
La provincia de Valencia, la zona golpeada con más fuerza por la catastrófica gota fría con más de 150 muertes, necesitará una fuerte inyección de ayudas e inversiones para hacer frente a la reconstrucción de buena parte de sus infraestructuras básicas y redes de transporte. Tras el paso de las riadas del pasado martes aún se siguen acumulando toneladas de lodo y el balance de la destrucción material resulta desolador.
De las cinco líneas de Cercanías que componen el núcleo de Valencia, tres "han desaparecido" y no se podrá recuperar el servicio en los próximos meses, en palabras del propio ministro de Transportes, Óscar Puente. Aunque insistió en que "todavía faltan elementos de juicio suficientes para hacer un análisis definitivo de los daños", resume la gravedad de lo que espera por delante a corto y medio plazo especialmente en el área metropolitana de Valencia, que suma más de 1,3 millones de habitantes.
En total algo más de 80 kilómetros de la red de transporte ferroviario por donde circulan la C-1, C-2 y C-3 están totalmente destruidos. "Ni utilizables ni reparables, por lo que habrá que reponerlos completamente y por eso la circulación va a tardar mucho tiempo en reponerse", sentenció un contundente Óscar Puente durante su comparecencia en Madrid para explicar los efectos de la DANA y lo que les espera a los ciudadanos de la tercera provincia más poblada de España.
Tampoco hay fechas para que puedan volver a operar la red de MetroValencia, que además de los problemas en sus redes ha sufridos importantes daños en sus instalaciones principales donde cuenta con su propio centro de control ubicado cerca de Paiporta.
Carreteras y nodos logísticos
Los daños por el tsunami de agua y barro no sólo se han cebado en las vías de tren. En la lista de autovías, carreteras y puentes gravemente afectadas elaborada por el ministerio se incluye uno de los mayores ejes de comunicación de Valencia: la A-7 que conecta todo el litoral Mediterráneo. Uno de los viaductos de la circunvalación de Valencia a la altura de Quart de Poblet se ha venido abajo. Por esa vía circulan 100.000 vehículos diarios y el ministro reconoció que "su reposición va a llevar meses", aunque se estudian alternativas provisionales.
Ese punto negro de la riada está muy cerca de la conexión con la A-3, que enlaza con el centro y Madrid a la altura de Ribarroja, el gran centro logístico del área metropolitana de Valencia donde se ubican cerca de 1.400 empresas. Los accesos a esos polígonos y a sus instalaciones se han visto muy afectados y en ellos se contabilizaron al menos tres víctimas mortales. Esa zona es un polo logístico vital para Valencia y sus municipios vecinos, con plataformas de distribución de cadenas como Mercadona, Consum o El Corte Inglés, además del principal nodo de muchos operadores que utilizan el puerto de Valencia, el mayor por tráfico de contenedores de España.
A la lista de vías de titularidad estatal y grandes accesos a Valencia se suman decenas de carreteras que conectan las distintas poblaciones de Valencia, con kilómetros de asfalto levantado y puentes que han colapsado. El caso más dantesco es el de la CV-36, la autovía autonómica que une Torrent y sus 91.000 habitantes con la capital: cinco de sus viaductos se han caído. La Diputación de Valencia ya ha anunciado también que comprometerá 25 millones de euros para actuaciones urgentes en sus carreteras. Prácticamente la mitad de ese importe, 12 millones, se destinará exclusivamente a obras en siete puentes destrozados o dañados en municipios como Ribarroja y Cheste.
El propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que ayer acudió al centro de emergencias de Valencia y se reunió con el presidente valenciano, Carlos Mazón, avanzó que se declarará la zona catastrófica en los municipios afectados por la DANA para tratar de agilizar la llegada de fondos y las actuaciones. Tanto la patronal valenciana CEV como CCOO y UGT solicitaron esa medida, para que las empresas y trabajadores puedan acogerse a ERTEs de fuerza mayor, aunque también apuntaron que serán necesarias ayudas complementarias
Competencias, alertas y ayuda al ejército
Las diferencias entre la Generalitat de Carlos Mazón y el Gobierno central volvieron a hacerse evidentes pese a que tras el encuentro que el barón del PP mantuvo con Pedro Sánchez le agradeció que se hubiera desplazado a Valencia y la colaboración. Antes de esa reunión, el Ministerio de Interior enviaba un comunicado en el que recordaba "que la gestión de los planes territoriales de Protección Civil es competencia de las CCAA", después de la polémica sobre cuando se alertó a los valencianos y se elevó el grado de alarma.
Horas después de esa reunión, Mazón solicitó la ayuda de los "efectivos disponibles" del Ejercito para distribuir la ayuda a los afectados en las poblaciones situadas al sur de la capital valenciana, donde la falta de suministros en las próximas horas pueden ser críticas y donde muchos afectados habían mostrados su críticas por la falta de ayuda exterior en estos dos días anteriores.