La fiscalidad es, y sobre todo será, una de las grandes prioridades políticas de los próximos meses y años. Tocará pagar los estímulos sin precedentes que se están adoptando para superar el batacazo provocado por el covid-19, sobre todo en Europa y en EEUU. Las economías desarrolladas intentarán por fin este verano cerrar un acuerdo en la OCDE en los dos frentes que más preocupan: un suelo mínimo para la fiscalidad global, para evitar la erosión fiscal, y un nuevo impuesto para las multinacionales del mundo digital.
El Parlamento Europeo respaldó este esfuerzo, que ha ganado impulso tras la propuesta de EEUU de introducir una tasa mínima del impuesto de sociedades del 21% a nivel global, cubriendo también a las empresas digitales allí donde operan. De esta manera, Washington quiere unificar las dos vías de trabajo de la OCDE con una sola iniciativa.
La resolución adoptada por los eurodiputados este jueves da la bienvenida a la propuesta estadounidense. La Eurocámara subraya la necesidad de establecer un tipo impositivo mínimo efectivo en un "nivel justo y suficiente" para evitar la transferencia de beneficios y evitar una competencia fiscal perjudicial.
Sin embargo, la resolución del Parlamento también señala que la UE debería ir preparando su plan B. con la elaboración de su propuesta para crear un impuesto a las empresas digitales. Por eso, pide a la Comisión que tenga listo para mediados de este año el borrador para crear la conocida como la 'tasa Google', con diferentes escenarios tanto si se logra el acuerdo en la OCDE o no.
La UE estuvo a punto de adoptar una tasa digital en marzo de 2019, pero la oposición de cuatro países tumbó la iniciativa. En parte, porque los críticos preferían esperar a lograr un acuerdo internacional en la OCDE. Desde entonces, han sido varios los socios europeos que han desarrollado su propia 'tasa Google', incluida España.
"Último intento"
"Aunque este problema se resuelve mejor a nivel internacional, este debe ser el último intento: o hay un acuerdo para el verano en la OCDE o la UE debe adoptar su propia estrategia. No podemos sentarnos para siempre y confiar en el nivel internacional", comentó el eurodiputado liberal checo Martin Hlaváek, uno de los ponentes de la posición de la Eurocámara.
Aunque el Parlamento Europeo no tiene competencias en materia de fiscalidad, la propuesta de la Administración Biden de un tipo mínimo global del 21% también ha sido respaldada por las grandes economías europeas. Los ministros de Finanzas de Francia y Alemania, Bruno Le Maire y Olaf Scholz, se han mostrado abiertos a respaldar la propuesta de Washington. Scholz dijo el pasado martes que era "bastante optimista" con la posibilidad de que finalmente se pueda lograr un acuerdo este verano en el seno de la OCDE, prometiendo "poner fin a la carrera a la baja que vemos hoy en la fiscalidad internacional de las empresas".