
Los costes no salariales para los empresarios crecieron casi un 15% en el segundo trimestre del año, tal y como arroja la encuesta de Costes Laborales publicada este jueves por el INE. Se trata de un fuerte repunte de este concepto concreto de percepciones no salariales que responden a aquellas retribuciones percibidas por el trabajador no por el desarrollo de su actividad laboral sino como compensación de gastos ocasionados por la ejecución del trabajo o para cubrir necesidades o situaciones de inactividad no imputables al trabajador. Y que en nuestro país está altamente afectado por las bajas temporales, indemnizaciones por despido o pagos por desempleo causados por el impacto de la pandemia en la economía y en el mercado laboral. Cabe recordar que entre el primer y el segundo trimestre de 2020 el número de inactivos creció en un millón de personas en nuestro país tras el confinamiento y el estado de alarma impuesto para atajar la crisis sanitaria.
Sin embargo, la misma moneda pero en su cara opuesta muestra el impacto en otros conceptos de gasto para el empleador que a raíz de esta destrucción de empleo en los últimos meses han visto como el agregado costes por empleado disminuyó en entre los meses de abril y junio un 8,3%, registrando su mayor caída en 20 años, mientras que el imputable directamente a la nómina de los trabajadores se redujo un 9,4% en el mismo periodo. Concretamente, de media este coste pasa de 1.992,18 a 1.804,08 euros por trabajador y mes, mientras que si se excluye el factor variable de los salarios (pagos extraordinarios y atrasados) este desciende en un 11,0%.
El organismo ha atribuido esta caída del coste laboral a la situación sobrevenida con la declaración del estado de alarma, que suspendió de forma temporal diversas actividades económicas, especialmente durante los meses de abril y mayo. Así, Estadística explica que los trabajadores afectados por este cierre temporal acogidos a expedientes de regulación temporal de empleo (Ertes), pese a formar parte de la plantilla de sus empresas, no son remunerados con salarios sino con prestaciones aportadas directamente por el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) y, en algunos casos, complementadas por las propias empresas. Además, las cotizaciones sociales a cargo de los empleadores de estos trabajadores están exoneradas en su mayor parte.
Los otros costes también no salariales por empleado disminuyeron un 5,0%, siendo su principal componente, las cotizaciones obligatorias a la Seguridad Social, que decrecen un 7,1%. En la variación de las percepciones no salariales destaca el aumento del coste por los complementos de la incapacidad temporal, del desempleo parcial y de las otras prestaciones sociales directas, así como la disminución de las indemnizaciones por despido y de las otras percepciones no salariales (indemnizaciones por fin de contrato, pagos compensatorios, pequeño utillaje, ropa de trabajo, selección de personal, etc.), tal y como se ha mencionado, creciendo un 14,9%. El coste laboral por hora también crece un 11,9% debido al descenso en el número de horas efectivas de trabajo (-18,1%) provocado por la Covid-19 y la declaración del estado de alarma.
La Industria reduce más el coste
En cuanto a los diferentes sectores de actividad, la Industria muestra el mayor descenso del coste laboral y salarial este trimestre, un -9,6% y -11,6%, respectivamente, mientras que presenta la menor bajada de los otros costes, debido al aumento de las percepciones no salariales. La Construcción registra el menor descenso del coste laboral total (-5,8%) y del coste salarial (-5,5%), y el mayor de los otros costes. En los Servicios el coste laboral total baja un 8,2% en tasa anual. En este sector los principales componentes del coste se quedan en una situación intermedia respecto a los otros sectores. El hecho de que el decrecimiento del salario ordinario (-10,9%) sea mayor al del salario total (-9,2%) en todos los sectores se debe al aumento de los pagos atrasados.
Atendiendo a los componentes del coste laboral por trabajador, y de forma similar al coste laboral, el crecimiento del coste salarial es mayor en industrias extractivas, suministro de energía eléctrica, gas, vapor y aire acondicionado y administración pública y defensa; Seguridad Social obligatoria. Por su parte, hostelería, actividades artísticas, recreativas y de entretenimiento y transporte y almacenamiento registran los mayores descensos. En lo que se refiere a los otros costes, las secciones que tienen los mayores incrementos son industrias extractivas, actividades sanitarias y de servicios sociales y administración pública y defensa; Seguridad Social obligatoria, mientras que las tasas más bajas se dan en hostelería, actividades artísticas, recreativas y de entretenimiento y comercio al por mayor y al por menor; reparación de vehículos de motor y motocicletas.
Por regiones, el coste laboral en Comunidad de Madrid y País Vasco supera en más de 400 euros la media nacional. En Canarias e Islas Baleares dicho coste es inferior a la media en la misma cantidad. El coste laboral desciende en todas las comunidades autónomas. Comunidad Foral de Navarra, Región de Murcia y Comunidad de Madrid presentan los menores descensos. Por el contrario, Islas Baleares, Canarias y Cataluña registran las mayores bajadas.
Además, durante el segundo trimestre de 2020 la jornada semanal media pactada, considerando conjuntamente tiempo completo y tiempo parcial, fue de 34,4 horas. De ellas se perdieron 10 horas a la semana, de las cuales 5,2 horas no se trabajaron por razones técnicas, económicas, organizativas, de producción y/o fuerza mayor, incluyendo aquí el tiempo no trabajado de los trabajadores afectados por Ertes.
También el coste laboral por hora efectiva subió un 11,9% en tasa anual en el segundo trimestre debido al menor número de horas trabajadas por la pandemia del coronavirus y la declaración del estado de alarma. Por su parte, el coste laboral por hora pagada bajó un 8,6% en el segundo trimestre dado que el 99,1% de las horas no trabajadas son remuneradas (incluyendo las de Ertes).