
El Partido Popular ha puesto en marcha un comité de control y fiscalización de los fondos de la Unión Europea. Uno de los objetivos de este grupo liderado por la exministra Elvira Rodríguez es monitorizar los movimientos de los ministerios y dotarse de todas las fuentes posibles de información que el Gobierno ofrece al respecto a la ayuda comunitaria, para elaborar una base de datos y conocer con exactitud los criterios y asegurar un adecuado reparto.
La formación justifica la puesta en macha de este comité ante la escasa transparencia con la que el Ejecutivo está llevando a cabo la gestión de los fondos Next Generation. También critica el hecho de que sea Moncloa quien centralice el reparto por intereses políticos, lo que ha ralentizado el proceso provocando que la inmensa mayoría del dinero no haya llegado aún a la economía real. Por último los populares también se quejan de los criterios de reparto de la ayuda a las comunidades autónomas. El primer balance arroja que más de la mitad de los fondos incumple las normas. Es obvio que la gestión del Gobierno deja mucho que desear. Pero también es cierto que el PP persigue réditos políticos con esta iniciativa, denunciando el posible "amiguismo" que se produzca en el reparto de las ayudas. Ambas formaciones han de tener claro que los fondos de la Unión Europea deben servir para otorgar un importante impulso a la economía, la creación de empleo y consolidar la recuperación. De ahí que sea fundamental que la gestión y el reparto se guíe exclusivamente por criterios técnicos. La política, por tanto, debe quedar fuera de todo el proceso. Su presencia solo contribuye a restar eficacia a unas ayudas con las que España se juega demasiado.