
La invasión de Ucrania por el ejercito ruso ha trastocado los planes y las previsiones de los grandes organismos internacionales respecto a la economía. La guerra ha generado un contexto de elevadísima incertidumbre que dificulta la tarea de los panelistas para realizar previsiones con cierta certeza sobre buena parte de la economía. Sin embargo, hay algo muy claro: la economía de Rusia va a ser la gran perdedora (obviamente tras Ucrania) en el corto, medio y largo plazo.
En un documento publicado este jueves por la Organización Internacional para la Cooperación y el Desarrollo (OCDE), se calcula el coste económico de esta guerra para el mundo, incluido Rusia. El organismo internacional cifra la caída del PIB ruso en el 10%, una recesión tan profunda que casi duplicaría a la gran crisis de deuda que sufrió Rusia en 1998 (el PIB se contrajo un 5,3%) y casi multiplicará por tres la recesión del covid en el país. Ahora mismo, Rusia se enfrenta un default inminente de su deuda.

Estas estimaciones se basan en el supuesto de que los shocks de los mercados financieros y de materias primas vistos en las dos primeras semanas del conflicto persisten durante al menos un año e incluyen una profunda recesión en Rusia, con una caída de la producción de más del 10% y un aumento de la inflación de casi 15 puntos porcentuales.
El informe de la OCDE explica en su apéndice técnico que ahora mismo el golpe que sufrirá la demanda interna en Rusia y Ucrania es extremadamente incierto, pero es probable que sea grande. Episodios pasados en Rusia, como la crisis financiera de 1998 y las secuelas de la anexión de Crimea en 2014, estuvieron acompañados de caídas considerables de la demanda interna de entre el 10 y el 15%.
Las sanciones aplicadas ahora sobre Rusia son mucho más fuertes y "sugieren que la recesión en Rusia podría ser incluso mayor que en los episodios anteriores. Como ejemplo están las fuertes recesiones que se han producido en otros países sujetos a sanciones internacionales, incluido Irán. En Ucrania, es probable que el daño causado por la guerra sea aún mayor. Otros conflictos han resultado en caídas anuales del PIB de entre el 25 y el 40% en algunos países", advierten desde la OCDE.
Mucha incertidumbre
"La magnitud del impacto económico del conflicto es muy incierto y dependerá en parte de la duración de la guerra y de las respuestas políticas, pero está claro que la guerra resultará en un lastre sustancial a corto plazo para el crecimiento mundial y afectará significativamente presiones inflacionarias más fuertes", sentencia el documento de la OCDE.
A nivel global el impacto será más limitado. Las simulaciones ilustrativas sugieren que el crecimiento mundial podría reducirse en más de 1 punto porcentual y que la inflación mundial aumentará en cerca de 2,5 puntos porcentuales en el primer año completo después del inicio del conflicto.
El impacto de los choques difiere entre regiones, siendo las economías europeas colectivamente las más afectadas, particularmente aquellas que tienen una frontera común con Rusia o Ucrania. Esto refleja mayores aumentos del precio del gas en Europa que en otras partes del mundo y la relativa fortaleza de los vínculos comerciales y energéticos con Rusia antes del conflicto.
El impacto en la Eurozona
Si el conflicto se extiende durante todo este año, la economía de la zona euro podría ver lastrado su crecimiento hasta en 1,4 puntos, aunque a este golpe podría verse mitigado, en parte, por los estímulos fiscales (bajadas de impuestos y aumento de gasto) que aprueben próximamente los Gobiernos. El PIB de EEUU podría sufrir un golpe de 0,8 puntos y el de la OCDE hasta un punto (antes de la aplicación es amortiguadores fiscales).
Más allá de las previsiones publicadas por la OCDE, en los últimos días se ha producido una cascada de vaticinios y previsiones sobre el impacto de la guerra en la economía global.
Rusia sufrirá un estanflación total
La casa Focus Economics ha recopilado información de sus principales panelistas para calcular cuál puede ser el impacto de la guerra en las economías de Rusia, Ucrania y la Eurozona. El consenso habla de una recesión en Rusia del 5,7%, rebajando el dato de la OCDE. No obstante, algunos panelistas como Moody's creen que el PIB ruso se hundirá hasta un 14,7%, mientras que otros como Oxford Economics ven solo un descenso del 0,7%.
En el caso de la inflación, el consenso habla de unos precios que se disparan hasta el 18,2% anual. No obstante, hay organismos que sitúan la variación de la inflación en el 28%. Lo que parece evidente es que la economía rusa se va a enfrentar este 2022 a una estanflación real y dolorosa.
En el caso de Ucrania, la economía sufrirá una recesión del 18,5% (consenso). No obstante, el panelista más pesimista prevé una crisis que destroce un 46,5% del PIB ucraniano en 2022, mientras que el más optimista ve una recesión del 10%. La incertidumbre genera grandes brechas en las previsiones.
Respecto a la zona euro se prevé un crecimiento del PIB del 3,3%, siendo el análisis más pesimista del 2,5% (crecimiento) y el más optimista del 4,5%, lo que dejaría el avance el PIB en niveles cercanos a las previsiones dominantes antes de la guerra. El consenso para la inflación habla de un IPC anual del 5,3%.
Un golpe a través de varios canales
Desde el FMI señalaban esta semana que el 'golpe' llegará a través de tres canales principales. Uno, los precios más altos de algunas materias primas como son los alimentos y la energía que presionarán aún más la inflación, lo que a su vez erosionará el poder adquisitivo de los ingresos y afectará a la demanda.
En segundo lugar, las economías vecinas en particular se enfrentarán a la interrupción del comercio, las cadenas de suministro y las remesas, así como a un aumento histórico en los flujos de refugiados. Y tres, la reducción de la confianza empresarial y la mayor incertidumbre de los inversores, lo que pesará sobre los precios de los activos, el endureciendo las condiciones financieras y posiblemente generará una salida de capitales de los mercados emergentes.
Rusia y Ucrania son importantes productores de materias primas, y las interrupciones han provocado que los precios mundiales se disparen, especialmente para el petróleo y el gas natural. Los costos de los alimentos se han disparado, con el trigo, para el cual Ucrania y Rusia representan el 30% de las exportaciones mundiales, alcanzando un récord.
"El peaje es ya inmenso en Ucrania. Pero además, las sanciones sin precedentes contra Rusia afectarán la intermediación financiera y el comercio, lo que inevitablemente provocará una profunda recesión en Rusia. La depreciación del rublo está alimentando la inflación, lo que reduce aún más el nivel de vida de la población", aseguran desde el FMI.
La energía es el principal canal de derrame para Europa, ya que Rusia es una fuente crítica de importaciones de gas natural. Las interrupciones más amplias y graves de la cadena de suministro también pueden tener consecuencias. Estos efectos impulsarán la inflación y retrasarán la recuperación de la pandemia. Europa del Este verá un aumento en los costes de financiación y una oleada de refugiados. Por otro lado, "los gobiernos europeos también pueden enfrentarse a presiones fiscales por gastos adicionales en seguridad energética y presupuestos de defensa", advierten los economistas del FMI.