El Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia que el Gobierno enviará a Bruselas este mes recoge varias reformas en el mercado laboral enfocadas a crear "empleo de calidad". Una de ellas propone la simplificación de los tipos de contratos en España reduciéndolos a tres para evitar dualidades.
El documento de más de 200 páginas incluye un capítulo sobre el mercado de trabajo que incluye los planes del Gobierno para reducir la temporalidad, el desempleo estructural y el desempleo juvenil para colocar al país en la media europea. "La reducción de la dualidad supone el elemento fundamental para alinear el mercado laboral español con los más avanzados de nuestro entorno, reforzar la inversión en capital humano y reducir la precariedad y las brechas sociales", expone.
Así, el Ejecutivo propone ante Bruselas la simplificación de los tipos de contratos a tres: uno estable para el conjunto de las actividades, otro temporal para las que tengan esa naturaleza y un tercero de formación o prácticas para la inserción en el mercado laboral. Con esta medida, sobre la que no aporta más detalles, el Gobierno busca promover la estabilidad en el empleo "asegurando que los contratos temporales responden a la naturaleza del trabajo y con un marco adecuado para la formación".
Como apoyo a lo anterior, el Gobierno apuesta por crear un mecanismo permanente para la formación y recualificación de trabajadores en procesos de ajuste empresarial, tanto de carácter transitorio ante caídas de demanda significativas, como estructural ante procesos de reconversión sectorial que exijan la adaptación de los trabajadores o la transición hacia otro tipo de trabajos o sectores.
Tras la experiencia de la pandemia con los expedientes de regulación temporal de empleo (Erte), el mecanismo de formación y recualificación se crearía como instrumento permanente de ajuste interno de las empresas, alternativo a la alta temporalidad y al desempleo "que actúe como amortiguador de la extremada volatilidad del mercado de trabajo español y se oriente a la formación y recualificación de los trabajadores (reskilling y upskilling), asegurando de esta manera un marco macroeconómico más estable", apunta el documento.
Estas reformas se negociarían de forma paralela a las medidas que el Gobierno considera más urgentes: asegurar la formación y empleabilidad de los colectivos más afectados por la pandemia para reducir los casi cuatro millones de desempleados, especialmente en lo referente al paro juvenil, donde España es líder en Europa.
De ahí, que según el documento, los esfuerzos en el primer semestre del Plan de choque se destinarán a combatir el desempleo juvenil, la modernización de las políticas activas de empleo (en base a la propuesta de la autoridad independiente de responsabilidad fiscal, Airef, sobre incentivos a la contratación), la digitalización y modernización del Servicio de Empleo Público Estatal (SEPE) para mejorar su eficacia y al establecimiento de un mecanismo transitorio de Ertes hasta finales de 2021 que impulse la reincorporación de los trabajadores.
Las reformas de mayor calado y, de primeras, de más difícil consenso, como es la modernización de la negociación colectiva, sobre la que el documento no aporta más detalles, se abordarían más adelante.
En este marco, el Gobierno también destaca la importancia de seguir apostando por el diálogo social. Así, el Gobierno recuerda "los amplios acuerdos" logrados, más allá de los Erte, en el ámbito del teletrabajo -con una ley en vigor desde el 13 de octubre de 2020- y la más reciente regulación de los trabajadores de reparto de las plataformas digitales (riders) y apuesta por revisar la regulación de las subcontratas y lograr una adecuada articulación de las condiciones aplicables al trabajo por cuenta ajena y por cuenta propia (autónomos).