Economía

La economía europea se acerca a un "punto de no retorno" a medida que se prolongan los tipos de interés negativos

  • Cuanto más tiempo pasa más complicado es volver a subir los tipos de interés
  • La economía se hace cada vez más dependiente del dinero barato y los estímulos
  • "Contribuye a un mayor endeudamiento y una asignación incorrecta de los recursos"

Tras la crisis financiera de 2008, algunas economías avanzadas, entre ellas la zona euro, se adentraron en el mundo de los tipos de interés negativos. La idea era sobrepasar esta frontera de forma temporal en un intento por estimular el consumo y la inversión, y volver a la 'normalidad' monetaria. Sin embargo, las regiones que cruzaron la frontera no han vuelto al mundo de la 'normalidad', quedando atascadas en un entorno de tipos de interés muy bajos que a medida que se prolonga acerca a la economía a un punto de no retorno. Entrar en el mundo de los tipos negativos fue fácil, lo difícil ahora es salir de él sin rasguños.

CNB: "Un período prolongado de tipos de interés bajos puede conducir a un punto sin retorno, al contribuir a un mayor endeudamiento, a precios de activos sobrevalorados y riesgos infravalorados, una asignación incorrecta de los recursos y menor productividad"

Esta es una de las conclusiones a las que llega el Banco Nacional Checo (CNB por sus siglas en checo y en inglés) en un trabajo en el que estudia las consecuencias no intencionadas de mantener unos tipos de interés bajos durante demasiado tiempo. Este riesgo afecta a varios países/regiones (entre ellas la zona euro) que han probado los tipos de interés negativos o tipos cero. 

El estudio muestra que ocho bancos centrales europeos y Japón ya se encontraban inmersos en los tipos de interés negativos en 2019 (antes de la pandemia del covid-19). Las principales razones y objetivos para implementar una política de tipos de interés negativos difieren entre los bancos centrales afectados. Algunos de ellos buscan la estabilidad de precios (como el BCE), otros la estabilidad del tipo de cambio y unos cuantos simplemente siguen la política del BCE, porque sus divisas están ancladas al tipo de cambio del euro.

El caso esta política de tipos de interés negativos se prolonga ya más de seis años en la zona euro y Suiza, y ocho años en Dinamarca. Además, tras la crisis del covid-19 la situación podría prolongarse aún más como ha señalado el Fondo Monetario Internacional recientemente en un trabajo titulado 'Low for Longer', en el que reconocen que "la pandemia ha llevado a los bancos centrales a reducir los tipos de interés a niveles históricamente bajos y a que las políticas monetarias no convencionales sean cada vez más comunes".

Efectos no deseados de los tipos negativos

Esta convencionalidad de lo no convencional puede tener consecuencias negativas para la economía, según advierten los economistas checos Simona Malovaná, Josef Bajzík, Dominika Ehrenbergerová y Jan Jank. Más allá del debilitamiento de los bancos, la excesiva toma de riesgos (en busca de rentabilidad)... que se han comentado tantas veces, esto expertos subrayan otra amenaza derivada de todas las anteriores: la dificultad de volver a la normalidad, es decir, a unos tipos de interés nominales positivos.

"Un período prolongado de tipos de interés bajos puede conducir a una situación en la que resulte costoso normalizar la política monetaria. Un período prolongado de tipos de interés bajos puede crear vulnerabilidades financieras o aumentarlas a niveles tales que una reversión de la orientación de la política monetaria generaría riesgos para la estabilidad financiera", explican estos expertos.

Unos tipos de interés muy bajos permiten que grandes cantidades de deuda sean sostenibles reduciendo el coste del servicio de las mismas. Esto puede ayudar a que las economías salgan de algún bache en momentos puntuales, pero si esta política se prolonga, unos tipos de interés bajos pueden incentivar a los agentes a endeudarse aún más (por el bajo coste) en lugar de equilibrar sus cuentas, mientras que los inversores toman más riesgos en un intento por obtener rentabilidad. Ambas situaciones aumentan las vulnerabilidades financieras.

El trabajo del CNB señala, precisamente, entre estos riegos un endeudamiento elevado, unas cargas excesivas del servicio de la deuda y la reducción de las primas de plazo y riesgo, que pueden estar distorsionando los mercados. "El alto endeudamiento y la carga excesiva del servicio de la deuda hacen que las economías sean más sensibles a los aumentos de los tipos de interés, especialmente si se combinan con una alta proporción de préstamos a tipos de interés variables". La falta de acción para reducir estos desequilibrios durante los ciclos expansivos se puede deber en parte a las políticas de tipos negativos o bajos tipos de interés, que reducen la urgencia para aminorar los niveles de deuda.

"Un período prolongado de tipos de interés bajos puede conducir a la economía a un punto sin retorno, al contribuir a un mayor endeudamiento, a precios de activos sobrevalorados, riesgos infravalorados, una asignación incorrecta de los recursos y una menor productividad", sostienen los economistas del CNB.

Las políticas monetarias no convencionales llevadas a cabo por el Banco Central Europeo, por ejemplo, han minimizado el coste de la deuda y comprimido las primas de riesgo entre países. Esto ha generado cierta condescendencia y tolerancia con la deuda, que en el corto plazo ha dejado de ser vista como un problema, lo que a su vez a podido retrasar las medidas necesarias para que muchos países reduzcan su apalancamiento para ampliar el margen fiscal de cara a la siguiente recesión. Esto ha ocurrido. La crisis del covid-19 ha llegado más de diez años después de la anterior, pero muchos países aún tenían niveles de deuda cercanos al 100% del PIB. Subir los tipos de interés en una economía tan endeudada y con tantas vulnerabilidades no es una opción.

"Desde la Gran Recesión, tanto el stock crediticio como la relación deuda sobre PIB del sector público y privado han aumentado o se han mantenido elevados en muchos países europeos. Algunos de los países que registraron un aumento significativo del endeudamiento también han experimentado una alto crecimiento en la proporción de nuevos préstamos otorgados a tipos de interés variables o períodos de fijación de tipos de interés muy cortos, aumentando su sensibilidad a los tipos de interés", argumentan estos economistas.

La proporción del total de préstamos nuevos con tipos de interés variables ha estado estos años por encima del 50% en la zona del euro. En Suecia, España e Italia, la proporción es aún mayor, entre el 75% y el 80%, según revelan desde el CNB. Todo ello hace que la economía sea cada vez más dependiente de unos tipos de interés bajos, puesto que un endurecimiento de las condiciones financieras tendría un impacto importante sobre el consumo y la inversión de los hogares.

Cuanto más tiempo pasa parece es más difícil revertir una política monetaria muy expansiva por el daño que puede causar en la economía. Sin embargo, cronificar los tipos negativos o bajos, además de todo lo anterior, fomenta la supervivencia de empresas poco rentables y que no contribuyen a la productividad de la región ni al empleo de calidad. "Se crea así un círculo vicioso de tipos de interés bajos, bancos débiles y empresas zombis, que empujan aún más los márgenes y los precios de las empresas. Incluso las empresas débiles pueden financiarse a un precio increíblemente bajo, lo que les permite sobrevivir".

"El resultado es una 'zombificación' gradual de la economía, que conduce a un círculo vicioso: las tipos bajos conducen a un aumento en la proporción de bancos débiles, que tienen un mayor incentivo para apoyar a las empresas zombis (evitar reconocer pérdidas en el balance). Todo esto conduce a un exceso de capacidad y una presión a la baja sobre los márgenes y los precios.

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