La actividad económica de las empresas se ve afectada por uno de los paradójicos problemas del mercado laboral español: la falta de mano de obra pese a elevado número de trabajadores en paro, esa brecha entre el perfil que precisa la empresa y lo que está dispuesto a asumir o es capaz de realizar el trabajador. Por quinto trimestre consecutivo, la encuesta del Banco de España sobre Actividad Empresarial (EBAE) muestra un aumento de las empresas afectadas por la escasez de mano de obra, en total un 35% de ellas.
Este es uno de los factores que inciden sobre la actividad empresarial, tocada por las consecuencias que arrastra el conflicto de Ucrania, con un aumento de costes asociados a la inflación energética, principalmente. En el primer trimestre del año, la escasez de mano de obra aumenta 1,2 puntos.
En concreto, el impacto por sectores no es homogéneo: las dificultades destacan en el sector de la hostelería (50% de empresas con problemas de escasez de mano de obra) o construcción (52%). Desde el Banco de España creen "relevante" la asociación directa del problema de mano de obra y la previsión de elevar sus precios de venta en el plazo de un año. De hecho, esta dos ramas están entre los sectores (junto a Información y comunicaciones o Comercio) que mayores subidas de precios prevén en el horizonte temporal de un año, sobre un 0,6%.

Ambas ramas se engloban dentro de la parte de servicios. "El encarecimiento [de precios] fue bastante generalizado, aunque se observó con más intensidad en algunos servicios, como información y comunicación y actividades administrativas", recogen desde el Banco de España.
"Debilidad" en las ventas
La actividad económica de las empresas y, en concreto, la facturación mantiene un tono de "debilidad" durante este primer trimestre. "Los resultados de la encuesta sugieren que en el conjunto del primer trimestre la facturación habría mantenido el tono de debilidad observado en la segunda mitad del año pasado, aunque el descenso de esta variable es algo inferior al previsto por las empresas hace tres meses", recoge el citado informe del supervisor bancario.
Eso sí, tanto en la evolución del empleo como en la facturación, las previsiones del anterior trimestre para este arranque de 2023 eran más pesimistas de lo que realmente ha ocurrido: se mantendrá, según la encuesta, prácticamente sin cambios respecto al trimestre previo y los empresarios esperan que el empleo crezca un 0,1% durante la primavera.
De igual manera se espera una mejoría en las ventas durante el próximo trimestre. Las empresas prevén recuperarse de parte del golpe con un incremento de la facturación cercano al 0,2%, si bien este trimestre prácticamente todas las ramas sectoriales registrará caída en las ventas.
En cuanto a los polémicos márgenes de beneficios empresariales, las firmas españolas parecen asumir parte de los costes, con previsiones moderadas de incrementos de costes laborales y de alza de precios. Una amplia mayoría de empresas confiesa experimentar aumentos adicionales de precios en sus inputs productivos, pero este dato desciende. Se observa además, un descenso más acusado (de casi 10 puntos) de las empresas que declaran que el aumento de costes es significativo
Incertidumbre en la inversión
Los datos débiles de ventas y las perspectivas borrosas de ventas, sumado al citado reto de la escasez de mano de obra, mantienen en vilo la actividad empresarial. Si en el último trimestre del año la inversión productiva ya se desplomó, las perspectivas de las empresas no son más optimistas. De hecho, únicamente el sector de Ocio y entretenimiento y el de Información y comunicaciones registran aumentos en la inversión este trimestre (0,05% ambos).
Así, el resto de sectores registran caídas de la inversión este primer trimestre que auguran un peor dato que el trimestre anterior. La medida de todos los sectores, según la encuesta que elabora el Banco de España, proyecta una caída del 0,17% de la inversión que agravaría la tracción de una economía ya enfriada tras el despegue posterior a la pandemia.
La inversión sirve como un avance del consumo privado y, ante el endurecimiento de los tipos de interés, la previsión del clima económico favorece la menor inversión.
En concreto, la inversión productiva tiene un peso del 20% del Producto Interior Bruto (PIB) español, y vendría a explicar la ralentización que arrastra la economía desde el pasado verano. Las menores rentabilidades en un entorno adverso dificultan que España mantenga el mismo ritmo.
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