Las rápidas y grandes subidas de tipos que ha ejecutado el Banco Central Europeo hasta la fecha han sido 'tarea fácil'. La fortaleza de la inflación y la economía han allanado el terreno para que el banco central mantuviera el pie puesto en el acelerador sin demasiados contratiempos. Sin embargo, el terreno ha dejado de ser llano. Los baches en el camino (turbulencias financieras) han aparecido y mantener el pie en el acelerador incrementa el riesgo de accidente. Ahora, el mensaje del BCE es un tanto difuso, las subidas de tipos no parecen del todo aseguradas. Ahora sí, el banco central irá reunión a reunión y dato a dato.
No obstante, aislando los mensajes clave de cada uno de los 25 miembros del Consejo de Gobierno se puede extraer alguna cosa en claro: es probable que los tipos de interés del Banco Central Europeo tengan que aumentar aún más para contener la inflación. Así se desprende también de las declaraciones de los propios miembros del Consejo de Gobierno este miércoles en diferentes apariciones. No obstante, todo hace indicar que el tipo de interés terminal del BCE está más muy cerca, sobre todo si las turbulencias financieras siguen dando 'coletazos' en las próximas semanas.
El BCE ha elevado los tipos de interés en un total de 350 puntos básicos desde julio de 2022, cuando dio comienzo su periplo hacia el endurecimiento monetario. Entonces, el BCE intentó crear una hoja de ruta que marcara las etapas dentro de esta nueva senda monetaria. Aunque esa hoja de ruta se llenó de 'tachones' y modificaciones a medida que la inflación subía, parecía claro que el banco central iba en una dirección: el endurecimiento monetario.
Ahora, los comentarios de los miembros del Consejo de Gobierno, el órgano que decide las subidas de tipos junto al Comité Ejecutivo, son algo más difusos y no ofrecen una orientación clara la próxima reunión del 4 de mayo. Aunque parece probable que los tipos suban, al menos, en otros 25 puntos básicos en mayo, esa reunión será la primera de muchas en la que la subida de tipos no parece absolutamente garantizada. La propia Christine Lagarde, presidenta del BCE, admitió hace unas semanas que el BCE ya no estaba comprometido con las subidas de tipos.
El economista jefe del BCE, Philip Lane, cuyo trabajo (entre otras muchas cosas) consiste en hacer propuestas formales de política a sus 25 colegas (Consejo de Gobierno), ha asegurado que su línea base es que la agitación se disipe y después los tipos de interés suban algo más, aunque sea de forma más lenta.
Estrés financiero
"Bajo nuestro escenario base, para asegurar que la inflación baje a un 2%, se necesitarán más alzas", ha señalado Lane en una entrevista con el periódico Die Zeit. "Si el estrés financiero que vemos no es cero, pero resulta ser aún bastante limitado, los tipos de interés aún tendrán que subir".
Mientras tanto, el presidente del banco central eslovaco, Peter Kazimir, partidario de aumentos rápidos de los tipos durante el último año, también ha levantado el pie del acelerador y ha defendido unos aumentos más pequeños después de las tres subidas seguidas de 50 puntos básicos.
"Personalmente, creo que si no nos desviamos significativamente del escenario base, no deberíamos ceder, eso significa que deberíamos seguir subiendo los tipos, tal vez a un ritmo más lento, pero deberíamos continuar", comentaba Kazimir en una rueda de prensa.
Todas estas discusiones se producen después de que los bancos hayan sufrido fuertes caídas en bolsa este mes tras el colapso de Silicon Valley Bank en Estados Unidos y la venta de Credit Suisse. Sin embargo, los mercados han estado tranquilos esta semana, lo que vuelve a insuflar algo de fuerza los 'halcones' del BCE (defienden una política monetaria más restrictiva).
Lane argumentó que los bancos de la zona euro están bien capitalizados, por lo que no debería haber una transmisión directa de las tensiones bancarias de EEUU y Suiza al bloque del euro. Aún así, el BCE estaba listo en cualquier caso para proporcionar liquidez.
Lane también ha querido incidir en la naciente relajación de precios en origen: aunque la inflación sigue siendo alta, las primeras etapas de producción muestran una moderación de las presiones sobre los precios y esto eventualmente se reflejará en los precios al consumidor, ha destacado el economista irlandés.
"Si observa las primeras etapas de producción, los precios en la puerta de la granja, los precios de los ingredientes alimentarios, reconocerá: todo esto ha cambiado", asegura Lane.
Desde Capital Economics creen que si la sangre no llega al río (o al menos el río no se tiñe de rojo), el BCE debería seguir su camino."La inflación general se reducirá drásticamente a medida que la contribución de los aumentos pasados en energía y alimentos (el efecto base) lastren la inflación presente. Pero la inflación subyacente bajará mucho más lenta, sobre todo porque seguirá habiendo poca o ninguna capacidad ociosa en el mercado laboral", aseguran desde Capital Economics.
"Suponiendo que las recientes turbulencias en el sector bancario no se intensifican, el BCE seguirá elevando los tipos de interés y manteniéndolos altos durante más tiempo del que actualmente se descuenta en los mercados. Dicho esto, una vez que comience a reducir los tipos de interés en 2024, sospechamos que se moverán a la baja más rápido de lo que la mayoría espera también", sostienen estos expertos.