Economía

Una semana de hotel en Estambul, Roma o París ya es más barato que en la costa cantábrica

Turistas esperando para hacer el check in en un hotel | Foto: EP

En la segunda quincena de agosto son miles de españoles los que empiezan sus vacaciones. Aunque un poco rezagados, ya tienen reservados los vuelos, el hotel, las entradas a sitios turísticos de interés... y seguramente se hayan dejado una fortuna. A pesar de que muchos optan por quedarse en España para gastar menos, lo cierto es que una semana de vacaciones en nuestro país les puede salir más caro que si viajasen a Lisboa, Estambul, Berlín, Roma o París.

Así se extrae del último estudio de Roams, que revela que hay destinos internacionales que resultan más económicos para pasar una semana de vacaciones que muchas provincias, en este caso, del norte de España. La diferencia es tal que veranear en Estambul cuesta 1.811 euros menos que en Guipúzcoa, donde el gasto total ascendería a 4.438 euros.

Y no solo Estambul. Otras capitales europeas como Lisboa, Berlín o Roma también se sitúan por debajo del gasto medio de varias provincias del norte españoles, tales como Vizcaya, Asturias, Cantabria o Guipúzcoa. Por poner un ejemplo, mientras veranear en Lisboa cuesta 2.512 euros, en Cantabria el gasto aumenta hasta los 3.396 euros.

"Hay un mito muy extendido que dice que viajar fuera de España en verano es mucho más caro, pero los datos lo desmienten", explica Beatriz Gallinas, responsable de prensa de Roams, que añade que "si tenemos en cuenta el coste total de la experiencia vacacional, no solo el vuelo, hay muchas ciudades donde el alojamiento, el ocio o la alimentación son más asequibles que en algunos puntos de nuestra costa".

Cruzar fronteras se convierte así en una estrategia de ahorro, algo que hace años era impensable teniendo en cuenta los precios que teníamos en España y lo que costaba salir al extranjero. Ahora, la diferencia está en que viajar a un destino internacional es, en muchos casos, 1.000 euros más barato que pasar unos días en la costa cantábrica.

Lo que más presupuesto se lleva: el hotel y el transporte

El hotel y el alojamiento son dos de las grandes partidas presupuestarias de cualquier turista. Primero, en lo referente al descanso, también encontramos grandes desigualdades entre destinos nacionales e internacionales. Mientras en ciudades españolas como Cantabria o Asturias dormir en hotel durante una semana puede suponer entre 2.000 y casi 4.000 euros solo en alojamiento, en Estambul nos costaría tan solo 382 euros, 1.092 en Roma y 1.516 en París.

Como se observa, el coste del hotel se mantiene por debajo de los 2.000 euros en todos los ejemplos a pesar de tratarse de grandes capitales turísticas en las que, además, hay que abonar la correspondiente tasa turística. "El alojamiento es el primer gran filtro a la hora de elegir destino. En muchas ciudades europeas se puede dormir en un buen hotel por la mitad de lo que cuesta en la costa norte española en temporada alta", matiza Gallinas.

Por otro lado, el transporte es la segunda partida más controvertida del presupuesto de un viajero, puesto que es de las que más encarece el presupuesto final. No obstante, cuando salimos al extranjero, la inmensa mayoría de veces lo hacemos en avión, lo que eleva considerablemente el gasto.

Y es que desplazarse en coche dentro de la península puede suponer un gasto moderado de entre 180 y 200 euros por familia, hacerlo en avión con equipaje facturado más el transporte público en el país de destino, sitúa el gasto medio en torno a los 940 euros, 590 en caso de viajar a Baleares o Canarias.

El gasto es tan elevado que hay que financiar

Dada la precaria situación actual, en los últimos años cada vez son más los que optan por pedir dinero prestado para irse de vacaciones. De hecho, según un análisis de la Universidad Internacional de Valencia (UIV), uno de cada cinco españoles recurrirá este verano a algún tipo de financiación para costear sus vacaciones.

Pero que sea una práctica cada vez más común no significa que sea beneficiosa, de hecho todo lo contrario, puede suponer un riesgo para la salud financiera de los hogares, especialmente entre los menores de 35 años y las personas con ingresos inestables. "La sensación de que 'necesitamos desconectar' nos lleva muchas veces a gastar por encima de nuestras posibilidades", advierte Ernesto Campos, economista y docente en la UIV.

La presión social y la facilidad de acceso al crédito instantáneo, así como la falta de experiencia financiera, hacen de los menores de 35 años un blanco fácil. Desde la UIV advierten que financiar un viaje de ocio con préstamos personales o aplazamientos de tarjeta no es una opción recomendable, salvo en casos muy excepcionales.

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