Economía

El 'diálogo de sordos' entre May y la oposición deja el 'plan B' del Brexit en manos del Parlamento

  • Crecen las expectativas de un Brexit 'a la noruega'
  • El siguiente paso saldrá de la votación parlamentaria del día 29
Manifestantes frente al Parlamento británico. Foto: Reuters.

La ronda de conversaciones abierta por la primera ministra británica, Theresa May, para encontrar un acuerdo multipartidista en torno al Brexit parece haberse convertido en un 'diálogo de sordos'. Entre parálisis y líneas rojas, los focos cada vez apuntan más a las sesiones decisivas de las próximas dos semanas, en las que el Parlamento puede tomar el control sobre el proceso, dejando a un lado a los líderes de los principales partidos.

Inmediatamente tras superar la moción de censura por un estrecho margen, May anunció que abriría una ronda de negociaciones. Pero las buenas intenciones se vieron sobrepasadas por un aluvión de líneas rojas. El líder de la oposición, Jeremy Corbyn, anunció que se negaría a sentarse siquiera a dialogar salvo que May descartara la posibilidad de salir sin acuerdo. Pero la primera ministra no puede hacerlo sin arriesgarse a sufrir una fuerte fractura en su partido, dado que al menos una cuarta parte de sus diputados desea precisamente ese escenario.

En su lugar, Corbyn publicó una carta abierta en la que insiste en una unión aduanera y una "relación cercana con el Mercado Común", una solución 'a la noruega'. Pero May rechazó esa posibilidad, alegando que, en su opinión, salir de la UE implica tomar el control de la política comercial de forma independiente a Europa.

El enroque de ambos líderes ha causado protestas por ambos lados. El ex primer ministro laborista Tony Blair criticó a Corbyn por no sentarse a hablar con May pese a haber sido invitado durante una "emergencia nacional". El actual líder izquierdista pidió en una carta a sus diputados no hablar con ningún miembro del Gobierno mientras May no cediera, pero al menos dos de ellos le ignoraron. Y mientras, algunos diputados opositores salieron de Downing Street criticando a May por reducir su diálogo a "leer de un guion sin aportar ideas nuevas", según Sky News.

De hecho, según explicó Caroline Lucas, la líder del Partido Verde, tras salir de su reunión, May solo quería "saber por qué" los diputados habían votado en contra de su acuerdo con la UE, en el que seguía insistiendo como "la mejor solución". "Le pregunté si estaba dispuesta a hacer cambios a sus líneas rojas y no respondió", se quejó la diputada en declaraciones a la prensa.

Movimientos por detrás

Sin embargo, ante la parálisis pública, los movimientos por detrás se intensifican. En una llamada con 11 líderes empresariales, el ministro de Hacienda, Phillip Hammond, aseguró este mismo miércoles que el Gobierno está buscando formas de "quitar de la mesa" la posibilidad de un Brexit sin acuerdo, según una filtración de la conversación al diario The Telegraph. Además, Hammond apuntó a una propuesta del diputado 'Tory' Nick Boles que obligaría al Gobierno a prorrogar el Artículo 50 para extender el plazo de salida.

Todas las miradas están puestas sobre la sesión del próximo día 21, cuando May presentará su 'plan B', pero especialmente en la del 29, en la que el Parlamento decidirá en una serie de votaciones qué camino tomar.

Una de las posibilidades sobre la mesa es la de que May acepte un 'plan a la Noruega', como pide Corbyn, pero solo después de que una amplia mayoría de diputados vote a favor el día 29, para así intentar calmar al ala más radical de su partido alegando que se limitaría a cumplir la voluntad del Parlamento. Filtraciones de Downing Street a diversos medios de comunicación indican que el Gobierno estaría trabajando en un plan sobre la unión aduanera, pero sin querer anunciarlo públicamente.

Y, quizá más significativamente, el Gobierno ha publicado un estudio sobre la posible convocatoria de un segundo referéndum, una de las demandas de al menos ya 150 diputados -un cuarto del Parlamento- de diversos partidos. Según las estimaciones del Gobierno, se tardaría un año en aprobar las leyes y celebrar la votación, aunque el líder del los Liberal-Demócratas, Vince Cable, ha asegurado que se podría hacer "en la mitad de tiempo".

Precisamente, una encuesta de YouGov tomada tras la derrota de May el pasado martes señala que los votantes apostarían por permanecer en la UE por 56% a 44%. Por improbable que parezca, la posibilidad de un segundo intento sigue en juego.

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