De la riada del Turia de 1957 a la pantanada de Tous: los trágicos precedentes de la DANA de Valencia

El agua vuelve a llevar la tragedia a Valencia. El área metropolitana de la ciudad ha amanecido con los efectos de la trágica DANA que con lluvias de más de 400 litros por metro cuadrado en varios puntos de la provincia han vuelto a provocar escenas dantescas y al menos 51 muertos en la provincia. Unas imágenes que, por desgracia, no son nuevas en un territorio que a lo largo de su historia reciente ha sufrido varias catástrofes naturales similares.

Sin duda la que ha marcado la historia de la capital valenciana fue la riada de 1957, cuando el río que ha marcado la vida de la ciudad durante más de 2.000 años se desbordó y provocó un alud de barro que costó la vida de al menos 81 personas. Una desgracia que también se produjo en el mes de octubre, concretamente el día 13 de octubre. Las fuertes lluvias, de más de 300 litros por metro cuadrado, provocaron dos crecidas consecutivas que anegaron los barrios de la ciudad..

Según las crónicas en las zonas más cercanas al río se superaron los tres metros de nivel de agua y las cicatrices aún son visibles en algunos edificios del casco histórico, donde se mantienen las marcas que recuerdan hasta donde llegó el agua. Los trabajos de reconstrucción entonces duraron años.

Una desgracia que marcó a Valencia y provocó una de las mayores transformaciones de la ciudad y de muchos municipios vecinos con la decisión de desviar el cauce natural del río a su paso por la capital y la construcción de un nuevo tramo desde Quart de Poblet hasta su desembocadura. El bautizado como Plan Sur creó un cauce artificial mucho más ancho con una capacidad que se estima capaz de asumir 5.000 metros cúbicos por segundo. Un cálculo con el que se intentaba asegurar que si se volvían a repetir episodios similares el nuevo trazado podía asumir mayores volúmenes de agua.

La tormenta perfecta de Tous

No es el único día de octubre que guarda en la memoria la provincia de Valencia por el agua y la gota fría. El 20 de octubre de 1982 la suma de una concatenación de acontecimientos provocó la que se conoce como la pantanada de Tous, en que a un episodio de intensas lluvias con hasta 600 litros por metros cuadrados (una estación forestal llegó a medir más de 1.000 litros en 24 horas aguas arriba), le sucedió la rotura de una de las mayores presas del río Júcar en la provincia de Valencia.

La presa construida con tierra se vino abajo, originando una crecida con una punta de 16.000 m³/s, una de las mayores registradas en España, y cubrió por completo la mayoría de las comarcas de la Ribera Alta y la Ribera Baja, con más de cuatro metros de nivel de agua en municipios como Alzira. Hubo que lamentar ocho muertes y cuantiosos daños económicos en el sur de Valencia.

Precisamente la responsabilidad de la rotura de la presa provocó una larga batalla legal por las indemnizaciones con décadas de litigios y tramitaciones para los afectados.

La desgracia llevó a renovar los sistemas de comunicaciones en las cuencas de los grandes ríos y la Confederación Hidrográfica del Júcar implantó el Sistema Automático de Información Hidrológica (SAIH) con el objetivo de poder contar con información en tiempo real de la situación de toda la cuenca y todos los embalses para que no se repitieran estas tragedias.

La DANA de la Vega Baja

Más recientemente y ya con la denominación de DANA, la Comunidad Valenciana vivió otro drama hace cinco años en el sur de Alicante, en la comarca de la Vega Baja del Segura en torno a poblaciones como Orihuela. Las lluvias dejaron en algunos puntos registros de hasta 543 litros por metro cuadrado en 48 horas.

Un desastre que provocó la muerte de seis personas y unas pérdidas económicas superiores a los 1.300 millones de euros. Un impacto que puede quedarse corto a juzgar por el alcanza lo que está aconteciendo en la provincia de Valencia y los municipios en torno a Valencia.