
Hasta la fecha, el debate sobre la inflación se ha centrado en EEUU, donde el Gobierno ha puesto en marcha planes de estímulo billonarios, pese a que la recesión ha sido mucho más pequeña que en Europa. Sin embargo, el economista alemán Hans-Werner Sinn cree que es Europa quién puede sufrir una inflación mucho más alta, porque en el Viejo Continente la creación de dinero en los últimos años ha sido superior a la de EEUU. Además, el elevado nivel de deuda de los países y la adicción a los estímulos deja al Banco Central Europeo (BCE) sin freno para poner coto a la inflación.
Werner Sinn es profesor de Economía en la Universidad de Múnich y expresidente del instituto Ifo de Alemania. Este economista alemán no deja indiferente a nadie con sus opiniones (muchas veces criticando a los países de la periferia de Europa) y razonamientos y esta vez no será diferente. En un artículo publicado en Project Syndicate, Sinn comenta que "el debate internacional ha estado curiosamente centrado en EEUU. Son pocos los que han considerado los peligros inflacionarios particulares que se asoman en la Eurozona, donde la base monetaria ha aumentado en los últimos años a un nivel muy superior al de Estados Unidos, en relación a la producción económica anual".
Este economista explica que en enero de 2021, este ratio, conocido como coeficiente de tenencia de efectivo en la economía, era del 43% en la Eurozona, casi el doble del 24% registrado en EEUU. Por el contrario, cuando comenzó la crisis financiera mundial en 2008, las cifras eran casi idénticas: 12% y 11%, respectivamente.
Políticas monetarias sin precedentes
Desde la crisis de 2008 hasta ahora, el BCE ha llevado a cabo políticas monetarias sin precedentes, basadas en la inyección de liquidez y reservas a cambio de bonos. Estas operaciones se realizan incrementando la base monetaria, que en la zona euro ha aumentado a aproximadamente 3,5 veces desde entonces, mientras que en EEUU se ha duplicado. "En consecuencia, de la base monetaria total es de 5 billones de euros registrada por el Banco Central Europeo en enero, cerca de las tres cuartas partes (72%), o 3,6 billones de euros, es un mero exceso de dinero que no es realmente necesario para las transacciones".
Por el momento, este exceso de dinero no puede causar inflación, porque los tipos de interés a corto y largo plazo están cerca del 0% y la economía se encuentra actualmente en una trampa de liquidez. De hecho, este dinero extra lo están acumulando principalmente los bancos, en lugar de circular en la economía en general. Ahora mismo, las entidades no encuentran oportunidades suficientes para prestar todo ese dinero y hacer negocio.
Pero, ¿qué pasaría si la economía sale de su letargo? Este experto cree que las fuerzas pueden ser incontrolables para un BCE que deberá mantener los tipos bajos aunque suba la inflación, puesto que de otra forma muchos países endeudados hasta las cejas tendrían serios problemas para devolver sus deudas. Si la economía empieza a crecer, todos esos euros podrían abandonar la caja fuerte y convertirse en consumo, desatando una espiral inflacionista con un BCE atado de pies y manos.
"Una fuente clave de los temores inflacionarios es la expectativa de que, una vez que las vacunas superen la pandemia del covid-19, la demanda reprimida explotará en una orgía de consumo. Además, los programas gubernamentales de rescate sin precedentes de hoy en día tendrán poderosos efectos multiplicadores inflacionarios", asegura el economista alemán.
"Si la economía se recupera y el estímulo fiscal acelera la demanda reprimida, una gran cantidad de crédito bancario podría surgir repentinamente del dinero del banco central. El crecimiento de los precios comenzará a acelerarse y el BCE tendrá muchas dificultades para pararlo sin contar con un un freno de inflación en funcionamiento".
"La resistencia política a cualquier a revertir estas compras de activos es ahora tan grande que se puede suponer que no tendrá lugar en el futuro previsible. De hecho, cualquier venta de este tipo destruiría el valor de mercado de estos activos, lo que obligaría a los bancos, que todavía tienen muchos activos similares en sus balances, a registrar enormes pérdidas por depreciación. Si comenzara esta recuperación, las burbujas creadas por la política de tipos de interés cero del BCE (que representa una gran parte del capital social de los bancos en la actualidad) estallarían, desencadenando una ola de quiebras", asegura Sinn.
"Además, los países mediterráneos de la Unión Europea, cuya deuda ha alcanzado niveles exorbitantes, tendrían enormes dificultades para asumir una nueva deuda y renovar sus pasivos existentes. Desde este punto de vista, el Eurosistema estaría expuesto a la falta de un freno real a la inflación cuando importa", sentencia el economista alemán.