Desde hace meses, las personas cercanas a la primera ministra británica insitían en que su plan era llegar al Consejo Europeo de este jueves 21 para cerrar el 'acuerdo definitivo' del Brexit. Theresa May, efectivamente, llega a ese encuentro con todo en el aire. Pero la situación es la opuesta a la que deseaba: si no consigue que los Veintisiete autoricen una prórroga a la fecha de salida por unanimidad, Reino Unido se dirige a un Brexit caótico en apenas una semana. Y la UE hoy advirtió de que la extensión no le saldrá gratis. May deberá mover ficha si quiere conseguirla.
En un encuentro con los ministros de Exteriores de Francia y Alemania, el negociador jefe de la UE, Michel Barnier, explicó que los países miembros pedirán a May "algo nuevo" en su plan antes de aceptar una prórroga. "Los líderes europeos necesitarán conocer un plan concreto del Reino Unido" antes de aceptar una extensión, advirtió. "Extender la incertidumbre sin un plan claro aumentaría el coste económico a nuestras empresas", por lo que "es urgente que el Gobierno y el Parlamento británicos decidan qué quieren hacer", dijo Barnier.
Barnier también rechazó la posibilidad de una extensión corta para dar más tiempo a May para convencer a sus diputados de que aprueben su acuerdo. "Los países miembros querrán saber cuál será el proceso político detrás de la extensión, ya sea en la Cámara de los Comunes o a nivel nacional", explicó. Así, sugiere que los Veintisiete pedirán un debate parlamentario sobre alternativas al plan del Brexit actual, o bien unas elecciones o un segundo referéndum.
Entre las opciones sugeridas, la de acordar una dirección concreta para la futura relación comercial entre Reino Unido y la UE, algo que May llenó de ambigüedad a propósito. "Podemos hacer la declaración más ambiciosa si eso es lo que los Comunes quieren", señalando que abrían la puerta a un "acuerdo a la noruega". Precisamente, el líder de la oposición, Jeremy Corbyn, se reunió este martes con diputados defensores de esta opción, en la que él lleva tiempo insistiendo.
Pero Barnier lanzó un jarro de agua fría a uno de los planes propuestos por May en el Consejo de Ministros de esta mañana, según filtraciones a los medios, de una prórroga corta hasta junio prorrogable si May no aprueba su acuerdo para entonces. La UE no aceptará una prórroga más allá del 24 de mayo si el Reino Unido no participa en las elecciones europeas, para lo que el Reino Unido debería aprobar las leyes pertinentes antes del 12 de abril. Así, la fecha límite para intentar una última votación de su plan de salida es mucho más escasa.
Aunque, a estas alturas, ni eso depende ya de ella. El lunes, el presidente del Parlamento, John Bercow, anunció que no permitirá a May volver a presentar su plan por tercera vez sin cambios en su contenido, "negociados con la UE". Hoy, Bercow añadió que las conclusiones del Consejo Europeo deberán ser presentadas ante los diputados el próximo lunes como máximo, y cualquier extensión deberá ser autorizada por la Cámara.
Y todo depende aún de si su Gobierno sigue en pie para entonces. Según las filtraciones, un gran número de ministros de ambos aldos del Brexit amenazaron con dimitir según el tipo de extensión que pida a la UE. Cada día, aumentan las señales de que May va camino de sufrir un cisma en su partido si no decide dimitir antes. Y a estas alturas, nadie es capaz ya de hacer predicciones de ningún tipo.