
Jornada complicada para Theresa May. La desaprobación al acuerdo del Brexit con una oleada de dimisiones cerca a la primera ministra y los euroescépticos, con el diputado conservador Jacob Rees-Mogg a la cabeza, han confirmado la petición a su grupo parlamentario para que la primera ministra británica, Theresa May, sea sometida a una cuestión de no confianza (el equivalente en España a una moción de censura). Se necesitan 48 apoyos para sacar a adelante la medida (más del 15% de los escaños que tienen los tories en la Cámara de los Comunes) y posteriormente se precisaría que 158 diputados de los 315 parlamentarios 'tories' voten en contra de ella para destituir finalmente a la primera ministra.
Jacob Rees-Mogg, que encabeza a unos cincuenta parlamentarios del denominado European Research Group, ha confirmado que enviará una carta con esta solicitud al presidente del grupo parlamentario del Partido Conservador, Graham Brady, para promover la elección de un nuevo líder.
Por su parte, y pese a los últimos acontecimientos, el portavoz de May ha dicho que la primera ministra aún espera seguir dirigiendo Reino Unido cuando el país abandone la UE el próximo 29 de marzo.
Los tambores de rebelión se producen después de la marcha de varios representantes de Gabinete de May. El primero en dar la espantada ha sido el secretario de Estado británico para Irlanda del Norte, Shailesh Vara. Sin embargo, la sorpresa no llegaría hasta la marcha del ministro para el Brexit, Dominic Raab. Un auténtico mazazo para la premier a la que le seguiría la marcha de la ministra de Trabajo, Esther McVey, y varios altos cargos del Gobierno británico.
Así las cosas, las salidas de estos representantes dejan en situación precaria al dividido ejecutivo de May. Raab es el segundo secretario de Brexit en renunciar a los planes de May para abandonar la Unión Europea, un divorcio que supondrá el mayor cambio en la política británica en más de 40 años. Tras esta decisión, algunos sugirieron que Raab podría posicionarse como candidato a suceder a May.
"Más que nada, no puedo conciliar los términos del acuerdo propuesto con las promesas que hicimos al país en nuestro manifiesto en las últimas elecciones", indicó Raab.
Today, I have resigned as Brexit Secretary. I cannot in good conscience support the terms proposed for our deal with the EU. Here is my letter to the PM explaining my reasons, and my enduring respect for her. pic.twitter.com/tf5CUZnnUz
— Dominic Raab (@DominicRaab) 15 de noviembre de 2018
"Se trata, en el fondo, de una cuestión de confianza pública", agregó el secretario de Estado, cuyo cargo equivale al de ministro en otros países. "No puedo apoyar el acuerdo propuesto".
A menos de cinco meses para que el Reino Unido abandone la UE el 29 de marzo, las renuncias ponen en duda la estrategia de May para el Brexit. Los líderes de la UE están listos para reunirse el 25 de noviembre con el fin de firmar el Acuerdo de Retirada, pero en Londres la situación del Ejecutivo es dramática y algunos diputados expresan sus dudas sobre la supervivencia del Gobierno.
El Partido Laborista británico, principal grupo de la oposición, dijo que el Gobierno se estaba "desmoronando". "Theresa May no tiene autoridad y es claramente incapaz de entregar un acuerdo para el Brexit que cuente ni siquiera con el apoyo de su gabinete, por no hablar del Parlamento y la gente de nuestro país", dijo Jon Trickett, miembro del equipo principal del líder laborista Jeremy Corbyn.
Raab dijo que el plan de May amenazaba la integridad de Reino Unido y que no podía apoyar un acuerdo de salvaguarda indefinido
Raab, de 44 años, fue designado para desempeñar el cargo de secretario del Brexit en julio de este año tras la renuncia de su predecesor David Davis, quien también renunció en protesta por la estrategia de May para el Brexit. Entre las principales críticas de Raab al acuerdo de May, el ya exministro considera que la búsqueda de una unión aduanera con la UE sería el "punto de partida" para las conversaciones sobre la futura relación con el bloque, "perjudicando gravemente" a Reino Unido en esa negociación.
El exministro para el Brexit ha señado que el plan de May amenazaba la integridad de Reino Unido y que no podía apoyar un acuerdo de salvaguarda indefinido -para evitar un regreso a una frontera dura en la isla de Irlanda- en el que la UE tenga un veto sobre la capacidad de Reino Unido para abandonarlo.
El acuerdo de salvaguarda entrará en vigor si un futuro acuerdo comercial no impide el regreso de una frontera dura entre la provincia británica de Irlanda del Norte e Irlanda, miembro de la UE. Este tema ha sido el principal escollo no solo para un acuerdo con el bloque, sino para cualquier acuerdo entre los principales ministros de May.
El apoyo al Gobierno, en el aire
El Partido Unionista Democrático de Irlanda del Norte, del que depende May para su mayoría parlamentaria, ya había amenazado con retirar su apoyo al Gobierno si la salvaguarda significaba que el territorio de Irlanda del Norte era tratado de manera diferente al resto de Reino Unido.
"Ninguna nación democrática se ha obligado a regirse por un régimen tan extenso, impuesto externamente sin ningún control democrático sobre las leyes que deben aplicarse, y sin la capacidad de decidir abandonar el acuerdo", señaló Raab en su carta de renuncia.
"Ese acuerdo también se toma ahora como punto de partida para negociar la futura asociación económica. Si aceptamos eso, perjudicará gravemente al Reino Unido en la segunda fase de las negociaciones".
Los euroescépticos en el partido de May temían que la primera ministra llevara a Reino Unido hacia una unión aduanera con la UE, algo que, según ellos, significaría que el Brexit sería solo nominal. Nigel Dodds, el líder adjunto del Partido Democrático Unionista, aplaudió las salidas de los ministros y los elogió por defender "la Unión".