Durante el debate electoral celebrado el pasado lunes, Pedro Sánchez, presidente en funciones y candidato del PSOE, hizo un anuncio que sorprendió a propios y extraños. El secretario general de los socialistas expuso que, si se perpetúa en Moncloa cuatro años más, Nadia Calviño tendrá una vicepresidencia del Gobierno y será la responsable del área económica. Un compromiso que, de cumplirse, dejaría a María Jesús Montero fuera de un rol para el que parecía tener todas las papeletas.
Así lo indican fuentes cercanas a Ferraz, que afirman que la idea de que Calviño ocupe el cargo de vicepresidenta no es un conejo en la chistera que Sánchez se sacara durante el debate. Se trataría de una decisión meditada, con la que el presidente en funciones quiere dar más protagonismo a quien considera uno de los activos más valiosos de su Gobierno, sobre todo de cara a la Comisión Europea.
Además, así se compensa, entre comillas, a una Calviño que finalmente no ha accedido a un alto cargo en la Comisión Europea o en el Fondo Monetario Internacional (FMI). De hecho, a pesar de no estar en las listas del PSOE y ser independiente, la ministra de Economía y empresa en funciones ha mantenido durante las últimas semanas un papel mediático muy activo, multiplicando sus apariciones en medios de comunicación y foros públicos, respecto a las fechas previas de las elecciones generales del 28 de abril.
El papel de Montero
¿Qué papel depara Sánchez para Montero ahora? Las fuentes citadas dejan claro que el secretario general socialista tiene clara la importancia de la ministra de Hacienda en funciones, a quien se le ha llegado a considerar portavoz oficiosa del Gobierno. Es un valor en alza dentro del PSOE. Se asegura que su gestión no queda en el olvido, pero se admite que se desconoce cómo podría llegar a premiarla Sánchez, si no es con una vicepresidencia.
Cabe recordar que, en caso de que el PSOE continuara en Moncloa, se habían barajado más nombres para las vicepresidencias, que podrían ser varias, como ya ocurrió durante el último mandato de José Luis Rodríguez Zapatero. Después de la victoria socialista del 28 de abril -de nulo valor ya-, algunos de los nombres que se manejaron para dichos puestos fueron los de Carmen Calvo -que se hubiera mantenido en el cargo- y José Luis Ábalos - ministro de Fomento y secretario de Organización del PSOE-, a quienes en las últimas semanas se ha sumado Teresa Ribera, ministra para la Transición Ecológica y que se postularía para una vicepresidencia de cambio climático.
Ocho medidas
Sánchez puso sobre la mesa sus planes para Calviño durante su intervención en el bloque económico del debate, como parte de su estrategia para subir "el rango de la economía". El presidente del Gobierno en funciones, aunque admitió que hay un "enfriamiento" del crecimiento, lo cierto es que también afirmó que el impulso de la economía durante su mandato está siendo sólido.
Además recordó las medidas adoptadas en estos meses de Gobierno socialista -tales como la subida de las pensiones o el alza del salario mínimo a 900 euros- como ejemplo de su programa para la legislatura. Su objetivo, dijo, es "no recortar el Estado del Bienestar" y anunció también la creación de un ministerio contra la despoblación y el reto demográfico. Además, apuntó a que derogará la reforma laboral, aunque en esta ocasión no aclaró si se trataría de los aspectos más lesivos o de toda la norma. En fiscalidad, como viene siendo habitual en esta campaña, el socialista no concretó la reforma tributaria que ha venido prometiendo.
Durante el debate, Sánchez propuso un total de ocho medidas más si el PSOE sale vencedor de las elecciones del 10 de abril. Ente ellas, además de la designación de Calviño y la creación del citado ministerio, apostó por que, cuando no haya acuerdo en el Parlamento para investir a alguno de los candidatos, sea la lista más votada la que gobierne; una nueva asignatura sobre valores constitucionales en toda España, y también penalizar la apología del franquismo, incluyendo ilegalizar la Fundación Francisco Franco.
También protagonismo para Cataluña
Entre las medidas presentadas por Sánchez también hubo varias para abordar las situación de Cataluña, tema recurrente durante el debate. Concretamente, se comprometió a traer de vuelta a España a Carles Puigdemont para que responda ante la justicia, prohibir los referéndums ilegales y que los consejos de administración de las televisiones autonómicas sean elegidos por dos tercios de los parlamentos regionales, por los polémicos tratamientos informativos de TV3.