La situación en Europa en términos de inflación ha llegado a niveles insostenibles en este último año plagado de reveses para la economía del euro. Ante esta situación, el Banco Central Europeo (BCE) se plantea la posibilidad de revisar los tipos de interés de la zona euro a partir de julio. Todo dependerá, reconoció el vicepresidente de la entidad, Luis de Guindos, de los datos del mes de junio. Esto ocurre después de que el BCE desvinculase de sus adquisiciones de deuda el primer aumento de la tasa, por lo que no es necesario que se produzca automáticamente al finalizar el programa APP, encargado de la compra centralizada de activos.
"Dependerá de los datos que veamos en junio. Desde la perspectiva de hoy, julio es posible y septiembre, o más tarde, también es posible. Miraremos los datos y solo entonces decidiremos", señaló De Guindos en una entrevista con Bloomberg.
Al respecto de este tema, el vicepresidente de la banca europea cree que la institución acabará con el programa APP durante el tercer trimestre del año. "Que suceda al principio o al final es esencialmente un ajuste fino de la política monetaria y, en mi opinión, no es un factor tan determinante", añadió.
"Habiendo dicho eso, por el momento no veo ninguna razón por la que no debamos interrumpir nuestro programa APP en julio", dijo.
De este modo, si bien admite que "teóricamente todo es posible", Guindos recuerda que el BCE ha desvinculado claramente el final del programa de compras de la primera subida de tipos, por lo que no es necesario que el aumento de tipos se produzca automáticamente una vez que finalice, y la decisión dependerá de los datos. "Mi opinión es que el programa debería terminar en julio y para la primera subida de tipos habrá que ver nuestras proyecciones, los diferentes escenarios y decidir. Y nada se ha decidido hasta ahora", asegura De Guindos.
Sin riesgo de recesión
También quiso explicar que cuanto más tiempo se mantenga alta la inflación, mayor será la posibilidad de tener cláusulas de indexación salarial en los procesos de negociación colectiva, por lo que ha advertido de que si se observase un desanclaje de las expectativas de inflación y efectos de segunda ronda, este sería un elemento clave para el futuro de la política monetaria. "Creemos que nos estamos acercando al pico", aventuró De Guindos al ser cuestionado sobre la evolución de la inflación, expresando su confianza en que comenzará a descender en la segunda mitad del año. "Pero aun así, estará por encima del 4% en el último trimestre", advirtió.
Asimismo, el economista español ha subrayado que una recesión técnica, actualmente, no forma parte de las proyecciones del BCE, que se actualizarán en junio, aunque ha reconocido que se ha registrado un claro deterioro del entorno económico como consecuencia de la guerra en Ucrania.
"La tasa de crecimiento de la economía europea será muy baja en la primera mitad del año. Pero no creo que vaya a entrar en territorio negativo en esta primera mitad", afirmó.
Riesgos antes de comenzar
Ante las expectativas que ha levantado esta subida de tipos, Silvia Dall'Angelo, economista senior de Federated Hermes, comentó respecto a lo dicho por De Guindos que "tras ocho años de tipos negativos y siete años de compras de activos, parece que ha llegado el momento de que el BCE abandone el territorio de la política no convencional. Hay indicios de que la inflación está en camino de converger hacia el objetivo a medio plazo, lo que refleja las constantes mejoras del mercado laboral, que ahora parece más ajustado que nunca. Además, los responsables de la política monetaria ven ahora riesgos al alza para las perspectivas de inflación, ya que una inflación elevada, debida, principalmente, a perturbaciones externas, podría arraigar a través de las expectativas y los salarios. La reciente debilidad del euro también se suma a los riesgos al alza de la inflación e implica que un tipo de interés de depósito negativo podría dejar de ser necesario. Dicho esto, los riesgos a la baja para las perspectivas de crecimiento derivados del conflicto en Ucrania son pronunciados: una nueva escalada que provoque la interrupción del suministro de gas y el racionamiento de la energía puede llevar a la región a una recesión. Por lo tanto, existe el riesgo de que las próximas etapas del proceso de normalización, tan esperadas, terminen malogradas".