
La economía España ha sufrido la mayor recesión de todo el euro en 2020. El desplome del producto interior bruto (PIB) ha sido del 11%, la mayor caída desde 1936. Este retroceso de la actividad ha devuelto la 'riqueza anual' de los españoles a niveles de 2014 (en términos reales o sin inflación) o de 2015 si se tienen en cuenta el efecto de los precios. España crece con fuerza durante los ciclos expansivos de la economía (1994-2007 o 2014-2019), pero cada crisis parece acercar a la economía a la casilla de salida, impidiendo la convergencia con los países más avanzados de la zona euro.
Los datos preliminares publicados por Eurostat, la agencia de estadística de Bruselas, muestran que el PIB per cápita real de España en 2020 (el trocito de producción o PIB al que toca cada español) ha caído a 22.300 euros, niveles de 2014-2015. Si se analiza a través del PIB a precios de mercado o precios corrientes (tiene en cuenta la inflación, también suma al PIB nominal), cada español toca 23.640 euros, niveles de 2015-2016. En el PIB a precios corrientes no sólo se suma el aumento de la producción real (cuántos bienes y servicios se están produciendo más cada año), sino que también se suma cuánto han subido sus precios.

Por su parte, el PIB agregado, el valor monetario de la suma de todos los bienes y servicios producidos en España, queda en 2020 en 1,119 billones de euros, niveles muy similares a los de 2016. ¿Cómo puede ser que el PIB agregado caiga a niveles de 2016 y el PIB per cápita retroceda a 2015? La clave está en la población, que ha aumentado cerca de un millón de personas desde entonces, pasando de 46,3 a 47,3 millones. De modo que hoy hay que repartir una economía del mismo tamaño que la de 2016 entre un millón de personas más.
Caída del PIB y más población
De este modo, la combinación de una caída del PIB junto al crecimiento de la población ha provocado que el PIB per cápita sufra un descenso del 11,6% anual en 2020, superior al 11% del PIB agregado. Aunque la pandemia del covid ha supuesto la muerte de miles de personas, España tiene más habitantes en 2020 que en 2019. El aumento de la población extranjera en casi 100.000 personas ha compensando el incremento de la mortalidad y la caída de la natalidad registrada durante el primer semestre de 2020 por la pandemia, según datos del INE, que mantienen la población en España en casi 47,4 millones de personas.
Por eso, los economistas prefieren usar el PIB per cápita, que aunque no es perfecto ni mucho menos, suele reflejar una imagen más real del bienestar de la población. El PIB total puede ser muy grande en países muy poblados (China o India), pero al dividir ese PIB entre cada persona sale un resultado muy diferente.
Una comparación con 2008
Aunque la caída de la actividad de 2020 no tiene parangón, es cierto que España sufre mucho durante las recesiones. Por ejemplo durante la anterior crisis (2009-2013), el PIB se contrajo algo más de un 8% en el periodo de esos cinco años, que estuvieron protagonizados por la crisis financiera global y el estallido de la burbuja inmobiliaria en España en 2009, y la crisis de deuda soberana posterior (2011-2013) y los problemas en el sector de la vivienda que también se extendieron hasta esas fechas.
En este contexto de crisis, la el PIB per cápita a precios corrientes tocó suelo en 2013, situándose en 21.900 euros, niveles que no se veían desde 2004-2005. Desde 2014, la economía fue recuperando terreno, apoyada en el turismo y en los últimos años en una demanda interna sólida, sostenida por la creación de empleo. Sin embargo, la crisis del covid-19 ha dejado muy tocado al turismo y otras ramas del sector servicios muy importantes en España como la hostelería y el transporte. Esto a su vez supone un lastre para el empleo y, por ende, para la demanda interna. Lo que deja a España en una posición de desventaja con el resto de la zona euro.

Aunque los datos de PIB en la zona euro han sido malos, el cómputo anual muestra una panorámica muy diferente a la de España. Desde CaixaBank Research comentan en una nota que en el cómputo anual de 2020 el PIB de la Eurozona cayó un 6,8% tras el fuerte impacto de la pandemia, una caída muy superior a la que ocurrió en 2009 (-4,5%). Sin embargo, la caída de la actividad ha sido dispar entre los principales países europeos: el PIB cayó un 5,3% en 2020 en Alemania, un 8,3% en Francia, un 11% en España y un 8,9% en Italia. Esta disparidad se debió a la diferente estructura de la economía en cada país y a las medidas de contención y de apoyo económico que tomaron los diferentes gobiernos.
¿Por qué España sale tan mal parada de esta crisis y otras anteriores? Son muchos los factores y variables que entran en juego: un sistema productivo orientado hacía las ramas de menor valor añadido del sector servicios, un mercado laboral precario e intensivo en temporalidad, una productividad muy baja, escasa inversión en I+D, un sistema educativo mediocre... y en 2020, además, una peor gestión de la crisis del covid-19 y un menor margen fiscal pueden haber jugado en contra... esta es la situación de España.