Economía

Francia y la UE abogan por recuperar antes de fin de año las reglas fiscales

  • Bruselas espera tener lista una reforma del Pacto de Estabilidad
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Ni Francia, que ostenta la presidencia rotatoria del Consejo de la Unión Europea, ni la Comisión Europea consideran necesario mantener la suspensión de las reglas fiscales y presupuestarias más allá de 2022, a pesar de que reconocen el impacto de Ómicron en la recuperación Económica, ya que confían en avanzar en las negociaciones para reformar para entonces el conocido como Pacto de Crecimiento y Estabilidad.

En marzo de 2020, ante el avance de la pandemia del COVID-19, los gobiernos introdujeron restricciones que llevaron al cierre casi total de la economía. La Comisión decidió hacer uso entonces de la 'cláusula de escape' del pacto, que permite suspender las reglas en caso de una · grave recesión económica en la UE o en la zona del euro en su conjunto. Esa era a situación entonces pero no la actual.

El fin de su uso está previsto para finales de este año y la Comisión no cierra la puerta a su extensión de darse un nuevo shock económico. Pero lo cierto es que el contexto ahora es muy distinto "porque nuestras previsiones actuales apuntan claramente que la economía ya ha recuperado los niveles anteriores a la crisis", aseguró el vicepresidente ejecutivo económico de la Comisión, Valdis Domborvskis, durante una discusión con eurodiputados en una comisión parlamentaria el martes.

La nueva ola de contagios provocada por la variante Ómicron que está llevando a nuevas restricciones preocupa pero el ministro francés de Economía, Bruno Le Maire, considera que el impacto será limitado y, por lo tanto, "no hay razón para mantener la cláusula general de salvaguarda más allá del 1 de enero de 2023", dijo en comparecencia ante el Parlamento Europeo.

Pero no solo la pandemia, sino también la creciente inflación, la crisis energética o la inestabilidad generada por la escalada de tensión en Ucrania están poniendo en riesgo la recuperación en Europa. "No descubrimos la incertidumbre en 2022. Vivimos en el en el último par de años con un entorno incierto, con actitudes más optimistas y más pesimistas pero es en la evidencia en lo que se basa nuestro pronóstico," añadió el Comisario de Economía Paolo Gentiloni, "la situación ahora, para resumirla, es que la recuperación sigue en marcha, pero probablemente perdiendo algo de velocidad por las dificultades que describimos."

El foco, en la reforma

Aunque Bruselas contempla proponer unas pautas temporales en primavera para facilitar a los gobiernos el diseño de sus presupuestos anuales, tanto la presidencia francesa como la Comisión centran ahora sus esfuerzos en asegurar que la reforma del Pacto de Crecimiento y Estabilidad está lista para su entrada en vigor en 2023. "Creo que es mejor avanzar lo máximo posible bajo la presidencia francesa porque cuanto más nos acercamos al final de 2022, más nos acercamos al final de la cláusula de salvaguarda", explicó Le Maire a los eurodiputados.

Tras lanzar el pasado mes de octubre el debate con los actores sociales, la Comisión estudia ahora los resultados. Además, los gobiernos continúan en paralelo su propia reflexión sobre un pacto que, para muchos, ha quedado obsoleto, es extremadamente complejo y se forjó en un contexto económico que ya no existe. Las nuevas normas, insisten desde Bruselas, deben reflejar la situación actual de la economía. "El objetivo es garantizar que los países reduzcan la deuda mientras generan colchones fiscales que serán necesarios para la próxima crisis. Hay que hacerlo de forma realista y favorable al crecimiento," aseguró Dombrovskis.

La posición de Francia, que guía las discusiones entre los veintisiete, no es ningún secreto. Es una de las voces, junto con España, que reclaman más flexibilidad, que el pacto refleje las distintas posiciones de partida de los gobiernos, y que garantice la reducción de la deuda y el saneamiento de las finanzas públicas sin ahogar la inversión. La UE, aseguró Le Maire, no puede repetir los errores del pasado y el crecimiento debe ser la prioridad.

Uno de los debates más candentes es si deben o no mantenerse los límites del déficit y la deuda de un 3% y un 60% respectivamente. "El nivel de deuda del 60% introducido en los tratados, no se introdujo por sugerencia de quién sabe qué premio Nobel sino que era la media de los 12 estados miembros firmantes del tratado en aquel momento, y por tanto, hay razones para discutir ese umbral," reconoció Gentiloni que sin embargo añadió que "no siempre cambiando una cifra por sí sola, y la propia comisión no podría proponer eso, se hacen normas más adecuadas a la situación post COVID, que es lo que hay que hacer," insistió el italiano.

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