
Uno de los destinos turísticos más destacados de España es, sin duda, Mallorca. Ya sea por su naturaleza o por su estilo de vida, lo cierto es que la isla balear se ha convertido en uno de los lugares más deseados de la geografía nacional. No obstante, a pesar de ser una de las regiones que más turistas recibe, los hosteleros están notando ciertos cambios preocupantes en la tendencia de consumo de los visitantes.
Así lo perciben muchos dueños de bares y restaurantes del municipio de Sóller, de poco más de 13.000 habitantes, donde la clientela ya no está dispuesta a pagar 4 euros por un café con leche. "Hay turistas que ahora piden un zumo de naranja y se lo toman entre cinco", comentaba el encargado de uno de los establecimientos para el reportaje realizado por eldiario.es (puedes consultarlo en este enlace).
El alquiler turístico
No son precisamente pocos los restauradores que culpan del declive de la demanda al auge del alquiler turístico, sobre todo porque los que optan por esta modalidad de alojamiento suelen ser personas de menor poder adquisitivo, que ahorran más cuando van de viaje y prefieren "comprar la comida en el súper".
Otros, por su parte, lo achacan al encarecimiento de los vuelos y las estancias hoteleras. Son justo este grupo, los hoteleros, los que tienen otro punto de vista. Denuncian que lo que en realidad está provocando el descenso son "ciertos mensajes que se han lanzado" contra las consecuencias del turismo masivo" que, en su opinión, "no son positivos para el buen desarrollo de la actividad turística".
Recordemos que Mallorca es uno de los territorios más afectados por el modelo de turismo masivo, tanto que múltiples entidades han pedido a los visitantes que no acudan a la isla. Precisamente en marzo de este año siete organizaciones ecologistas remitieron una carta abierta a los turistas solicitándoles que reconsiderasen visitar la isla. Señalaban así a este colectivo como la fuente del problema de saturación que sufren los habitantes autóctonos de Mallorca: "La población local está enfadada y ya no somos hospitalarios porque están destruyendo la tierra que amamos y muchos residentes tienen que emigran porque la isla es inhabitable", se podía leer en la carta.
Lo que dicen los hosteleros de Sóller
Con todo, los hosteleros de Sóller ven como cada vez menos clientes se sientan en sus terrazas a disfrutar de un café o una tostada y aumentan los que van con bolsas de supermercado. Aunque "el volumen de gente que viene continúa siendo el mismo (...) lo que sí ha bajado es el consumo en los bares. La gente está gastando menos y eso se nota", comenta Álex, del bar Es Firó para eldiario.es.
Son los costes de las materias primas los que le obligan a mantener una carta algo más elevada de lo normal para poder cuadrar las cuentas. "Yo soy un currante y esto lo sufrimos todos", denuncia. Según datos del Instituto Nacional de Estadística, los precios en hoteles, cafeterías y restaurantes de las Islas Baleares se han encarecido hasta un 30% en comparación con 2019, justo antes de la pandemia, tras la cuál se dispararon.
Visto el incremento de los costes de producción, los hosteleros repercuten esta subida en su carta de productos, una práctica que ya está empezando a lanzar avisos de estancamiento por el descenso de visitantes procedentes de mercados tradicionalmente emisores, como Alemania o Reino Unido. La facturación ha caído entre un 6% y un 8%, aunque algunos restaurantes acusan hasta un 30%.
No obstante, "más que en el número de turistas" una trabajadora de un bar de Sóller, Aina, cree que se debe a un "cambio en el tipo de cliente que consume y en la cantidad que consume". Ahora, el modelo vacacional no es irse a un hotel con todo incluido, no es salir a restaurantes a comer tampoco, sino que "prefieren buscarse una casa para alojarse, ir al súper y comprar allí sus cosas".
Opinión que comparte Tatiana, encargada de un restaurante en un conocido hotel de la localidad, que lamenta que los clientes "consumen menos" y, en muchos casos, únicamente bebidas. "Te sientas y ves a la gente pasar. Todos van con bocadillos", afirma mientras reconoce que el tipo de clientela ha cambiado en los últimos años. Para adaptarse, "habrá que bajar calidad y ofrecer otro tipo de producto. Ahora estamos probando con desayunos, que nos funcionan muy bien porque son baratos. No es una buena calidad pero es más económico", reconoce.
Así, mientas unos acusan al turismo masivo del encarecimiento de la vivienda y de los precios en general en la isla, otros creen que se debe a un cambio en el modelo vacacional, opiniones ambas que reflejan el hastío de una comunidad que continúa siendo de los principales destinos turísticos de España.