Economía

El ahorro de las familias se recompone y tratará de arrancar el motor del consumo

  • Hay riesgo de que el excedente de los hogares termine en inversión
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El Banco de España, en su último informe de la Situación financiera de los hogares y empresas, apunta a que la inflación está dejando de castigar a las familias, lo que está permitiendo reconstruir el ahorro. "La tasa ha vuelto a aumentar situándose en el primer trimestre de 2023 en niveles por encima de su media histórica", destacan los expertos. Esta perspectiva abre la posibilidad de que la demanda interna, principalmente el consumo, resucite para mantener un buen ritmo de expansión del PIB. El consumo lleva una larga caída sostenida, que está afectando incluso a la recaudación de IVA, el impuesto que mejor recoge la dinámica de gasto de las familias.

Durante la pandemia, ante la imposibilidad de hacer una vida normal, consumir, se fue generando una enorme montaña de ahorro bajo los pies de los hogares españoles. Según fueron de intensas las restricciones de movilidad en cada país, así era el excedente de capital que se iba acumulando para las familias. Algunos economistas, y el propio Gobierno de Sánchez, llegó a pensar que este ahorro iba a suponer un turbo para la economía que propiciaría una perfecta recuperación en V. Según se desplomó la actividad económica, se iba a recuperar cuando se volviera a abrir la actividad.

La dura realidad es que el comportamiento de las familias no fue ese. La mayoría optaron por la precaución, no lanzarse a gastar a lo loco. Además, la propia distribución del ahorro hace que las familias con mayor capacidad de ahorro, las que disponen de mayor riqueza y rentas, sean menos propensas a aumentar el consumo. Y, además, surgió el mayor enemigo del ahorro, la inflación.

La inflación supone un zarpazo directo en forma de pérdida de poder adquisitivo para salarios, pensiones y otras formas de rentas. La manera más habitual que tienen las familias para compensarlo es tirar del ahorro. Y eso es lo que ha pasado desde finales de 2021 y buena parte de 2022. Los ahorros se fueron volatilizando según escalaban el coste de la energía, de los bienes, productos básicos y, por último, de los servicios.

La tasa de ahorro y el consumo, que son vasos comunicantes, está trayendo de cabeza a analistas y economistas para detectar la tendencia que puede terminar cogiendo la economía española. Por primera vez en la reciente historia de la economía española, el PIB crece en paralelo a un hundimiento del consumo. Las explicaciones pueden ser variadas, pero la mayoría pasan por un comportamiento extraordinario de las exportaciones y de que España está en el sitio adecuado en el reajuste de las cadenas de valor. El comportamiento de los agentes económicos está siendo a veces tan raros, que, contra todo pronóstico en plena cuesta de enero, las familias españolas consiguieron ahorrar a principio de año.

Los economistas del organismo detectan que "la situación económica de los hogares ha experimentado una mejora, con una recuperación progresiva del poder adquisitivo perdido desde 2021 como consecuencia de la elevada inflación". Aunque reconoce que el ciclo alcista de tipos emprendido por el BCE no facilita una recuperación completa de la renta disponible de las familias, sobre todo de las endeudadas. Se está produciendo una recuperación apoyada en "la mejora del empleo, el aumento de los salarios nominales y la menor inflación de los precios de consumo".

Esta situación que plantea el Banco de España tiene una derivada interesante para la economía en la segunda parte del año. Hay señales que oscurece el horizonte de aquí a final de año. Los bancos centrales han endurecido su discurso contra la inflación y elevado las expectativas para los tipos de intereses. No hace mucho se esperaba una relajación en el ritmo de subidas por parte del BCE después del verano, pero cada vez parece más claro que eso no va a suceder y el techo de los intereses se aleja. Esto significa menos crédito para las familias y mayores costes para el endeudamiento.

Por otro lado, la locomotora de Europa, Alemania, ha quedado atrapada en la recesión. Y esta situación suele significar que toda la zona euro quedará lastrada por los achaques del gigante teutón. La vía de contagio para España es clara por el turismo. Pero los buenos datos de ahorro que destaca hoy el Banco de España se pueden convertir en consumo futuro y permitir a la economía seguir expandiéndose a buen ritmo.

La economía española está sorprendiendo de forma positiva este año y se está llevando el favor de todas las instituciones. La mayoría recogen un parón para el segundo semestre de la economía global, la prometida recesión que no termina de llegar, pero en las últimas previsiones publicadas por BBVA Research, Jorge Sicilia, apuntó a que el consumo comenzaría a despertar en los próximos trimestres "gracias a los menores precios, principalmente de la energía" y señaló que a lo largo de un período anual podría añadir un punto de PIB, "si se mantienen bajos".

Ahorro destinado a la inversión

"La demanda embalsada que se habría producido durante la pandemia se mantiene, y el problema parece estar más en la oferta", explicaba la firma de análisis en su presentación y ponían de ejemplo el gasto de las familias en automoción. "Ahora mismo, los hogares compran un 28% menos coches que hace cuatro años, aunque la producción nacional y las exportaciones del sector comienzan a normalizarse, pero las importaciones no han consolidado la recuperación que mostraron a finales de 2022". El resultado es que las limitaciones en suministros y elevados precios son factores que están empezando a desaparecer para propiciar un avance del consumo. "Habrá una mayor contribución al crecimiento por parte de la demanda interna durante los próximos trimestres", explicaba el experto.

Desde que empezó la pandemia, siempre ha existido la duda de si el ahorro terminaría como gasto impulsando a la economía . Y el Banco de España tampoco esconde este dato, que gran parte del ahorro se está destinando a la inversión. "Desde finales de 2022 se ha producido una recomposición de esta cartera, produciéndose un desplazamiento desde el efectivo y los depósitos a la vista hacia instrumentos más rentables, como las letras del Tesoro, los fondos de inversión y los depósitos a plazo", comentan los economistas del organismo.

El Banco de España, también, destaca que las familias están mejorando los niveles de riqueza. "Los hogares han reforzado su posición patrimonial a nivel agregado desde finales de 2022, si bien los segmentos más vulnerables habrían experimentado un deterioro mayor en su capacidad de devolución de la deuda o de hacer frente a otros gastos", explican.

Además, la ratio de deuda sobre la renta disponible de los hogares descendió notablemente en 2022 como consecuencia del dinamismo de los ingresos nominales, está llegando un repunte de salarios y, también, aunque en menor medida, de la reducción de los saldos de deuda, principalmente por la aceleración en las amortizaciones de hipotecas.

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