y aseguradoras- por los depósitos, pero a medida que la facilidad se endurezca y los tipos sigan bajando también lo hará el tamaño de las compañías a las que se cobrará, según indican desde el sector.
El Banco Santander ya advirtió el pasado julio la posibilidad de cobrar a las empresas por las cuentas no operativas que tengan. Asimismo, mientras la negativa de las entidades españolas a cobrar a los particulares se mantiene, el Sabadell ya abrió la puerta este verano a hacerlo con los pequeños ahorradores. "En cualquier escenario con un cambio de paradigma como el que estamos viviendo, digamos que puede contemplarse", señaló el consejero delegado, Jaime Guardiola.
La banca tiene que trabajar desde todas sus líneas de la cuenta de resultados para ganar rentabilidad, no solo desde los ingresos, y eso significa recortar gastos. La Asociación Española de Banca (AEB) señala que es fundamental, en el actual escenario de tipos bajos, que las entidades "sigan mejorando su eficiencia, que pasa por una combinación de la continuidad de ajustes de gastos con aumento de los ingresos".
Recorte de la red
Avanzar en la digitalización se ha convertido en un factor clave para lograr este ahorro de costes. Sin embargo, la digitalización también requiere inversión, una tarea complicada para la banca pequeña y mediana sin diversificación internacional y cuyo grueso del negocio orientado a las hipotecas, que ven mermada su capacidad para generar ingresos. La mayor parte del ahorro de costes de las entidades se ha traducido en ajustes de personal y de la red de oficinas.
El Santander está terminando de ejecutar el ERE que afecta a 3.223 empleados, tras la integración del Popular, y cerrará 1.150 oficinas antes de fin año. CaixaBank hará lo propio con 2.203 empleados. Mientras, tanto Sabadell como Santander ya han anunciado también ajustes en la red de sus respectivos negocios en Reino Unido. En total, la banca española ha recortado un 32,7% el número de empleados desde la crisis hasta situarlos en 187.182 a diciembre de 2018 y ha clausurado el 43,55% de las oficinas, hasta mantener 25.755.
La tercera palanca del sector para generar ingresos es el cobro de las comisiones. Las entidades llevan realizando en los últimos años un ejercicio de concienciación en los clientes, que pasa por que el todo gratis ya no vale. Desde una de las grandes entidades apuntan que el objetivo es poder aportarle a los clientes valor que permita el cobro de los servicios.
Una de las principales líneas de actuación de la banca para elevar el cobro de comisiones procede de la gestión de los ahorros de los clientes a través de diversos productos como fondos de inversión. Este modelo de diversificación -con el correspondiente trasvase de los ahorros de los usuarios de los depósitos a los fondos- también supone un alivio para los clientes que sufren el bajo escenario de tipos a través de la nula o casi nula remuneración de los depósitos. La banca ha apostado en los últimos años por la diversificación del negocio a través de otros productos como los seguros.
Mientras el sector financiero español se mantiene aún prudente a la hora de cobrar comisiones a los clientes, el BCE empuja a hacerlo para sobrevivir. El vicepresidente del organismo, Luis de Guindos, tiró a las entidades españolas de las orejas este verano tras bajar estos ingresos a inicio de año, instándolas a cobrar más por los servicios para aguantar en el entorno de bajos tipos. Las otras dos recetas de Guindos para sobrevivir son ajustar personal y oficinas.