La inflación de la Eurozona se relajó en diciembre más de lo esperado. El IPC conjunto de las economías de la zona euro descendió del 10,1% interanual de noviembre al 9,2%, según los datos adelantados este viernes por Eurostat en su lectura preliminar. Una caída mayor a la prevista por los analistas, que esperaban un dato entre el 9,5% y el 9,7%. La bajada de los precios de la energía en las últimas semanas ha favorecido esta dinámica. Sin embargo, el susto lo da el IPC subyacente (excluye energía y alimentos frescos), que repunta del 6,6% al 6,9%, otro máximo histórico, telegrafiando una inflación más persistente y pegajosa.
En el cómputo mensual, la caída de la inflación general ha sido del 0,3%, mientras que la subyacente ha avanzado un 0,6%. La caída mensual del 6,5% de la energía es lo que confirma el descenso generalizado. La subcategoría de comida, alcohol y tabaco subió un 0,7% en diciembre y ya refleja un 13,8% interanual. Por países, España luce el dato general más bajo con un 5,6% armonizado. El dato más alto es el de Letonia, con un 20,7%.
La tendencia en el dato global ya la iban dibujando unos datos de IPC de diciembre a la baja en las principales economías europeas después de que en noviembre el IPC de la Eurozona lograse bajar desde el pico del 10,6%. Era el primer descenso en 17 meses.
La primera 'alegría' de diciembre fue la de España la pasada semana, registrando una bajada del 6,8% al 5,8%; si bien la subyacente se elevó a un preocupante 6,9%. El segundo vino este martes desde Alemania: caída del 10% al 8,6%. La dinámica se vio aún más reforzada con el dato de Francia: el IPC pasó del 6,2% al 5,9% y sorprendió positivamente a los analistas. Este jueves, Italia informó de un 11,6% en diciembre frente al 11,8% previo. La 'guinda' fue el IPP (Índice de Precios al Productor) de noviembre, moderándose al 27,1% interanual frente al 30,5% previo.
"La caída de la inflación y la mejora de la confianza económica en diciembre sugieren que el caso de estanflación en la Eurozona no es tan grave como se temía hace unos meses. No obstante, sigue siendo probable una recesión técnica", valora Andrew Kenningham, estratega jefe para Europa de Capital Economics, tras conocer el dato de este viernes.
"La caída de la inflación en la Eurozona en diciembre se debió al descenso de la inflación energética, que pasó del 34,9% al 25,7%. Sin embargo, los responsables políticos se centrarán como mínimo en la tasa subyacente, al aumentar tanto el componente de servicios como el de bienes no energéticos", explica Kenningham.
El miércoles, tras la euforia por el dato alemán, los analistas de ING, en una nota firmada por Antoine Bouvet, avisaban: "El característico 'pop' de abrir botellas de champán se escuchó en toda Europa cuando la oficina estadística alemana publicó sus cifras de inflación. Sin embargo, es posible que los inversores más cautelosos quieran mantener sus burbujas en la nevera un poco más de tiempo, para no enfrentarse a una marea creciente de inflación subyacente con una resaca de champán igualmente característica. Es posible que la inflación subyacente se haya acelerado el mes pasado. Es más, las medidas gubernamentales responsables de limitar artificialmente las tasas de inflación también pueden alargar el tiempo que tardará en volver al objetivo del 2%".
Lo cierto es que la alegría por la bajada de la inflación alemana fue rápidamente matizada por los expertos, ya que se debió esencialmente a la bajada de los precios del petróleo y la gasolina y la primera fase de la limitación del precio del gas impuesta por el Gobierno. "La fuerte caída de la inflación alemana en diciembre se debió a los subsidios energéticos puntuales, por lo que probablemente se revertirá en enero. Es probable que la inflación general siga cayendo rápidamente en marzo, pero creemos que la tasa subyacente, que probablemente subió en diciembre, terminará el año muy por encima del 2%", valoraba Franziska Palmas, de Capital Economics, tras conocerse el dato alemán.
Para Palmas, más allá del dato de IPC de la Eurozona de este viernes, la inflación general de la zona euro también podría aumentar de nuevo en enero, dado que los subsidios de diciembre para el gas y la calefacción han sido algo excepcional. Tampoco está garantizado que los precios de la energía vayan a seguir desinflándose como últimamente. Con permiso de como evolucione la guerra en Ucrania, Ole R. Hvalbye, estratega de SEB, ves a los futuros del gas acercarse de nuevo a los 100 euros el megavatio/hora (MWh) tras el invierno más benigno. Palmas también señala que "el fuerte crecimiento de los salarios provoque que la inflación subyacente tanto en Alemania como en la Eurozona caiga lentamente".
"Los datos nacionales publicados hasta ahora sugerían que, aunque la inflación general probablemente siguió disminuyendo en diciembre, las presiones subyacentes sobre los precios siguen siendo fuertes", corrobora Allan von Mehren, de Danske Bank.
Capital Economics: "La inflación subyacente caerá probablemente de forma más gradual debido a la resistencia de la demanda, la escasez de componentes y equipos y el aumento de los salarios nominales"
De cara al futuro, continúa el estratega, "la interpretación de los datos de inflación de la zona euro será cada vez más complicada, ya que las medidas fiscales específicas de cada país que compensan a los hogares por el aumento de los costes energéticos también afectarán a la evolución de los precios al consumo".
"Se prevé que la inflación siga bajando en un contexto de caída de los precios de la energía y debilitamiento de la demanda, arrastrada por la contracción de los ingresos reales y el endurecimiento de la política monetaria. Pero la repercusión retardada de los elevados costes de producción y un mercado laboral aún fuerte sostendrán la inflación subyacente. Así pues, aunque es probable que hayamos superado el máximo, esperamos que la inflación se enfríe solo gradualmente, manteniéndose alta a corto plazo", considera Riccardo Marcelli, de Oxford Economics.
"La tasa general debería descender bruscamente a lo largo de 2023, ya que los efectos de base hacen bajar la inflación energética (aunque suban los precios al por menor de la energía), sobre todo teniendo en cuenta el reciente desplome de los precios al por mayor del gas. La inflación subyacente caerá probablemente de forma más gradual debido a la resistencia de la demanda, la escasez de componentes y equipos y el aumento de los salarios nominales", opina Kenningham, de Capital Economics.
"La inflación subyacente será cada vez más el centro de atención a medida que avance 2023, donde los inversores y los banqueros centrales siguen recelosos de que el genio de la inflación haya salido de la botella y se resista a ser encarcelado de nuevo", coincide Chris Turner, de ING.
Cábalas con el BCE
"Esa preocupación por la inflación subyacente es probablemente uno de los factores que mantienen el precio del ciclo del Banco Central Europeo (BCE) bastante fijado en cerca de otros 150 puntos básicos de endurecimiento este año, lo que llevaría el tipo de depósito del BCE al 3,5%. Parece poco probable que estas expectativas se desmoronen y socaven al euro", añade Turner. En Capital Economics ven al BCE elevando su tipo de interés oficial al 3% en los próximos meses.
François Villeroy de Galhau, presidente del Banco de Francia y miembro del BCE, declaró ayer que el banco central debería alcanzar el tipo terminal antes del verano y, a continuación, mantenerlo, sugiriendo que los tipos se mantendrían ahí durante algún tiempo. También afirmó que el BCE debería ser pragmático y no obsesionarse con subidas de tipos "demasiado mecánicas". Los mercados valoran en cerca de 150 puntos básicos las nuevas subidas de aquí al verano.
"A pesar de la relajación de la inflación, los mensajes de línea dura de la última reunión del BCE expresaron la preocupación de que la inflación fuera demasiado alta y se mantuviera por encima del objetivo durante demasiado tiempo en las proyecciones del BCE. Dado que la inflación subyacente se encuentra en niveles récord y es probable que siga siendo elevada en los próximos meses, esperamos que el BCE realice dos subidas de 50 puntos básicos en febrero y marzo y que se detenga posteriormente en un contexto de relajación de la inflación y de moderación de las tendencias económicas", cierra Marcelli, de Oxford Economics.