El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, presentó este jueves durante la sesión conjunta del Congreso y el Senado la última fase de sus propuestas económicas al cumplirse los 100 primeros días de su gobierno. El inquilino de la Casa Blanca, que ya logró aprobar un paquete de estímulo por valor de 1,9 billones de dólares a finales de marzo, busca un gasto adicional por 4 billones de dólares con su Plan de Empleo Americano y el Plan de las Familias Americanas.
"Heredé una nación en crisis. La peor pandemia en un siglo. La peor crisis económica desde la Gran Depresión. El peor ataque a nuestra democracia desde la Guerra Civil", reconoció el demócrata. Sin embargo, bajo su mandato, aseguró que "EEUU está de nuevo en movimiento", convirtiendo la crisis en una oportunidad.
De esta forma Biden señaló cómo la mayor economía del mundo está creando cientos de miles de empleos y "ofreciendo resultados reales" que abren nuevas oportunidades y garantizan la equidad y la justicia. "Tenemos que demostrar que la democracia y nuestro gobierno todavía funcionan y pueden cumplir con la gente", aseguró.
El mandatario utilizó su intervención en el Capitolio para resaltar su ambiciosa agenda económica. Su Plan de Empleo Americano dijo dirigiéndose a aquellos que han quedado atrás y han sido olvidados en una economía que cambia rápidamente "es un plan para construir América". En este sentido citó a los economistas que consideran que su propuesta de inversión añadirá millones de empleos y generará billones de dólares en crecimiento en los próximos años.
"La clase media construyó este país. Y los sindicatos construyeron la clase media"
Además aseguró que estos puestos de trabajo bien remunerados no podrán ser subcontratados y el 90% de los mismos no requieren un título universitario. Biden aprovechó para reconocer que "Wall Street no construyó este país" (en referencia a EEUU). "La clase media construyó este país. Y los sindicatos construyeron la clase media", añadió.
El Plan de las Familias Americanas: 1,8 billones de dólares
Precisamente, el demócrata aprovechó su discurso para presentar su Plan de las Familias Americanas, que aboga por un nuevo gasto de 1 billón de dólares en la próxima década en busca principalmente de una educación preescolar universal y ayudas al cuidado de los niños de bajos ingresos. También se ambicionan dos años gratuitos de universidad comunitaria y la creación de un programa nacional de bajas médicas y familiares remuneradas.
Este programa también incluye créditos fiscales por valor de 800.000 millones de dólares, aunque esto refleja principalmente la de la asistencia sanitaria temporal que se aprobó en el Plan de Rescate y una prórroga de cuatro años de la bonificación fiscal por hijo, que asciende hasta los 3.600 dólares anuales para los niños menores de 6 años.
Para financiar ese gasto, Biden propone aumentar los impuestos a los estadounidenses que ganen más de 400.000 dólares. En este sentido se incrementará de nuevo hasta el 39,6% desde el 37% el impuesto sobre la renta. Al mismo tiempo, aquellos que generen más de un millón de dólares al año (el 0,3% ciento más alto de todos los hogares estadounidenses) verán cómo las plusvalías se contabilizan como ingresos convencionales dado que se quiere duplicar el impuesto sobre las ganancias de capital desde el 20% actual hasta el 39,6%.
De esta forma aquellos que ingresen más de un millón de dólares podrían llegar contar con una tasa del 43,4%, dado que no se retirará la actual tasa del 3,8% sobre los ingresos por inversión para financiar programas sanitarios, como el Medicare, que pesa sobre las rentas superiores a los 400.000 dólares. Si a ello añadimos los impuestos que imponen los propios estados, el impuesto estatal y federal combinado a las plusvalías podría alcanzar el 52,22% para los neoyorquinos y el 56,7% para los californianos.
"Somos escépticos de que el Congreso apruebe finalmente un impuesto sobre las plusvalías igual o superior al tipo marginal superior del impuesto sobre la renta y creemos que es más probable un tipo cercano al 30%" avisa Andrew Hollenhorst, economista jefe de Citi. Su homólogo en Goldman Sachs, Jan Hatzius, ya avisó la semana pasada que el objetivo de Biden de incrementar el impuesto de las ganancias de capital quedaría limitado al 28% aproximadamente.
Más medidas para financiar el gasto
Entre otras medidas fiscales, Biden pidió al Congreso que cierre la brecha fiscal que pesa sobre los intereses transferidos, de modo que los socios de los fondos de cobertura paguen los tipos ordinarios sobre sus ingresos "como cualquier otro trabajador", señaló la Casa Blanca. Paralelamente, se busca poner fin a la exención fiscal especial para el sector inmobiliario -que permite a los inversores inmobiliarios aplazar la tributación cuando intercambian propiedades- para las ganancias superiores a 500.000 dólares,
El plan también proporciona 80.000 millones de dólares de dólares para el Servicio de Ingresos Interno (IRS, por sus siglas en inglés y el equivalente al Ministerio de Hacienda en España) que, según el demócrata, permitirá recaudar hasta 700.000 millones de dólares en 10 años gracias a una mejor aplicación de la ley tributaria a este lado del Atlántico.
Si bien estas proyecciones deben tratarse con cierto escepticismo, es cierto que el presupuesto del IRS se ha reducido en un 20% en términos reales durante la última década y las estimaciones sugieren que la "brecha fiscal" tiene un valor de al menos 400.000 millones de dólares al año.
Al igual que las propuestas de infraestructura del Plan de Empleo Americano presentado a comienzos de este mes y cuya factura asciende hasta los 2,25 billones de dólares, el Plan de las Familias Americanas constituiría una expansión fiscal relativamente modesta.
Suponiendo que el impacto se distribuya uniformemente a lo largo de la próxima década, los 1,8 billones de dólares de gasto y créditos fiscales tendrían un valor de 180.000 millones de dólares anuales. En la práctica, el aumento de aproximadamente 400.000 millones de dólares de la desgravación fiscal por hijo se produciría en los próximos cuatro años pero probablemente su efecto se verá lastrado por otros programas de gasto que tardarán en ponerse en marcha.
"Con la compensación derivada de las subidas de impuestos se recaudarán 1,5 billones de dólares en 10 años, lo que supone un impulso fiscal neto de 30.000 millones de dólares al año, es decir, sólo el 0,1% del PIB", concluye Andrew Hunter, economista de Capital Economics. Por su parte Hollenhorst se muestra escéptico de que Biden logre pasar los 4 billones de dólares en gasto combinado de su Plan de Empleo Americano y el Plan de Familias Americanas dada la composición actual del Senado y la Cámara de Representantes.
En estos momentos, el resultado más probable sigue siendo que los demócratas intenten aprobar conjuntamente ambas iniciativas utilizando la conciliación de presupuesto que, pese a la confusión sobre las reglas del Senado, seguramente no pueda utilizarse hasta que el arranque del año fiscal 2022 que comenzará en octubre.