El Comité de Política Monetaria del Banco Central de Turquía ha decidido mantener los tipos de interés en el 24% en la reunión de octubre, un movimiento que llega tras la fuerte subida de tipos que la institución implementó en septiembre para luchar contra la inflación y la fuerte depreciación de la lira.
Turquía vive momentos convulsos tras sufrir fuertes salidas de capitales durante y tras el verano, que han llevado a la lira a hundirse contra las grandes divisas del panorama internacional. Este movimiento de la divisa turca junto con otros factores (como la subida del petróleo) han llevado a la inflación a situarse en el 24,52%.
El elevado crecimiento de los precios deja los tipos de interés reales en negativo. Este indicador se calcula restando a los tipos nominales (en el 24% ahora mismo) el nivel de inflación. Esto quiere decir en jerga técnica que la postura de la política monetaria es expansiva.
Esta decisión se produce después de que la institución monetaria decidiese elevar el pasado mes de septiembre los tipos de interés del 17,75% al 24%, lo que supuso un incremento de 625 puntos básicos, mucho más de lo que esperaban los analistas.
Desde que se tomase esa decisión sobre tipos, la lira se ha apreciado un 11,4% contra el dólar. Parece que las turbulencias en los países emergentes han perdido intensidad a pesar de la persistente fortaleza del dólar y de que la Reserva Federal (Fed) haya anunciado que va a mantener su hoja de ruta sobre subida de tipos de interés.
En la jornada presente, la divisa turca cotiza al alza y se sitúa por encima del nivel de los 0,1755 dólares por unidad. Cabe recordar que la lira marcó sus mínimos históricos contra el dólar en agosto de 2018 tras caer hasta los 0,1453 dólares por unidad.