Economía

Cataluña acapara el 20% de los impuestos propios autonómicos en vigor en 2024

El president de la Generalitat, Salvador Illa.

Cataluña es el gran protagonista de la proliferación que los impuestos autonómicos han tenido en tiempos recientes a lo largo del territorio español (con la excepción notable de Madrid, donde estas figuras ya no existen).

El territorio que, desde esta semana, gobernará el nuevo president, Salvador Illa, cuenta con más de una decena de tributos de ese tipo en vigentes, según el recuento anual más actualizado que ha llevado a cabo el Consejo General de Economistas. Esa cifra equivale al récord del 20% de los impuestos autonómicos en vigor en el conjunto de España en el presente año.

La creación de cánones de alcance exclusivamente regional es una potestad que la Constitución de 1978 concede a todas las autonomías, y la Generalitat ha hecho un uso intensivo de esa competencia para gravar los más diversos ámbitos. En el caso catalán la variedad es especialmente llamativa.

Así, cuenta con diversas figuras que buscan su justificación en la lucha contra la contaminación del medio ambiente. Se trata, en primer lugar, del impuesto sobre la emisión de óxidos de nitrógeno vinculados a la aviación comercial. Lo acompaña otro de muy semejante formulación focalizado en la emisión industrial de gases y partículas a la atmósfera. Tampoco se libra de gravámenes el dióxido de carbono de los coches, furgonetas y motos con motor de combustión. Una figura más genérica tiene como objetivo las denominadas "instalaciones que inciden en el medio ambiente".

Una figura más genérica tiene como objetivo las denominadas "instalaciones que inciden en el medio ambiente". No obstante, más allá de la ecología, la Generalitat prevé igualmente que tributen los establecimientos comerciales, los alojamientos turísticos, las viviendas vacías o las bebidas azucaradas (aprobado por el equipo del entonces presidente Carles Puigdemont).Cierran el cómputo la tasa con más alcance de todas las reseñadas, el canon del agua y las referentes a los activos no productivos.

Como puede deducirse de la enumeración anterior, se trata de tasas muy especializadas que, por su propio diseño y escaso alcance arrojan un rendimiento muy pequeño. En el caso catalán, líder en este aspecto, la recaudación anual de todos sus tributos propios no llega a los 1.000 millones anuales, de acuerdo con el cómputo más recientemente actualizado hasta 2022, que refleja una cifra muy semejante en el conjunto de 2021.

Efectos perniciosos

Ahora bien, los expertos fiscalistas advierten de que esa baja recaudación no significa que dejen de tener efectos negativos para la economía. Muy al contrario, se trata de impuestos con diseños ineficientes, cuando no abiertamente defectuosos que provocan problemas a los contribuyentes y redundancias con las figuras tributarias propias de otras autonomías o incluso con las que pertenecen al Estado.

Sus externalidades perniciosas se muestran todavía mayores en un territorio como Cataluña en el que ya existen otras particularidades fiscales que ejercen fuerte presión sobre los contribuyentes. El ejemplo más recurrente es el tipo máximo del IRPF en su tramo estatal, que supera el 50%, mientras son varias las deducciones fiscales del Impuesto sobre la Renta que han dejado de estar al alcance de los contribuyentes catalanes. De acuerdo con los expertos, superar la cuota de la cincuentena de puntos porcentuales implica entrar en el terreno de un gravamen abiertamente confiscatorio.

La existencia de impuestos autonómicos deja paulatinamente de ser una constante a la que acuden de modo recurrente los Ejecutivos regionales sujetos al sistema de financiación común. Junto a la eliminación completa que Madrid llevó a cabo, debe reseñarse que varios de ellos mantienen en pie un número ínfimo de tasas propias.

En retroceso en otras zonas

Basta para comprobarlo con invocar el ejemplo de Castilla y León, El territorio gobernado desde 2022 por PP y Vox solamente aplica la tasa que llama de "afección medioambiental ", causada por actividades de muy alta especialización como el "aprovechamiento de agua embalsada", la energía eólica o las instalaciones eléctricas. En el caso de las centrales nucleares fue declarado inconstitucional este hecho imponible. Merece también ponerse de manifiesto que Castilla La Mancha únicamente cuenta con dos impuestos autonómicos mientras que el cómputo se reduce a tres en el caso de Baleares, Canarias, Cantabria, Extremadura y La Rioja.

Cataluña, no obstante, discurre en sentido contrario a esta tendencia. Así, en los últimos seis años, el Ejecutivo catalán ha creado o elevado hasta 13 impuestos propios y cedidos total o parcialmente. El acuerdo de PSC y ERC para investir a Salvador Illa presidente de la Generalitat no recoge reducción alguna de las tasas regionales catalanas.

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