Rusia está en camino de un colapso económico que igualará o incluso eclipsará el tamaño de la caída de 1998 (al menos para la economía rusa) que desencadenó el incumplimiento de la deuda del país, aunque las consecuencias financieras hoy pueden ser menores que entonces. Días después de que el presidente Vladimir Putin ordenara la entrada de tropas en Ucrania, los economistas comenzaron a publicar pronósticos para la que actualmente es la undécima economía más grande del mundo, aunque advierten que el panorama es opaco y sujeto a revisión. La economía va a entrar sin duda en recesión, ahora la pregunta es cuánto caerá.
Los economistas de JP Morgan han asegurado a sus clientes en un informe el viernes que esperan una contracción del 7% en PIB para este año, mientras que Bloomberg Economics pronostica una caída de alrededor del 9%. La economía se contrajo un 5,3% en 1998 en medio de la crisis de la deuda.
"Rusia en 1998 sufrió el mayor impago de la deuda soberana del mundo y una gran devaluación de su moneda. Los precios del petróleo y sus reservas de divisas estaban muy bajas. La crisis financiera asiática ya estaba en su apogeo. La economía rusa era más relevante y los bancos globales estaban significativamente expuestos. Esto hizo que Bankers Trust se viera empujado a los brazos del Deutsche Bank y a un rescate de 3.600 millones del Long-Term Capital Management (LTCM)", concluye Ben Laidler, analista de eToro.
Hoy, el panorama financiero no parece tan grave, pero el económico puede ser devastador si se desencadena una escenario de sanciones más extremas que terminen afectando al gas y al petróleo. No obstante, Rusia será la gran perdedora, en términos económicos, en todos los escenarios.

La economía rusa sufrirá mucho más que en 1998, pero el impacto en los mercados globales debería ser a priori muy inferior porque el peso de Rusia en el mundo se ha reducido de forma drástica, tanto en términos de PIB como de capitalización bursátil de sus compañías.
No obstante hay que tener en cuenta que Rusia sigue siendo uno de los mayores exportadores de materias primas clave (gas y petróleo) y que cuenta con el mayor número de cabezas nucleares del mundo. Desenfundar estas armas podría suponer una amenaza muy superior a la de 1998.
Rusia se tambalea
La economía rusa se tambalea después de que los gobiernos extranjeros hayan impuesto sanciones comerciales, financieras y de flujos de viajes, congelaran las reservas de su banco central y cortaran a muchos de sus bancos del sistema de mensajería global SWIFT. Rusia ha tratado de aislar su economía y sus mercados con controles de capital, duplicando los tipos de interés y otras medidas de emergencia, medidas que perjudicarán el crecimiento económico y que por ahora no han generado un beneficio apreciable en las finanzas.
"Las sanciones socavan los dos pilares que promueven la estabilidad: la 'fortaleza' de las reservas de moneda extranjera del banco central y el superávit de cuenta corriente de Rusia", aseguran en su informe los economistas de JP Morgan, encabezados por Bruce Kasman. "Las sanciones darán en el blanco en la economía rusa, que ahora parece encaminarse hacia una profunda recesión".
Una recesión muy profunda
Aún así, los inversores creen que aunque el impacto humano y geopolítico de la invasión de Rusia son mayores que las que se presenciaron en 1998, a corto plazo la caída del rublo ha resultado menor y el país ahora tiene una mayor capacidad para evitar el incumplimiento de pago de su deuda, especialmente si otras naciones continúan resistiéndose a imponer sanciones a sus exportaciones de energía.
"Es el largo plazo lo que es más preocupante", asegura Tim Graf, jefe de estrategia macro de EMEA en State Street Global Markets. "Cuanto más tiempo se mantengan las sanciones, y especialmente si se amplían para incluir las exportaciones de gas y petróleo, es más probable que Rusia se convierta en un mercado de capital intocable en los próximos años".
Más inflación
"La debilidad de la moneda que vemos ahora inevitablemente será inflacionaria, particularmente si la economía permanece aislada del resto del mundo", aseguran los expertos de JP Morgan. "No es difícil imaginar escenarios extremos similares al período posterior a 1998 en este caso".
Los ingresos del petróleo y el gas han brindado un apoyo a la entrada de divisas fuerte a Rusia porque la venta y el transporte de energía han sorteado por ahora las sanciones, ya que EEUU y otros gobiernos temen que tales límites terminen perjudicando más sus economías. Si las sanciones llegan a estos sectores, el golpe para la economía será brutal.
¿Cómo puede afectar todo esto al resto del mundo? El mayor golpe lo sufran los países que más dependen de las exportaciones de energía y materias primas de Rusia. "Consideramos que las economías de Europa Central y del Este son las que corren más riesgo. Entre los principales países que dependen poco del comercio ruso, el riesgo más importante para el crecimiento lo vemos en el empeoramiento de la confianza de las empresas y los consumidores", explican desde Ebury en un informe especial sobre las consecuencias económicas de las sanciones.