No va a ser una 'noche de paz' en la Casa Blanca. El presidente estadounidense, Donald Trump, atraviesa unos días con más frentes abiertos incluso de lo que es habitual en su administración. En lo económico, Wall Street rubricó la semana pasada su peor desempeño semanal en una década, y Trump mantiene que es todo culpa de la Reserva Federal y de la nueva subida de tipos de interés que implementó hace unos días.
"El único problema que tiene nuestra economía es la Fed. No tienen dotes para el mercado, no entienden las necesarias guerras comerciales o un dólar fuerte o incluso los cierres (de Gobierno) demócratas por la frontera. La Fed es como un buen golfista que no puede marcar porque no tiene toque, no puede golpear en corto", ha afirmado Trump en su cuenta de Twitter.
The only problem our economy has is the Fed. They don't have a feel for the Market, they don't understand necessary Trade Wars or Strong Dollars or even Democrat Shutdowns over Borders. The Fed is like a powerful golfer who can't score because he has no touch - he can't putt!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) 24 de diciembre de 2018
El organismo liderado por Jerome Powell - un nombramiento del propio Trump - volvió a subir los tipos de interés hasta el rango del 2,25 y 2,5%, en lo que supone su novena subida del precio del dinero desde el año 2015. Estos incrementos no gustan a los inversores, puesto que en teoría sirven para frenar el crecimiento económico y no permitir que la inflación campe a sus anchas.
Trump ha criticado en reiteradas ocasiones la gestión de Powell al frente de la Fed desde que este decidió subir los tipos por vez primera. De hecho, varios medios estadounidenses señalaron la posibilidad de que el presidente cese al presidente del banco central, algo desmentido por su secretario del Tesoro.
Al mismo tiempo, Trump se enfrenta a otros frentes de gran calado, en buena medida causados por su propia gestión: ha adelantado el cese de su secretario de Defensa, James Mattis, por su desacuerdo sobre la retirada de tropas de Siria; ha llevado al Gobierno Federal a su cierre ante la negativa de los demócratas de dedicar 5.000 millones de dólares a la construcción de un muro con México; y el desempeño de algunos de los grandes indicadores económicos ya es peor de lo esperado.
Todo ello a apenas unos días de que los republicanos pierdan el control de la Cámara de Representantes, que pasará a manos de los demócratas, quienes previsiblemente pondrán aún más palos en las ruedas a la gestión del magnate neoyorquino.