Las mujeres sufren "habitual" y "desproporcionadamente" durante las recesiones económicas debido a siglos de desigualdad "reprimida", enfatiza Katica Roy, economista de género y directora ejecutiva de Pepeline Equity, en un artículo de Fortune. En el texto, hace una radiografía de la vulnerabilidad de la mujer ante fenómenos como la inflación o la subida de precios. Además, plantea la urgente necesidad de que se aplique una "perspectiva de género" para poder ver la economía desde un ángulo equitativo y objetivo, que no solo beneficie a los hombres.
La experta argumenta que antes de la pandemia, las mujeres tenían menos dinero debido a la brecha salarial. Con el covid-19, los avances logrados en más de tres décadas, en términos de género, se esfumaron y con la actual crisis económica las mujeres se están dando cuenta que "la inflación no es neutral en cuanto al género".
En esta línea, la economista pone en la mesa la importancia de que en una recesión se tienen que entregar garantías a las mujeres y a los millones de familias que dependen de ellas, para su afirmar su "seguridad" financiera cuando el panorama se ponga más oscuro.
Economía con foco heterogéneo
Sin embargo, para ella, el entendimiento de lo que significa la economía y la recesión tiene que tener en su raíz una perspectiva de género con foco heterogéneo, y que no solo sean diagnosticados por economistas hombres, como el caso de los Business Cycle Dating Committee.
"Si realmente queremos entender cómo funciona la economía para diferentes cohortes de la población, necesitamos un mecanismo más sofisticado para analizar los datos. Solo la perspectiva de género puede ayudarnos a ver la economía desde las mujeres", argumenta la experta.
Tres ejes de inequidad
La economista de género explica que existen tres ejes en que refieren a la inequidad, en este caso, en Estados Unidos: la brecha salarial de género, deudas de préstamos estudiantiles y los impuestos rosas. Sobre este último, Roy señala en cifras que el país norteamericano, por ejemplo, grava la ropa importada para hombres a una tasa promedio del 11,9 %, mientras que grava la ropa importada para mujeres a una tasa promedio del 15,1 %.
"No sólo es que las mujeres ingresan menos dinero a sus billeteras, sino que también tienen más gastos, y la inflación aviva aún más las llamas de la inequidad", sentencia la experta.