Economía

El Pacto de Toledo se abre al modelo vasco de planes de ahorro en empresa

  • Se debate la gestión de fondos por parte de entidades con o sin ánimo de lucro
Foto: Dreamstime

Los planes de pensiones complementarios han entrado de lleno en la negociación del Pacto de Toledo. Si hace una semana, el debate estaba en la propia conveniencia de impulsar los sistemas de ahorro privados, a día de hoy parece existir un consenso amplio sobre los correspondientes al segundo pilar: el ahorro a través de la empresa.

Parece que la mayoría de los grupos vería con buenos ojos exportar al resto de España el modelo vasco de Geroa planteado en el seno de la comisión por parte del PNV. Sin embargo, el debate está en los extremos de implantación de la propuesta. Las claves troncales de los exitosos planes de empresa vascos están por un lado en la gestión por parte de entidades sin ánimo de lucro, lo que "imprime un carácter social" a este tipo de ahorro, y por otro lado en la tutela del sector público, a través de una normativa que acote los criterios de gestión en términos de inversión para garantizar la rentabilidad de los ahorros.

Sin embargo, el modelo que se aplica actualmente en las pocas compañías nacionales que cuentan con estos planes de ahorro es de aportaciones gestionadas por entidades con ánimo de lucro, como es el caso del plan de los trabajadores de Telefónica, gestionado por el BBVA. En este sentido, aunque el PSOE considera este debate un desvío de la negociación sobre cómo afianzar el sistema público -tarea encomendada a los grupos del Pacto de Toledo- es partidario de que convivan ambos modelos de modo que las empresas, autónomos o mutuas sectoriales se acojan al que consideren oportuno.

En este extremo, tanto Podemos como ERC y Compromís rechazan que se esté tratando en el seno de la Comisión la incorporación de sistemas alternativos, ya que el objetivo es "garantizar y potenciar el sistema público", aunque deslizan que se encontrarían más cómodos en una Recomendación 16 que de facto distinguiese entre el segundo y el tercer pilar -correspondiente a los planes de pensiones individuales- y que en el segundo de ellos se imprima un carácter social, ya que el terreno de las desgravaciones al ahorro individual parece intransitable.

Del mismo modo, y con menos éxito, el PDeCat planteó que estas aportaciones en el marco de la empresa las realice el trabajador de forma obligatoria, y gestionada por agentes privados, tal y como ocurre en el modelo de Reino Unido. De otro lado, desde Ciudadanos se propone también sin gran acogida que estas retenciones sean atribuidas a una cuenta individual pero recaudadas y gestionadas en última instancia por la Tesorería de la Seguridad Social, en lo que se acercaría a un modelo de cuentas nacionales.

Por otro lado, PP y Cs llevarán en los próximos días una redacción sobre el tercer pilar -el de ahorro privado e individual- en el que presumiblemente propondrán avanzar en las desgravaciones a los planes de pensiones, pero que está lejos de convencer al resto de grupos. De hecho, en este punto, tanto Podemos como ERC y Compromís estarían dispuestos a emitir un voto particular de disconformidad con el planteamiento.

Negociaciones discretas

Con todo ello, la negociación sobre la reforma de pensiones toca cada vez más a su fin, en el Pacto de Toledo y en lo que al documento de recomendaciones se refiere, por lo que los grupos intensificarán las reuniones, pero con un marcado carácter de privacidad, con el objetivo de no elevar el tono de las disensiones y llegar a un puerto antes de que finalice el año.

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