Economía

Los retos del 'Govern', sin presupuestos para este año

  • Aragonès se centrará en buscar apoyos para las cuentas de 2022
El presidente catalán, Pere Aragonès. EFE
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Cataluña ha conseguido investir un presidente tres meses después de las elecciones, el republicano Pere Aragonès. Sin embargo, el mandato no será tranquilo, compartido en una volátil relación con Junts per Catalunya y sostenido por una CUP que solo garantiza el apoyo durante dos años, un período corto al repasar la lista de retos que afrontará el nuevo Govern. En el plano político, los retos se centrarán en el procés; de otro modo los socios de ERC activarán la maquinaria de la oposición y la deslealtad para dinamitar un gobierno frágil. Pero también hay grandes retos económicos, de los que depende no solo la salud económica de la comunidad, sino su competitividad, su atractivo de cara a la inversión extranjera y decenas de miles de empleos, y el nuevo Ejecutivo los enfrentará sin Presupuestos 2021, a los que ha renunciado. El objetivo es trabajar en las cuentas de 2022 para empezar el próximo año con nuevos Presupuestos vigentes, algo que no pasa desde 2010.

El punto de partida de Aragonès no es halagüeño. Desde 2017, el año del referéndum de independencia, Madrid ha superado a Cataluña como motor económico de España y como polo de atracción de inversión extranjera, mientras más de 7.000 empresas han movido su sede fuera del territorio catalán. A este sorpasso madrileño hay que sumar la caída del PIB por culpa de la pandemia, que ha afectado sobremanera a la economía catalana. Según datos del Instituto de Estadística de Catalunya (Idescat), el PIB catalán retrocedió un 11,5% en 2020, situándose en los 224.125 millones de euros, es decir, al mismo nivel que en 2016.

El PIB catalán retrocedió un 11,5% en 2020, regresando a niveles de 2016

El Covid-19, pues, ha supuesto un retroceso de cinco años en la economía catalana. Junto con el PIB, Aragonès ve como toma el mando de una región en la que la demanda interna cayó un 9,5%, las exportaciones descendieron un 11,5% y el consumo extranjero hizo lo propio en un 80,1%. El déficit de la Generalitat alcanzó el 0,35% del PIB en 2020, mejorando desde el 0,62%, mientras que su abultada deuda se situó en 79.119 millones, ligeramente por encima de 2019. Sin medidas anunciadas por el nuevo Govern, la última previsión oficial habla de un crecimiento de la economía catalana de entre el 4,5% y el 7,7% gracias a la recuperación parcial de la demanda externa y el consumo.

Sin nuevos Presupuestos con los que ampliar recursos, la Generalitat confía en los fondos extraordinarios estatales y europeos destinados a la recuperación postpandemia. Y es que las cuentas de la administración catalana de 2020, elaboradas con criterios prepandemia, se debieron adaptar para encajar el gasto de 3.826 millones generado por el virus, y quedan obsoletas para afrontar el resto de retos económicos de esta legislatura.

Los próximos presupuestos deben permitir un mayor gasto público y, si cumplen las promesas realizadas estas últimas fechas por Aragonès y el resto del Govern, destinar más recursos para sanidad y cultura, así como seguir movilizando fondos para ayudar a los sectores golpeados por la pandemia. Los esfuerzos del consejero de Economía, Jaume Giró, desde este mes de junio, se centrarán en elaborar las cuentas de 2022, según anunció en el Parlament el jueves.

Desde el PSC, Salvador Illa reclama unas cuentas actualizadas a la mayor brevedad, prestándose a negociarlas. Sin embargo, un pacto con ERC para los presupuestos significaría dinamitar los acuerdos que sustentan el Ejecutivo actual. Según las primeras informaciones, el Govern priorizará los apoyos de Junts y la CUP para las nuevas cuentas por ser los aliados para la investidura. La misión será difícil, pues los ideales económicos de las tres formaciones son muy distintos en fondo y forma, abarcando desde el anticapitalismo de la CUP al liberalismo de una parte de Junts.

Alrededor de los presupuestos deberán girar el resto de retos económicos a los que se enfrenta el nuevo ejecutivo catalán: la recuperación económica y del turismo, el debate sobre la ampliación del Aeropuerto de Barcelona y otros desarrollos de infraestructuras, la transición ecológica, el desempleo y crisis industriales como la de Nissan. En lo referente al aeropuerto, con empresarios y entidades económicas apretando y Ada Colau y la CUP en contra, el Govern ha optado por proponer una mesa de negociación para concretar el plan. Aena propone invertir 1.700 millones en una obra que crearía 350.000 empleos entre directos e indirectos. Puestos de trabajo que serían muy positivos en un contexto en el que 481.817 catalanes están en paro, una cifra que sería mayor si no hubiera miles de trabajadores en Erte. Cataluña registró en enero el mayor aumento del desempleo en dicho mes desde 2013, aunque los últimos tres meses ha mejorado registros. Con todo, Andalucía la superó en mayo como la comunidad con más autónomos de España.

El Govern de Aragonès deberá también reactivar el turismo, que aporta el 12% del PIB en Cataluña y el año pasado perdió 25.500 millones, impulsando de nuevo la llegada de visitantes nacionales e internacionales y el calendario congresual y ferial de la región, tan importante por el elevado impacto de ferias como el Mobile World Congress. La Generalitat ha pospuesto hasta octubre el aumento de la tasa turística que preveían los presupuestos de 2020, pero el Ayuntamiento de Barcelona aplica desde este 1 de junio un recargo municipal para el impuesto diario que pagan los turistas.

Asimismo, el sector de las energías renovables está en vilo por el acuerdo entre ERC y la CUP para una moratoria mientras redactan una Ley de Transición Energética.

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