Un tribunal de la ciudad de Novorossiysk, en la región de Krasnodar, con costa al Mar Negro, ha multado con 200.000 rublos al gestor del oleoducto del Caspio, que abastece con más de un 1 millón de barriles diarios de crudo kazajo a Europa. Durante la semana pasada, el juzgado amenazaba con cortar el suministro 30 días. La medida hubiera metido mucha presión a Europa, que se enfrenta al cierre temporal del Nord Stream 1, que suministra gas ruso al centro de Europa.
Un tribunal de la ciudad de Novorossiysk, en la región de Krasnodar, con costa al Mar Negro, había ordenado al oleoducto del Caspio parar su actividad durante 30 días, lo que implicaría daños graves en la infraestructura. Más de un millón de barriles de crudo atraviesan a diario uno de los oleoductos más grandes del planeta, con destino a Europa.
El juzgado había adoptado medidas cautelares de cierre al no cumplirse con la normativa rusa de vertidos. Se temía que Moscú aprovechara para meter más presión a Europa, con la retirada de golpe del 1% de la producción mundial, aunque fuera de manera temporal.
Según ha informado el consorcio que gestiona el oleoducto, Caspian Pipeline Consortium (CPC, por sus siglas en inglés) ha sido sancionado con 200.000 rublos, aproximadamente 3.200 euros al cambio. El juzgado ha aceptado las alegaciones de la compañía para dejar la sanción, en un mero correctivo económico.
Había miedo que Rusia comenzara a jugar con los suministros de petróleo a Europa. Sin gas y con el crudo todavía más por las nubes será demasiado largo y duro, para unas economías que ya se asoman a la recesión y que se preparan para afrontar racionamientos de energía, la crisis de los 70 se hubiera quedado pequeña con un inicio de recortes en el petróleo que viene de Rusia o las antiguass repúblicas soviéticas, como Kazajistán.
Hoy la principal tubería que abastece de gas ruso a Europa, Nord Stream 1, cierra temporalmente por mantenimiento. Se trata de tareas rutinarias, pero Berlín teme que el gas no vuelva a fluir. El presidente de la Agencia Federal de Redes Energéticas de Alemania, Klaus Mueller ya ha avisado la revisión de la infraestructura puede "convertirse en un mantenimiento político que dure más tiempo".
El Mar Negro se ha convertido en una zona clave para Rusia en la invasión a Ucrania. Moscú controla sus principales puertos y las rutas desde Azov y Bósforo. El oleoducto del Caspio está en territorio ruso, pero el 90% de petróleo que transporta es kazajo. Un cierre supone dejar al mercado internacional sin más de un millón de barriles diarios, en un momento en el que el precio del petróleo supera los 100 dólares y la demanda supera la producción.
El oleoducto del Caspio sale Tengiz y llega a Novorossiysk, en la costa del Mar Negro, con una longitud de 1.511 kilómetros. Mueve hasta 1,5 millones de barriles al día. Transporta prácticamente dos tercios de todo el petróleo de exportación de Kazajistán y miles de barriles procedentes de campos rusos. Su posición estratégica es importante para Rusia. Decide sobre el crudo kazajo y su salida a los mercados internacionales. La terminal del Mar Negro permite a los buques cisterna se carguen de manera segura, incluso en condiciones climáticas adversas. Parte del crudo también se transporta en camiones cisternas a Rumanía.
La semana pasada, un juzgado de la ciudad de Novorossiysk, en la costa del Mar Negro, ordenó al Consorcio del Oleoducto del Caspio (CPC, por sus siglas en inglés) que detuviera el funcionamiento durante 30 días, por no aportar documentación necesaria para el plan de prevención de derrames. Según la compañía, tenía hasta el 30 de noviembre de 2022, para subsanar las deficiencias detectadas por una auditoría "no programada" ordenada por la vice primera ministra de la Federación Rusa, Viktoria Abramchenko.
"La suspensión inmediata de su actividad puede acarrear consecuencias irreversibles para el proceso de operación, aparición y desarrollo de un proceso adverso e incontrolable en una instalación técnica, incluyendo su destrucción, ya que los requisitos del proceso para el petróleo transporte no permitan la parada inmediata y simultánea de la operación", explica el gestor en un comunicado. La compañía ha solicitado la paralización de la medida.
Rusia tiene un largo historial de injerencia política en distintos tribunales. No hace mucho tiempo, el acoso de jueces a directivos extranjeros de TNK-BP propició la adquisición de la petrolera por parte de la estatal rusa Rosneft. BP, también, sufrió la expropiación del campo de gas Kovykta en Siberia. La gasista Gazprom terminó controlando el yacimiento de Sakhalin 2 con el apoyo de los tribunales. Rusia, a través de Transneft (la SEPI rusa), controla el 24% del consorcio. Le sigue la compañía estatal kazaja KazMunayGas con un 19%, Chevron tiene un 15% y Lukarko, de Lukoil, otro 12,5%.
El principal destino del crudo kazajo es el puerto italiano de Trieste, desde donde se distribuye al resto de centro Europa. Las exportaciones mensuales combinadas de Azerbaiyán, Kazajistán, Libia, el Mar del Norte y África Occidental, todos los principales proveedores de Europa, cayeron en más de 1 millón de barriles por día en junio, según los datos de seguimiento de petroleros compilados por Bloomberg. El corte del oleoducto del Caspio puede ser un golpe certero de Moscú sin afectar a su abastecimiento. El crudo ruso solo utiliza esta infraestructura para exportaciones.
Problemas desde la invasión rusa
El Mar Negro se ha convertido en una zona clave de Rusia en la invasión de Ucrania. Primero por la ocupación de Odesa y segundo porque se está convirtiendo en la salida del contrabando de grano ucraniano robado y también del petróleo ilegal.
La terminal de CPC en el Mar Negro ha sufrido problemas desde que las tropas rusas invadieron Ucrania. A finales de marzo, la terminal estuvo parcialmente cerrada durante un mes después de que una tormenta dañara dos de las tres boyas de carga. Luego, a mediados de junio, se suspendieron nuevamente las cargas de dos amarres para un estudio del área de agua circundante, lo que condujo al descubrimiento de varias minas de la II Guerra Mundial.
El petróleo ruso ha estado en el centro de la política desde que se recrudeciera el conflicto el pasado mes de febrero. EEUU ha impuesto sanciones, pero dejó fuera a los flujos desde Kazajistán. La Unión Europea ha adoptado unas sanciones parciales, manteniendo el abastecimiento de Hungría. Y el G7 adoptó la decisión de poner límites al precio del crudo ruso.
Hace un par de semanas, JP Morgan advirtió de que Moscú podía a comenzar a recortar el suministro de petróleo. "Rusia puede permitirse recortar su producción de petróleo en 5 millones de barriles diarios sin dañar a su economía", comentaban en un análisis. El Brent, el tipo de crudo de referencia en Europa, sufriría una enorme presión. Una caída de tres millones de barriles diarios pondrían al Brent en 190 dólares y una reducción de cinco millones presionaría los precios hasta los 380 dólares el barril. La economía europea comienza a perder pie por culpa de la inflación, un nuevo repunte de los precios del petróleo provocaría serios problemas. La más que previsible falta de suministro de gas ya era un problema muy gordo, que amenaza con paralizar buena parte de la industria en Alemania e Italia.