
El gobierno de Angela Merkel tiene clara una cosa en las negociaciones con Reino Unido sobre el Brexit: Europa debe prevalecer. La primera ministra Theresa May y su gobierno están tratando de atraer a sus posturas a diversos miembros de la Unión Europea con el objetivo de conseguir un mejor acuerdo tras abandonar la unión. Sin embargo, desde Alemania quieren que quede claro que los británicos serán un "tercer país" y cualquier acuerdo tendrá que ser en peores condiciones de las que hubiera tenido Reino Unido de permanecer en el bloque comunitario.
La estrategia de May comenzó por el Este. Países como Letonia, Lituania, Estonia. Eslovenia y Eslovaquia son desde principios de año objetivo diplomático de Reino Unido, quien ha aumentado sus efectivos en esos lugares para conseguir una postura más cercana a sus intereses. Para ello, están jugando dos bazas: la seguridad (con Rusia siempre de fondo) y las finanzas. De ahí que May haya prometido mantener inversiones militares en esos países y haya ofrecido seguir enviando fondos: un precio pequeño a pagar a cambio de su 'favor' en las negociaciones.
Más difícil parece el otro frente que ha abierto Reino Unido, aunque de momento haya sido solo a través de filtraciones: España, al que se considera desde Downing Street como el candidato más propicio para sus intereses de los cuatro grandes (Alemania, Francia, Italia).
Desde las islas británicas se confía en que Mariano Rajoy priorice los intereses económicos (sobre todo el turismo) sobre el espinoso tema de Gibraltar, territorio sobre el que España quiere un régimen de co-soberanía tras el Brexit. Un punto importante es el estatus de ciudadanos que viven en territorio del otro, asunto que según algunas fuentes habría ya principio de acuerdo entre May y Rajoy.
Alemania quiere unidad en la UE
Ante estas maniobras británicas, Alemania está preparando su respuesta. Merkel ya ha ordenado a sus ministerios y funcionarios que el principal objetivo es evitar que May divida a la Unión Europea. Nada puede hacer que los beneficios de siete décadas de paz e integración se quiebren en las negociaciones.
Para lograr un mensaje unitario y claro, el ejecutivo ha repartido un memorando de seis páginas entre sus funcionarios con los mensajes que se deben enviar, empezando porque Alemania "lamenta" que Reino Unido decidiera abandonar la UE. En ese documento, preparado por el ministerio de Asuntos Exteriores alemán, también se incluye que "la prioridad más importante" durante y después de las negociaciones del Brexit es que la UE de los 27 permanezca unida.
"No debemos dejar que nos dividan", reza el mismo, con fecha de ayer, jueves 9 de marzo, y que está redactado tanto en alemán como en inglés, para que no haya dudas sobre lo que se quiere comunicar. Este documento llega precisamente en un momento clave para Europa, con la denominada 'Cumbre de la Unidad' que se está celebrando ayer y hoy en Bruselas, con todos los jefes de Estado (May no participará hoy).
Una cumbre que debía estar marcada por el consenso, pero que Polonia ha enfangado con su oposición a la reelección del también polaco Donald Tusk como presidente del Consejo Europeo, la institución que integra a todos los jefes de Estado o de Gobierno de la UE. La extraña posición de Polonia abre una grieta en la UE justo cuando Reino Unido busca ese tipo de oportunidades para lograr concesiones.
"El Brexit es una decisión británica. La lamentamos, pero la respetamos. (...) Nuestra prioridad principal es la cohesión y unidad de la UE y salvaguardar para el futuro lo que se ha conseguido con el marco legal y político común. La integración europea ha traído paz y prosperidad durante los últimos 70 años después de siglos de repetidas guerras en Europa", reza el memorando, que no obstante recalca los valores compartidos entre la UE y Reino Unido.
Postura de fuerza
May también ha visto a Merkel como una posible aliada desde el principio, especialmente por las grandes exportaciones de Alemania a las islas. Pero la canciller ya dejó claro a finales del año pasado que no estaba dispuesta a realizar un trueque de 'coches por bancos', en referencia a las principales industrias de ambos países. De hecho, a finales del año pasado fue notorio el 'portazo' que ordenó dar a los enviados británicos que desde un primer momento buscaban un Brexit a la carta que evitara el ahora más probable Brexit duro.
Pero en el documento preparado por el gobierno alemán queda muy claro que debe de haber una diferencia cristalina entre ser miembro de la UE y no serlo. Reino Unido no debe alcanzar un acuerdo de libre comercio que le sitúe en una posición prácticamente idéntica a la que tendría si siguiera permaneciendo en el club. Da igual el acuerdo al que se llegue: "El Brexit significará menos cooperación e integración en comparación con ser miembro de la UE" y Reino Unido será tratado como "tercer país", la definición que se da a los países no miembros.
Alemania no quiere medias tintas, Brexit significa fuera de la UE. "Por lo tanto, el Brexit se convierte en un paso atrás que tendrá consecuencias en el Reino Unido", asegura el documento filtrado a la agencia Bloomberg. A pesar de ello, la UE está preparada para ser "constructiva" y espera la misma "lealtad" por parte de Reino Unido.
De momento, los 27 han logrado una cierta unidad a la hora de encarar la situación creada por Reino Unido. Sobre todo, en el sentido de no querer iniciar conversaciones hasta que May active realmente el proceso de salida, algo que se ha comprometido a realizar este mismo mes de marzo. Además, la idea de que Reino Unido tiene que pagar un precio por salir de la UE es ampliamente apoyada por todos los miembros.
Primero Brexit, luego tratados
Lo que el gobierno de Merkel no tiene claro todavía es en qué momento se comenzarán a negociar los futuros acuerdos sobre la relación entre Reino Unido y la UE. De momento, Alemania apoya la idea del francés Michel Barnier, encargado de las negociaciones, que es esperar a que se culmine la salida del club, algo que cuenta con dos escollos importantes: la factura que debe pagar Reino Unido y el estatus de los ciudadanos europeos en Reino Unido.
Una factura que podría ascender a 57.000 millones y que amenaza con 'reventar' cualquier negociación. Uno de los últimos países que ha levantado la voz ha sido Irlanda, tradicional socio británico que ahora quiere ser hogar de acogida de los bancos y empresas que puedan eventualmente dejar Reino Unido. El primer ministro Enda Kenny avisó que "cuando firmas un contrato te comprometes y obviamente se va a determinar la cantidad de dinero".
Alemania también se suma a la petición de ir por partes. "En primer lugar, se tienen que cerrar los elementos de la salida británica. Solo entonces será posible negociar todas las cuestiones políticas, legales y económicas sobre la relación futura", añade el documento. Según el ya famoso artículo 50, Reino Unido tendrá dos años para dejar la unión, y hasta entonces, con acuerdo comercial o sin él, seguirá formando parte de la UE.
May ha dicho públicamente que confía en que en 2019 podría llegarse a un acuerdo comercial, pero los mensajes que recibe no van en la misma línea. El último, de Dinamarca. Anders Samuelsen, ministro de Exteriores danés, recordó esta semana que un pacto de este estilo podría llevar hasta 15 años.
"Esto incluye todos los derechos y las obligaciones, incluyendo lealtad a la política comercial de la UE", recuerda el gobierno alemán.