
El Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones que encabeza José Luis Escrivá mantiene sobre la mesa una propuesta para aumentar las bases de cotización 30 puntos más el IPC hasta mitad de siglo. El conocido destope es la herramienta elegida por el Gobierno para arañar ingresos extra de los salarios superiores a los 49.000 euros en los que está el límite actual y cubrir los 2030 y 2040, dos décadas de especial tensionamiento financiero de la Seguridad Social. En 2050, el gasto se elevará un 3,5% del PIB, mientras Fedea limita al 0,15% el impacto de este destope.
El próximo año, las bases máximas de cotización a la Seguridad Social subirán un 8,5% y alcanzará a los 54.000 euros. Es decir, subirá prácticamente ligada al IPC, una tónica hasta mitad de siglo a la que habrá que añadir un recargo extra del 1,15% anual. A mitad de siglo, el destope alcanzaría a los salarios de unos 70.000 euros anuales, unas 575.000 nóminas. Con las tablas en la mano, Fedea calcula que el impacto sería ligeramente superior a 1.700 millones de euros anuales.
Un destope a las bravas, es decir, sin límite máximo de aportaciones a la Seguridad Social -como ocurre en otros países europeos- alcanzaría a casi 950.000 declarantes, según datos actuales extraídos de la Agencia Tributaria. En total, este tipo de medida llegaría para cubrir casi un punto del PIB, algo más de 11.000 millones según calcula el director de Fedea, Ángel de la Fuente. Aun así, quedaría por debajo del repunte gasto en pensiones como consecuencia del grueso de la generación baby boom. Es decir, aún se están quedan por el camino casi 9.500 millones.
El posible impacto está calculado por Fedea. Sin embargo, desde CEOE trasladan su malestar precisamente por la ausencia de memoria económica que refleje el impacto financiero de esta medida sobre las empresas y las cuentas de la Seguridad Social. "Pese a nuestra reiterada insistencia, carecemos todavía de una memoria económica y de impacto", explican. Desde Cepyme, a su vez, también echan en falta más cálculos sobre el impacto de la reforma en lo que viene siendo una tónica a lo largo de la negociación de esta última parte de la reforma.
Medida cuestionada
De la Fuente cuestiona la propuesta de destopar gradualmente las bases máximas de cotización porque supone "potenciar un impuesto oculto y muy distorsionante" que, a su juicio, "no debería formar parte del esquema de financiación de la Seguridad Social".
La mejora de ingresos quedaría "muy por debajo de lo que sería necesario para compensar el incremento del gasto en pensiones", reflexiona en el informe Fedea.
"Si el destope se lleva hasta el extremo, sometiendo a cotización todas las rentas brutas del trabajo, el incremento de recaudación podría acercarse a un punto del PIB, todavía claramente insuficiente para eliminar el déficit previsto del sistema", alega De la Fuente.
Con todo, consideran que las cotizaciones son un impuesto marginal que deja de lado las rentas muy bajas y las rentas altas, "y lo hace con un tipo marginal de gravamen inicialmente modesto pero que se multiplica por cinco al alcanzar el umbral de la pensión máxima".
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