La situación epidemiológica y el retraso en la administración de las vacunas contra el coronavirus Covid-19 dejan a la economía española y europea al borde de la doble contracción. El consenso de analistas nacionales e internacionales asume ya, tras los datos del último trimestre de 2020, que el Producto Interior Bruto (PIB) caerá de nuevo durante el primer trimestre de 2021. La última en sumarse a esta previsión ha sido la presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde. "Los datos económicos entrantes, las encuestas y los indicadores de alta frecuencia sugieren que los rebrotes de la pandemia y la intensificación de las medidas de contención probablemente hayan llevado a una disminución de la actividad en el cuarto trimestre de 2020 y también se espera que influyan en la actividad en el primer trimestre de este año", señaló en su última intervención.
Los últimos indicadores del BCE muestran que la economía de la eurozona volvió a contraerse durante el último trimestre de 2020. En sus previsiones de diciembre, el supervisor esperaba una contracción del PIB de la zona euro del 7,3% en 2020, seguido de un rebote del 3,9% en 2021 y una aceleración del ritmo de crecimiento hasta el 4,2% un año después. Sin embargo, Lagarde ha alertado de que las expectativas han empeorado, "condenando a la eurozona a una doble recesión".
España tumba las previsiones
En España, los indicadores reflejan un escenario aún peor. El Gobierno publicó este viernes la cifra de crecimiento del PIB en el último trimestre de 2020 como cierre de la evolución del pasado ejercicio. El país creció solo un 0,4% en el trimestre, pese a que las previsiones del Ejecutivo apuntaban a un 2%. Además, los datos de Contabilidad Nacional apuntan a una subida histórica del gasto público del 4%, que apenas ha servido para contener la caída.
Por otra parte, España aún destruye empresas pese a todas las medidas de contención de la Administración. Según los datos de la Seguridad Social en los códigos de cuenta de cotización (CCC), el mes de octubre eliminó a 98.925 empresas respecto al mismo periodo del año anterior.

El Banco de España (BdE) ha lanzado una nueva encuesta para conocer el impacto de la crisis del coronavirus en las empresas españoles. El informe señala que el 48,5% de las empresas encuestadas ha declarado que han observado un descenso de su facturación en el cuarto trimestre de 2020 con respecto al tercero y el 23,9% lo describe como una disminución de "magnitud significativa", al tiempo que el 45,9% señala que espera una disminución adicional de su facturación en el primer trimestre de 2021.
El supervisor avisa de que los descensos de la facturación en todas las ramas superiores a los del trimestre anterior reflejarían "un cierto deterioro de la economía tras el fuerte repunte observado en el período inmediatamente posterior a la desescalada". El empeoramiento de la actividad de las empresas tiene también reflejo en la disminución de los precios de venta de sus productos cuya evolución presiona ahora a la baja los márgenes de beneficio.
El economista jefe de Tressis AM, Daniel Lacalle, subraya que "el principal problema es que la situación en el sector privado es absolutamente devastadora". Lacalle explica que los indicadores de crecimiento se van a ver afectados mucho por "un enorme aumento" del gasto público. "En muchos casos, la Administración se está orientando a hablar de la doble recesión con el objetivo de decir luego que los países la han evitado, puesto que técnicamente quizá no haya dos trimestres consecutivos de decrecimiento". A su juicio, "lo que sí demuestra que no hemos salido de esta rueda es la situación de las empresas". Las previsiones que maneja Lacalle para el primer trimestre de 2021 es que el crecimiento se quede en torno al 0%.
Cae la actividad
A nivel europeo, los primeros datos económicos de enero -como son los PMI, que miden la actividad en el sector servicios y manufacturero- muestran un deterioro preocupante en el sector terciario. En el mes de enero, el dato preliminar de este indicador adelantado se situó en 47,5 puntos, frente a los 49,1 del mes de diciembre, lo que supone la peor lectura del PMI compuesto en los dos últimos meses, después de que el PMI del sector servicios cayera a 45 puntos desde los 46,4 del mes anterior, mientras que el índice del sector manufacturero frenó su expansión a 54,7 puntos, frente a los 55,2 de diciembre.
"Cada vez parece más inevitable que la economía de la zona euro sufra una recesión de doble caída", comenta el economista jefe de IHS Markit, Chris Williamson, ante el continuado impacto adverso de las nuevas restricciones por el Covid-19 en la actividad de las empresas en el mes de enero, particularmente en el sector servicios.
Los responsables de la encuesta PMI subrayaron el carácter generalizado del deterioro de la actividad en la eurozona, con una caída de la actividad en Alemania hasta mínimos desde el comienzo de la reactivación en julio de 2020, pero aún dentro de territorio expansivo, con 50,8 puntos, frente a los 52 de diciembre, mientras que en Francia y el resto de la zona euro el PMI ha retrocedido a 47 puntos desde los 49,5 de diciembre, dentro del terreno recesivo.
El economista Javier Santacruz coincide con la mayoría de analistas y cree que "es bastante probable" un escenario de doble recesión. "El primer trimestre será de caídas y es difícil que sea positivo", argumenta.
Mercado laboral
El mercado laboral español registró en 2020 una subida del paro de 527.900 personas, lo que supone un 16,5% más que en 2019, y un retroceso de la ocupación de 622.600 trabajadores (-3,1%), reflejando en ambos casos los peores datos anuales de la EPA desde el año 2012. La tasa del paro a fin de 2020 se sitúa, por tanto, en el 16,13%.
Por otra parte, en enero volvió a reducirse el nivel de empleo en la zona euro, ampliando a once meses consecutivos el ajuste laboral, aunque se observaron incrementos modestos de la contratación en Francia y Alemania, lo que ha ayudado a frenar la tasa de declive hasta su mínimo desde el comienzo de la pandemia, con recortes de empleo tanto en el sector servicios como en las manufacturas.
Las expectativas de las empresas respecto de la actividad en los próximos doce meses se han deteriorado en enero por la preocupación sobre la persistencia del impacto de la pandemia en la demanda.