Economía

El gran mordisco a la inflación de Reino Unido esconde una dolorosa realidad para los británicos

  • La mayor desaceleración mensual del IPC desde 1992 tiene 'truco'
  • Se debe al efecto base del aumento del tope a la factura eléctrica
  • El proceso de desinflación se verá ralentizado a partir de ahora
Montaje: elEconomista.es

Los titulares son buenos, los sumarios no tanto. La inflación general medida por el IPC (Índice de Precios al Consumo) desaceleró con fuerza en Reino Unido en octubre: del 6,7% interanual de septiembre al 4,6%, una décima más de lo esperado por los analistas hasta la tasa más baja en dos años. También es la mayor caída mensual desde 1992 y permite a Reino Unido acercarse a un poco más a las tasas de EEUU (3,2%) y la zona euro (2,9%). El IPC subyacente -excluye alimentos, energía, alcohol y tabaco-, más enquistado, también descendió más de lo esperado: del 6,1% al 5,7%. La inflación de los servicios, muy vigilada por las autoridades monetarias, también dio una alegría: cayó al 6,6%, por debajo de la previsión del 6,9% de un preocupado Banco de Inglaterra (BoE). La lectura general es que estos datos consolidan el final de subidas de tipos del banco central e incluso pueden adelantar la previsión de recortes dentro de 2024. Sin embargo, mirando el envés de los números, los ciudadanos británicos no deberían hacerse ilusiones.

Lo cierto es que el grueso de la desaceleración corresponde a las facturas energéticas de los hogares. La categoría del IPC en la que se engloban pasó del 5% en septiembre al -21,6% en octubre, ya que la subida del 24,7% intermensual del tope de precios de la Ofgem (Oficina de Mercados de Gas y Electricidad) del pasado octubre se comparó con la caída del 7% intermensual de este octubre. También ha contribuido en menor medida el descenso de la inflación alimentaria del 12,3% en septiembre al 10,1% en octubre.

"Inevitablemente, esto despertará algunas sonrisas en Downing Street, y gran parte de la atención de los datos de hoy se centrará en el hecho de que el primer ministro, Rishi Sunak, ha cumplido su objetivo de reducir la inflación a la mitad (hizo el compromiso con el IPC en el 10,7%). El BoE también tiene que estar bastante satisfecho", valora James Smith, analista de ING. Sin embargo, avisa el estratega, es "poco probable" que el nivel de inflación varíe mucho más en lo que queda de año.

"Si bien la caída de la inflación será bienvenida por los hogares, no es en sí misma una señal de relajación inflacionaria sostenida, sino que más bien refleja el impacto retardado de la caída de los precios mayoristas del gas que se traslada a las facturas de energía", explica Yael Selfin, economista jefe de KPMG en Reino Unido.

"De cara al futuro, nuestra previsión es que la tendencia a la baja del IPC y de la inflación subyacente se estanque en los próximos meses antes de empezar a descender de nuevo en febrero. Pero incluso entonces, creemos que las restricciones de la oferta de mano de obra y la rigidez de las expectativas de inflación harán que la inflación se desvanezca lentamente y no de repente", avisa Paul Dales a los ciudadanos británicos. "El progreso es lento y sugiere que la distancia restante hasta el objetivo del 2% será difícil; creemos que llevará al menos otro año", coinciden Dan Hanson y Ana Andrade, de Bloomberg Economics.

Por el lado del mercado laboral, aunque los últimos datos apuntan a un enfriamiento y a una modesta desaceleración de los salarios, Reino Unido sigue pagando el haber juntado en la pandemia "lo peor de ambos mundos", según exponía la economista de Capital Economics, Ruth Gregory, hace unos meses: una gran crisis energética (como la eurozona) y escasez de mano de obra (incluso peor que en EEUU). La oferta de mano de obra es débil debido al Brexit -menor llegada de mano de obra extranjera- y a las ausencias laborales por larga enfermedad tras el covid ante la saturación del Servicio Nacional de Salud (HNS).

Otras cartas jugarán en contra. El lastre de los precios de la energía probablemente sea ahora mayor, ya que parece que el tope de precios de Ofgem se mantendrá prácticamente invariable en la próxima revisión del 1 de enero, adelantan desde Capital Economics. En la misma casa de análisis también avisan de que, pese a la remarcable desaceleración experimentada, la inflación alimentaria aún podría situarse en un abultado 8% en diciembre.

En el observado espectro de los servicios, Smith, de ING, tiene claro que esta inflación ha tocado techo y tiende a la baja: "Las encuestas muestran que ahora son menos las empresas que suben los precios, y en el caso del sector servicios creemos que esto puede explicarse en parte por la bajada de los precios del gas. Según las empresas, el aumento de los costes de la energía a finales del año pasado fue uno de los principales factores de la subida de los precios al consumo, y esperamos que ocurra lo mismo a la inversa ahora que los precios del gas han bajado".

No obstante, añade con precaución, "los avances en la inflación de los servicios pueden ser limitados a corto plazo -esperamos que termine el año ligeramente por encima del 6%- y solo esperamos que baje más fácilmente a partir de la primavera y alcance la zona del 3,5-4% el próximo verano".

Con todo, el economista de ING se muestra optimista y considera que, junto con un menor crecimiento salarial para mediados del año próximo, la evolución del IPC de servicios será un catalizador clave para que los recortes de tipos comiencen a partir de agosto. "Las cifras de hoy también descartan prácticamente una reanudación de las subidas de tipos en diciembre, aunque las probabilidades ya eran bajas. Esta ha sido la única publicación sobre el IPC antes de la próxima reunión, y solo tendremos una publicación más sobre los salarios hasta entonces. Por lo tanto, es probable que la próxima subida de tipos sea a la baja", apostilla Smith.

Por contra, otros analistas no creen que el BoE puede aflojar tan pronto, lo que añadirá sufrimiento a unos ciudadanos que se verán presionados tanto por una inflación aún por encima del doble del objetivo del 2% como por unos tipos en el 5,25%, máximos de 2008.

"Pensamos que el BoE no se sentirá cómodo recortando los tipos de interés hasta finales de 2024 y no a mediados de 2024, como se prevé en los mercados financieros", opina Dales, de Capital Economics. "Es poco probable que los datos de hoy cambien la situación del BoE y se espera que los tipos se mantengan en su nivel actual hasta la segunda mitad del próximo año", apuesta Selfin desde KPMG. "Parece poco probable que se produzcan recortes en los tipos hasta la segunda mitad de 2024", zanjan desde Bloomberg Economics.

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