
Los últimos datos de la economía británica están ofreciendo un relajamiento del impacto del Brexit, cuando han arrancado las negociaciones. Tras registrar los últimos meses de un fuerte retroceso del consumo, las ventas minoristas de junio subieron un 0,6%, por encima de las previsiones más optimistas, que se une a una caída de la inflación en junio. Los precios minoristas descienden cinco décimas al 2,7%.
El verano en Reino Unido ha traído buenas noticias para la economía. El consumo repuntó con fuerza en junio, principalmente por la venta de ropa, incrementándose un 0,6%, tras la fuerte caída registrada en mayo. Las ventas excluyendo los combustibles ascendieron un 0,9%.
El consumo vuelve a niveles de principio de año, antes de un primer trimestre catastrófico para la economía británica. En términos trimestrales las ventas subieron un 1,5%, frente al descenso del 1,4% del primer trimestre.
Casi todas las categorías subieron en junio, un mes marcado por la campaña de verano del sector textil, al que ayudo las altas temperaturas. El gasto en ropa ayudó a elevar las ventas de los grandes almacenes un 2,7%. Este comportamiento compensó el descenso en los alimentos, que fue del 0,5%, lastrados por las bebidas alcohólicas.
Relajamiento en los precios
Los datos ofrecidos por Oficina Nacional de Estadística también ofrecen referencias sobre los precios en el sector. Los precios medios de las tiendas (incluidas las gasolineras) aumentaron al 2,7%, cinco décimas menos que en mayo, gracias al descenso de los carburantes. Un descenso que viene seguido de la primera caída de la inflación desde octubre de 2016 en junio.
El IPC cayó tres décimas en junio al 2,6%, en un momento clave para la política monetaria del Banco de Inglaterra. El repunte del consumo y la caída de precios ofrecen una tregua al BoE que se reunirá el próximo 3 agosto para decidir sobre tipos y publicar nuevas previsiones económicas. En el pasado encuentro, los miembros del banco central votaron 5 contra 3 para mantener sin cambios los tipos, pero el gobernador Mark Carney avisó que la institución estaba preparada para endurecer su política monetaria si continuaban subiendo los precios. El banquero advirtió que la inflación podría superar el 3% en lo que queda de año.