
El secretario de Estado de Economía recibe a eE al día siguiente de que el Gobierno presentase los presupuestos de 2022 en el Congreso. Gonzalo García Andrés defiende las previsiones del Ministerio de Economía, niega que sean optimistas y las califica de conservadoras. Reconoce que el avance del PIB del segundo trimestre del INE, al 2,8%, les sorprendió, pues tenían una previsión muy inferior. De los fondos de la UE, dice que se gastará el cien por cien y que se está alcanzando la velocidad de crucero en las convocatorias. Considera que a pesar de los niveles alcanzados de deuda las agencias elevarán el rating.
El Gobierno tiene una previsión de crecimiento para este año del 6,5%. ¿Es optimista?
El FMI prevé un 5,7%, no muy lejos de la que tiene el Gobierno. Hemos sido muy prudentes y en un entorno tan volátil como el del Covid, comparan muy bien con las previsiones de otros organismos públicos y privados. Para este 2021 mantenemos la previsión que hicimos en abril para el programa de Estabilidad y cuando se conoció el avance del PIB del segundo trimestre [2,8%], que fue una sorpresa muy positiva, no la revisamos al alza. Entendimos que por prudencia, era bueno mantenerla. Después tuvimos la actualización del PIB de ese trimestre y nos hemos quedado muy cerca de la previsión que hicimos en el programa. Y con el resto de datos que hemos visto, en particular los de empleo, nos parece que están los fundamentos para mantener la previsión [6,5%] para este año y se hacen más robustos para la previsión del año que viene [7%]. Porque el crecimiento en el segundo semestre va a ser claramente más intenso y se va a intensificar, con un efecto sobre 2022.
¿La previsión del Gobierno para el segundo trimestre era más cercana al 1,1% que al adelanto del 2,8%?
Bueno, nosotros y todos los analistas. Nos vamos ajustando a los datos, pero teníamos una previsión que estaba un poco por encima del 1,5%. Por la tanto, el avance del INE del segundo trimestre fue claramente una sorpresa para nosotros. Y el ajuste [al 1,1%] fue una sorpresa un poquito negativa, pero no está tan lejos de nuestra previsión.
Crecimiento 2020: "El ajuste del PIB del segundo trimestre no estaba tan lejos de nuestra previsión"
Debemos entender que les causó más sorpresa el avance que el dato definitivo...
Fue más la sorpresa positiva que la corrección posterior sobre lo que teníamos.
La previsión del 7% para 2022 está también por encima de otros analistas. ¿Está justificada esta diferencia?
Varios de los organismos que vienen retocando las previsiones de 2021 a la baja, las han elevado para 2022; por ejemplo, el fondo ha subido seis décimas la previsión de España para el próximo año, hasta el 6,4%. Lo que apunta a que el crecimiento para el próximo año va a ser muy alto, el más alto entre las grandes economías desarrolladas y de la UE e, incluso, de fuera de la Unión Europea. Todo lo que estamos viendo desde la primavera al hilo de la mejoría sanitaria, junto con otros elementos para apoyar la recuperación como el consumo, el turismo extranjero y la ejecución del plan de recuperación, es lo que está detrás de la previsión de un alto crecimiento en términos absolutos y relativos para el próximo año.
No obstante, el 7% está por encima de las previsiones de otros organismos.
Bueno, algunos estaban en el 7%. Estamos hablando de unas tasas con unos niveles muy altos y con variaciones muy pequeñas.
Economía prevé un precio medio de 60 dólares para el próximo año, por debajo de la mantenida por algunos operadores privados.
Para estas variables tomamos las previsiones del Banco Central Europeo [64,1 dólares] y, es verdad, que podría estar un poco por encima de los 60, pero no está muy alejado de lo que están proyectando los mercados de futuros. Sabemos, y es uno de los factores de riesgo, que los precios de las materias primas energéticas han rebotado con fuerza, aunque la previsión es que vayan descendiendo para el gas y el petróleo. Pero es uno de los elementos de incertidumbre.
Petróleo: "Podría estar un poco por encima de 60 dólares, pero nuestra previsión no está muy lejos"
Prevén un deflactor del PIB del 1,5%. ¿Teniendo en cuenta la evolución de la luz en el primer trimestre, podría considerarse también optimista?
El Banco de España tiene una previsión de inflación del 1,7% y el Fondo de 1,6%. El deflactor no es comparable porque no incluye la inflación importada, algo importante para analizar las diferencias. Lo que hemos visto es que el deflactor del consumo privado se revisa al alza, porque algunos elementos como las materias primas sí influyen; sin embargo, el deflactor de las importaciones se revisa a la baja. Creemos que está en línea con los datos que tenemos.
¿Y cómo prevén la inflación, aunque no es un dato que facilite el Gobierno?
Lo que estamos viendo ahora es un rebote, pues el año pasado tuvimos una caída de precios y estamos comparando con esas caídas. Empezamos el año con cero por ciento, ha subido muy rápido en un fenómeno ligado a los precios energéticos. ¿La media del año? El FMI ha señalado un 2,2%, lo mismo que anticipa el Banco de España. Aun así, estamos siguiendo un efecto transitorio en la inflación, pero hay que vigilar para que no se filtre y no genere elementos más persistentes, pero también hay que vigilar el efecto directo que tiene la subida de la energía. Y en los elementos en los que Gobierno puede reaccionar, venimos reaccionando.
Y el Gobierno, ¿qué inflación prevé para este año?
Nosotros no hacemos previsión de inflación, pero confiamos en la que hace el Banco de España del 2,2% que coincide con la del fondo. Estamos confiados en estos niveles que son todavía muy moderados si tenemos en cuenta el nivel de precios. Pero eso no nos resta atención al nivel que ha alcanzado hoy.
Si no bajan los precios energéticos, ¿tendrían que revisar la previsión de crecimiento para 2022?
Vemos un invierno donde van a seguir los precios relativamente elevados, pero en principio se van a moderar en unos meses. Hay que tener en cuenta que estamos viviendo la gran subida, pero para que se siga alimentando la inflación los precios deberían subir todavía más. Si es estabilizan, hará que también se estabilice el efecto sobre la inflación. Y eso es lo que subyace en las previsiones más moderadas para la inflación del año próximo.
Pero si no bajan los precios, debería corregirse el PIB...
Tendríamos que analizarlo en función de cómo vaya evolucionando, como con el resto de las magnitudes. Es un factor de riesgo.
¿Los precios energéticos son el principal factor de riesgo para el próximo año?
No necesariamente. Pero sí se trata del factor más novedoso respecto a hace seis meses, sin duda. Seguimos en una pandemia, aunque las previsiones son buenas no sólo para España sino para los países socios, pero todavía hay muchos países donde el factor sanitario sigue siendo un riesgo.
¿Otras materias primas?
Hay una recuperación muy fuerte que está presionando sobre la oferta por la rapidez. Y lo vemos en las materias primas energéticas, en otras materias primas y también en bienes intermedios como los chips. Esto es una fricción que, por lógica, tiende a desaparecer porque cuando aumentan los precios y crece mucho la demanda, si hay capacidad de oferta puede tardar un poco de tiempo en reaccionar, pero la oferta responde. Pero estamos mirando este factor de riesgo, porque también los chips están afectando a la automoción y claramente hay que seguirlo para ver que sea un efecto transitorio.
Los ingresos fiscales crecerán un 8,1% y el PIB y 7%. ¿De dónde sale este punto de diferencia?
Sale del PIB nominal, porque el 7% es el real, pero justamente la previsión está por debajo del crecimiento previsto en el nominal. Es pues prudente. Además, se está viendo los ingresos de este año que están en línea con la previsión.
¿Cuánto dinero se lleva ya gastado de los fondos europeos?, y ¿cuánto está ya licitado?
El seguimiento de la Ejecución la hace el Ministerio de Hacienda con detalle. Aquí, lo importante es que el arranque de la ejecución ha sido muy rápido, las convocatorias se están produciendo todas las semanas y en poco tiempo vamos a alcanzar una velocidad de crucero alta. Las empresas preguntaban antes por cuánto van a tardar las oportunidades; las oportunidades ya están. Y estamos viendo resultados de las convocatorias que se han producido en este Ministerio, por ejemplo, en I+D de inteligencia artificial o las inversiones en infraestructuras, y está habiendo una demanda mucho mayor de las dotaciones. Lo importante es que las empresas tienen que participar; para ello estamos haciendo un esfuerzo de información; está en pleno rendimiento la página planderecuperacion.gob.es donde están todas las convocatorias, incluidas las de las pymes. Y esto va a durar tres.
¿Tiene un cálculo de cuanto se licitará en este año?
Esta aumentando todas las semanas, pero insisto en que esos datos los tiene el Ministerio de Hacienda. Para este año eran 25.000 millones, porque el resto (otros 2.000 millones) eran para el React-UE, y se está haciendo el esfuerzo para que se puede ejecutar esos 25.000 millones.
Pero parece que se va a quedar muy lejos. ¿En qué porcentaje de ejecución se quedarían conformes?
Hay una parte del presupuesto que cuando va avanzando no pasa nada porque se pueda resolver al año siguiente, pues hay una continuidad. No un clik el 31 de diciembre. Nuestro objetivo es gastar todos los fondos y si hay una parte que no se llega este año, se hará el año que viene. Obviamente el plan está muy definido y lo que deseamos es ejecutar todos los fondos y trabajamos para llegar al cien por cien de esa ejecución.
Uno de los problemas de España con los fondos comunitarias es que aunque se ejecutan, se hace con más decalaje que otros países comunitarios. ¿Las empresas tienen una capacidad de gasto e inversión y si se producen retrasos se acumulará los contratos?
La trayectoria del uso de España de fondos estructurales y del Banco Europeo de Inversiones es muy buena. Aun así, este es un esfuerzo adicional, una oportunidad histórica, pues hay una concentración de fondos muy grande. Hemos sido plenamente conscientes de este desafío y por eso se hizo el Real Decreto Ley 36/2020 para introducir modificaciones en el aparato jurídico administrativo para eliminar cuellos de botella e ir más rápidos. Estamos viendo, y hacemos un seguimiento semanal en la Comisión Delegada de Asuntos Económicos, es que los ministerios están yendo muy rápidos en algunos casos con programas muy complicados y ambiciosos como el de rehabilitación de vivienda, uno de los mejor dotados. Sigue siendo un desafío y estamos viendo donde debemos mejorar, pero estamos en una buena trayectoria para ejecutar los fondos. La Administración tiene esta capacidad y está volcada en este objetivo.
¿Temen algún tipo de castigo de la Comisión Europea si no se cumplen los plazos de las reformas comprometidas?
Por ahora, no, porque para el primer pago hemos tenido los 9.000 millones de euros del avance y ahora vamos a hacer la solicitud del primer pago, con cargo ya el cumplimiento de objetivos, de otros 10.000 millones de euros. Cuenta desde febrero de 2020 y tenemos cumplidos los objetivos. De manera, que por ahora no, pero somos muy conscientes de que el plan son inversiones y reformas y necesitamos ser muy estrictos en el cumplimiento de las reformas. Además, desde esta Secretaría de Estado tenemos la responsabilidad de coordinar la política económica y coordinar en parte la aplicación de esas reformas. Tenemos varias de calado de aquí a diciembre de 2021 y estamos trabajando para cumplir todas, todos esos hitos para que no haya posibilidad de que la Comisión considere que no hemos cumplido.
Fondos UE: "Vamos a hacer la solicitud del primer pago con cargo a cumplimiento por 10.000 millones"
¿Se priorizará el cumplimiento de los plazos que los acuerdos en el diálogo social para ciertas reformas?
En la trayectoria reciente, el diálogo social ha funcionado extraordinariamente bien. Los agentes sociales han tenido una posición muy constructiva; creo que son conscientes de la oportunidad que tiene el país para seguir en esa línea, digamos ya no protegiéndonos en una situación de emergencia, sino ganando el futuro. Lo razonable es confiar en que se llegue a un cuerdo en el diálogo social.
¿Y si no se llega?
Pese a la anterior, el compromiso es del Gobierno y esa reforma, como otras, tenemos que hacerlo y no podemos delegar esa responsabilidad.
¿De cómo se absorban los fondos europeos dependerán las próximas revisiones del rating de las agencias de calificación de deuda?
Tenemos un gran potencial de mejora, y tenemos que aprovecharlo bien. No se trata solo de ejecutar esos fondos, que los vamos a ejecutar. Se trata de invertir bien. Y el plan ya nos da una base muy buena: hemos hecho una selección de inversiones, priorizando las que transforman, las que aumentan la base de capital humano, de capital tecnológico... De manera que, por supuesto, nos la jugamos, pero, sobre todo, en mejorar.
Pensáis más en una mejora de las calificaciones que en una rebaja, pese al sobreendeudamiento...
Sin duda. Tenemos una oportunidad... Compáralo con la crisis anterior, cuando tardamos años en recuperar el nivel de empleo. Estamos prácticamente ya en datos previos a febrero de 2020. Es un gran hito. Además, tenemos un programa muy ambicioso de inversiones y de reformas. Por lo tanto, tenemos un potencial de mejora. Las agencias tienen su papel, y nuestro trabajo es hacer bien nuestra tarea, y la prioridad es ejecutar bien el plan, las inversiones y las reformas, que son complementarias y en eso está la potencialidad de mejora del crecimiento económico y también de otras dimensiones del bienestar social que son fundamentales.
Entonces, tras dos años emitiendo cantidades históricas de deuda, ¿el objetivo debería ser normalizar el objetivo de emisión neta de deuda?
Vamos a empezar ya, este año, a reducir el déficit sobre el PIB, y la ratio de deuda. Esto continuará de manera más intensa el año que viene. Estamos haciendo un esfuerzo de inversión grande para poder ya no solo recuperar el nivel de empleo anterior, sino dar un salto hacia delante. Al mismo tiempo, y es algo fundamental es los presupuestos que se acaban de remitir a las Cortes, vamos reduciendo el déficit, con una reducción muy sustancial para el año que viene que supondrá una normalización de la política de financiación del Estado, que ha sido clave para poder utilizar la deuda como se tiene que usar en una situación de calamidad, de crisis... Y ahora debemos reducirla para volver a tener al menos la misma capacidad financiera.
El objetivo de financiación incluido en los presupuestos es de 80.000 millones de euros, parece entonces muy conservador...
Las necesidades de emisión se gestionan con prudencia, y tratando de dejar margen... para poder reducirlo a lo largo del año.
Las condiciones de financiación han sido extraordinarias en esta crisis, inmejorables, y el coste medio de financiación sigue bajando, pero la factura de los intereses habría tocado suelo por el propio crecimiento de la cantidad de deuda...
El coste de financiación marginal está muy por debajo del medio, lo que da mucho margen para que el coste medio de la deuda siga bajando... Y vas sustituyendo deuda más cara por deuda más barata. Ahora, después del aumento que se ha producido de la deuda, vamos a una fase de estabilización que si los tipos de interés siguen relativamente bajos, vamos a seguir bajando el coste. Lo más importantes es que la gestión de la política de endeudamiento del Estado siga siendo prudente, aprovechando los niveles muy bajos de los tipos de interés. Ya veremos si la subida es una pequeña subida o una subida un poco superior. De momento, hemos conseguido que el efecto de la bajada de tipos se vaya a notar en el presupuesto durante más tiempo, porque hemos subido la vida media de la cartera de deuda por encima de ocho años. Con lo cual estamos muy bien preparados para que los tipos inicien una senda de subidas, que, por otra parte, sería una señal de más avance en el crecimiento. Forma parte de la normalización y de la superación de la crisis de la pandemia, y contamos con ello. Hemos conseguido un coste de emisión negativo este año, lo que nos hace estar muy preparados, y tener margen. Además, hemos sido prudentes, sin emitir mucho a corto plazo para bajar momentáneamente más el coste de financiación, y poder aprovechar durante mucho tiempo, reduciendo la carga a medio plazo o manteniéndola muy estable.
¿Considera que el el BCE y la CE (con las compras de deuda de emergencia, el Next Generation o la emisión conjunta de deuda) han hecho lo suficiente para que si el mercado se tensa bruscamente en los próximos meses el riesgo siga prácticamente mutualizado en la UE como en lo que llevamos de crisis?
Hay que partir del gran avance que hemos tenido en términos de política económica europea, y también nacional, en esta crisis respecto a la anterior. Cuando se habla del BCE y se vincula a la deuda y a las condiciones de financiación, se olvida que desde hace ya muchos años la compra de deuda pública es el principal instrumento de política monetaria, entonces las compras del BCE son la instrumentación de nuestra política monetaria. Forma parte de mantener la estabilidad de precios y el crecimiento. Y hemos tenido un gran avance en la respuesta a la crisis con la creación del Next Generation, que lo que supone es vamos a poner en común nuestros recursos, con cargo a nuestros ingresos futuros, compartidos, para responder a una situación. Esto es un hito. Y no supone mutualizar toda la deuda, pero sí crear, de manera excepcional y temporal, una capacidad fiscal europea, que España viene defendiendo desde hace mucho. El planteamiento que hemos defendido, con la vicepresidenta Calviño al frente, participando muy activamente en el diseño de esta iniciativa, que es un gran salto adelante. Lo importante ahora es que lo hagamos bien, lo aprovechemos bien, para que en el futuro podamos dar continuidad al avance que hemos tenido.
¿El mercado podría volver a mirar el riesgo concreto de España entonces?
Claramente se está mutualizando el riesgo porque la Comisión Europea está emitiendo deuda, pero... hay una parte de los presupuestos que no se han mutualizado. Creo que, sobre todo, hemos avanzado en asegurar el funcionamiento estable de los mercados de deuda. Habrá movimientos en la política monetaria según decida el eurosistema, pero claramente en términos de estabilidad hemos avanzado mucho.
¿Va a acudir España a los 84.000 millones de créditos de la UE?
Ya está previsto en el plan, nuestra pretensión es utilizar todos los fondos, pero hemos decidido empezar por las transferencias de capital que son las que tienen un impacto económico. Para 2022 hay una partida para los PERTE, que serán préstamos, y se seguirá avanzando en los próximos meses. La voluntad es utilizarlos.
Relacionados
- BBVA rebaja sus previsiones del PIB al 5,2% en 2021 y al 5,5% para 2022
- El déficit comercial se duplicó en agosto por los precios de la energía
- El Brent a 200 dólares: las apuestas locas invaden el mercado del petróleo
- La crisis del petróleo de los setenta es el último shock de oferta que se recuerda