
El debate sobre las subidas de los salarios en España está muy dentro de la agenda política económica. Los expertos hablan de la necesidad de una subida del poder adquisitivo de los españoles, pero que también vaya acompañada de una mejora estructural de la competitividad y de la rentabilidad empresarial, para que dicho incremento del poder adquisitivo sea sostenible.
Según un informe elaborado por el economista Javier Santacruz para el Colegio de Gestores Administrativos, el beneficio neto de las empresas cayó un 23,5%desde los años de la pandemia hasta hoy y en las últimas tres décadas, el resultado neto ha caído en media anual acumulativa un 2,63%. El economista explica que el hecho de que se combinen los resultados de las grandes empresas con los de las pymes hace que se genere esa "falacia" de que las empresas españolas "están ganando mucho dinero y pueden pagar más".
En este sentido, reitera que es cierto que las más grandes "con mejores márgenes, eficiencia operativa y acceso a financiación, sí tienen cierto margen para incrementar salarios". Por otro lado, las medianas empresas "presentan una rentabilidad aceptable", aunque son más vulnerables "ante shocks regulatorios o fiscales". Pero, en el caso de las pequeñas y microempresas, "que sostienen buena parte del empleo y del PIB nacional", dice el experto, están "en una posición mucho más delicada", advierte.
En España, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística, a día de hoy existen aproximadamente 2.955.518 empresas activas, de las cuales 2.949.483 (99,8%) son pymes, es decir, empresas entre 0 y 250 empleados. Pero si se desagrega la cifra, el resultado es que el 38% (1.123.590) son microempresas, es decir, que tienen entre 0 y 9 trabajadores.
Según los últimos informes de la Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa (CEPYME), la rentabilidad media de las pymes ha caído un 12% desde 2019. Las microempresas, en particular, el volumen de ventas por empleado ha bajado durante seis trimestres consecutivos, es decir, generan menos ingresos por cada trabajador, "justo en un contexto en que los costes laborales no han dejado de subir", argumenta Javier Santacruz a elEconomista.es.
Las grandes empresas, por su parte, sí que han sido capaces hacer frente a estas vicisitudes. Según el Banco de España y la Agencia Tributaria, estas empresas han recuperado márgenes de beneficio e incluso los han superado en algunos sectores estratégicos como la energía, la banca o la tecnología (+5,6% interanual en primer trimestre de 2025). Cosa distinta es lo que le sucede a las pequeñas y medianas compañías: "Han visto cómo sus márgenes se erosionaban por el aumento acumulado de costes y una productividad que no termina de despegar", explica Santacruz.

De hecho, uno de los hechos que demuestra la dificultad que puede entrañar para una pequeña y microempresa una subida salarial repentina tiene que ver, sobre todo, con el valor añadido por trabajador.
Según aparece reflejado en el informe, la masa salarial en España, es decir, el número de trabajadores multiplicado por el salario bruto de cada uno, se ha duplicado entre el primer trimestre de 2015 comparado con el mismo período de este año, "pero se explica en más de un 80% por el aumento de asalariados, no por la subida del salario medio", aclara el experto.
En cambio, según los datos del Banco de España, el Valor Añadido Bruto Medio por Trabajador (VAB) se incrementó muy por debajo de la subida de los salarios en los últimos 15 años. Santacruz cuenta que "desde la crisis de 2008, el valor añadido bruto por trabajador perdió el rumbo de los salarios". En concreto, estos crecieron un 6,2% entre 2007 y 2020 (apenas un 0,46% en media anual acumulativa) mientras el VAB por trabajador cayó un 16,54% en total (a razón de un 1,38% de media anual).
Por tanto, a pesar de que desde 2018 las tasas de crecimiento medio anual de los salarios y del margen bruto por trabajador han ido creciendo a la par (2,05% y 2,04%), "el VAB necesitaría mejorar 18,62 puntos para ponerse a la altura del crecimiento del salario medio".
Desde 2019, el coste laboral medio ha aumentado un 18%. Parte de este incremento responde a subidas del SMI, que ha pasado de 735 euros en 2018 a 1.134 euros en 2024. Santacruz asegura que en términos sociales, "esta medida ha contribuido a mejorar los ingresos de los trabajadores más vulnerables". Pero desde el punto de vista empresarial, "ha supuesto un ajuste costoso, sobre todo para sectores con baja productividad como el comercio, la hostelería o el transporte".
Para el experto las soluciones pasan, entre otras cosas, por formar un entorno fiscal más favorable para las pymes, reducir la burocracia o atender a las peculiaridades del sector y el tamaño de sus empresas para subir los salarios.
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