La reforma de pensiones que negocia José Luis Escrivá, ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, incluye un aumento del límite de las bases máximas de cotización y de las propias pensiones más altas del sistema. Según cálculos facilitados por el departamento de Escrivá a los agentes sociales a los que tuvo acceso elEconomista.es, el impacto neto resultante del incremento de ingresos menos el mayor gasto en pensiones resulta en un pico del 0,27% del PIB en 2050. Es decir, tras actualizar las tablas en base a un crecimiento medio anual del PIB del 2% hasta mitad de siglo, el saldo de ingresos acumularía una mejora de solo 7.300 millones de euros, según cálculos elaborados con el economista Javier Santacruz.
El Gobierno trasladó a los agentes sociales una tabla con un crecimiento lineal del impacto financiero de varias partes de la reforma, entre ellas este destope de las cuotas y de las pensiones máximas. Sin embargo, fuentes del diálogo social son incapaces de resolver la duda técnica de la variación del PIB. Afirman que es una variable fundamental para conocer el impacto de la medida, y así se lo hacen llegar a Escrivá. Sin embargo, hasta esta consulta no han obtenido respuesta y desconocen si los técnicos de la Seguridad Social realizan también una previsión del crecimiento potencial de la economía española hasta mitad de siglo.

La aproximación, elaborada junto al economista Javier Santacruz, calcula el impacto de los ingresos y el gasto teniendo en cuenta que el crecimiento medio en España durante las últimas décadas ronda el 2%. De modo que el modelo partiría de un PIB nominal de 1.200 millones, y el porcentaje de cada partida también se actualizaría junto con la mejora de la producción nacional año a año. Sin esta actualización del PIB, el impacto neto del destope quedaría en 5.400 millones de euros actuales, cuando la actual nómina mensual supera los 10.000 millones al mes.
Según traslada el Ejecutivo a los sindicatos (UGT y CCOO) y la patronal de empresarios (CEOE y Cepyme), los ingresos de ampliar el límite de aportaciones hasta los salarios de unos 70.000 euros llegaría a reportar un extra del 0,42% del PIB en 2050; mientras el gasto en pensiones sumaría solo un 0,15% del PIB -un incremento del gasto futuro infravalorado, según Santacruz- como consecuencia de la subida diez veces menor del límite máximo de las prestaciones, tal y como está planteada sobre la mesa de negociación esta última parte de la reforma que, según informó este medio, no se cerrará ya este año y se incumplirá con el calendario orientativo de Bruselas.
Este documento no tiene una explicación de la metodología relativa al destope, y viene a reforzar la postura de los agentes sociales. Antes de la reunión del 28 de noviembre reclamaban "papeles", y tras dos reuniones y con el tiempo justo para valorar las propuestas siguen reclamando más cálculos concretos una vez planteadas las propuestas.
Por el lado de los ingresos, en la consulta de este medio a Ángel de la Fuente, el director de Fedea -los analistas expertos en economía aplicada-, considera que la cifra que traslada el Ministerio a los agentes sociales está sobreestimada. Su propio análisis, que recalca que es una aproximación, limitaba el impacto del destope al 0,15% del PIB.
Una medida que, además, cuenta con el rechazo de los empresarios al argumentar que implica un crecimiento exponencial de los costes laborales y, por otra parte, cuenta con el apoyo de los sindicatos, que valoran incluso aumentar más el límite de las cotizaciones, mientras los sindicatos son partidarios incluso de un destope a las bravas o de ampliar el Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI).
Pendientes de Bruselas
El último pack de la reforma de pensiones tiene el reto de garantizar la sostenibilidad de las pensiones a largo plazo y sostener el sistema en varias décadas de tensionamiento en el que el gasto subirá un 3,5% del PIB. Es un compromiso con la Comisión Europea a cambio de los fondos europeos, y desde Bruselas valorarán, calculadora en mano, si los parámetros modificados son óptimos para cumplir con esta meta.
El comisario de Economía, Paolo Gentiloni, ya recordó a España este diciembre su "preocupación" por el Mecanismo de Equidad (que sube las cotizaciones en 0,6 puntos a partir de 2023) y liga de forma inexorable la liberación de fondos europeos al cumplimiento de los hitos: la reforma de pensiones y una reforma fiscal de la que no hay pistas hasta la fecha.
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