Economía

Unai Sordo: "No se trata de derogar la reforma laboral para volver al año 2009"

  • "Me tengo que fiar del programa del Gobierno, de lo que me cuentan"
El Secretario General de CCOO, Unai Sordo. Nacho Martín
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Unai Sordo nos recibió este lunes en su despacho mientras su sindicato CCOO negociaba la renovación de los Ertes. A Sordo le ha sorprendido la oferta que ha puesto el Gobierno en la mesa. Sobre la reforma laboral, considera que las posiciones ya están "muy trilladas" y ahora corresponde al Gobierno legislar. Aunque preferiría que hubiese un acuerdo previo.

¿Qué prevé para este otoño?

Dependerá de cómo evolucione la pandemia. Por otro lado, es previsible que algunas actividades ligadas al turismo sigan sufriendo que no vengan extranjeros y seguramente habrá empresas tentadas de reducción de plantillas. Por eso hay que seguir tomando medidas como la ampliación de los Ertes, que sigan las líneas de liquidez y preparar un plan de reactivación económica pensando en el año que viene.

Siguen en Erte unas 800.000 personas. ¿No se da ya una resistencia a la reincorporación?

Sigue habiendo una parte del tejido que no se ha recuperado, pero lo hará cuando mejore la situación sanitaria. La duda es cuántas de esas empresas tienen músculo financiero para resistir. Hay puede estar algo más de la mitad de las personas en Erte. Luego, se está especulando con la existencia de empresas zombie que ya no van a abrir. Y pueden existir, pero no creo que sea lo dominante. Y luego tenemos los Ertes de rebrote para empresas que habían recuperado cierta actividad, pero se han vuelto a venir abajo.

¿Les ha sorprendido la posición de dureza del Gobierno en esta última negociación de los Erte?

Decimos al Gobierno que la sectorialización no sirve. No se pueden determinar una serie de CNAE y decir que las empresas de esos sectores se acogen y el resto no. La economía no funciona así. El Gobierno nos trasladó a priori [en Palma de Mallorca] que estaba de acuerdo en nuestra posición y quiero pensar que siguen en esas. Cierto que en Palma parecía que estaba más abierta la posición, y ahora hay que verlo. Pero si hay una posición rígida por parte del Gobierno, el acuerdo está muy complicado. Y hablo del Gobierno, no de un ministerio o dos. Y, aunque no aparece en ningún documento, me sorprende que se empiece a especular con que a los trabajadores se les rebaje la prestación al 60% de la base reguladora. Si es así, la solución es muy fácil: derogar la reforma del desempleo de 2013. Tiene un coste de 920 millones de euros al año, pero hay que asumirlo. Si el Gobierno nos plantea el 60% en la negociación de los Ertes vamos a enfatizar que hay que derogar toda la reforma del desempleo de 2013. Aunque nuestra posición es mantener el 70%.

"Si hay una posición rígida con la sectorialización, el acuerdo está muy complicado"

¿También han planteado acabar con el 'contador a cero'?

Hay que ver exactamente de qué están hablando. No contemplo que se modifiquen las condiciones de los trabajadores que se acojan a los Ertes en los próximos meses. En este momento tampoco contemplamos la reducción de elementos que conseguimos para incentivar el uso de los Ertes. Como estoy convencido de que CEOE no va a ceder en la reducción de la exoneraciones de las cotizaciones sociales, porque si desaparecen o son muy bajas, las empresas van a dejar de tener un incentivo para continuar con el Erte, porque les saldría más barato despedir. Nosotros también sabemos que sin exoneraciones el Erte deja de funcionar.

Se habla de negociar un futuro Erte similar al alemán. ¿Se incluiría dentro de las negociaciones de la reforma laboral?

Habría que hacerlo en dos tiempos. Una primera parte que tiene que ver con la agenda que conocemos que se vienen discutiendo desde los tiempos de Magdalena Valerio y que aparece en el Plan Nacional Normativo. Lo que tiene que ver con la negociación colectiva, con la prevalencia del convenio de empresa, la subcontratación, con la ultraactividad y con la modificación de condiciones de inaplicación sin intervención sindical. Yo creo que este primer paquete hay que resolverlo porque si no puede acelerar el proceso de devaluación salarial en la última parte del año. Y luego hay una segunda parte que tiene que ver con la contratación y el despido y algunas cosas pendientes de la modificación sustancial de condiciones de trabajo que conviene no precipitarse, porque tocar eso con 700.000 trabajadores en Erte tiene su punto de temeridad.

¿Cómo se debería abordar esta segunda parte de la negociación?

Hay que ligar la discusión del desmontaje de esa parte de la reforma laboral con nuevas alternativas como la de los Ertes. No se trata de derogar para volver al 2009, sino para modernizar el modelo laboral. Para hacerlo menos precario, más equilibrado y conseguir que el despido sea la última opción que tiene la empresa. Y entendemos que esto requiere de otros tiempos, porque no es fácil de negociar Requiere una visión más estratégica que no se va a conseguir en tres semanas, ni en tres meses si me apura. Incluiría también una negociación sobre los servicios de empleo o el Estatuto de los Trabajadores. Es más multifacética y requiere más poso.

Para la primera, ¿qué plazos hay?

Puede ser cuestión de semanas, porque está más que trillado. La hemos abordado con Magdalena Valerio y con este Gobierno en enero. A primeros de marzo, con acuerdo o sin él, teníamos claro que no podía pasar de ese mes porque era darle vueltas a lo mismo. Tiene todo el sentido que el Gobierno mueva pieza; me gustaría que fuera con acuerdo de la CEOE, pero lo veo complicado. Qué hay que volver a ponerlo sobre la mesa; pues estoy de acuerdo, pero con una negociación resolutiva. Y no tiene que dar miedo, porque no va a destruir empleo, ni generar rigideces insoportables. Si hay un acuerdo, estupendo, y si no, el Gobierno tiene que legislar y buscar una mayoría parlamentaria.

"La tensión política seguirá mientras siga la tentación de pensar que la Legislatura revienta en cuatro días"

¿Cree que lo hará el Gobierno?

Me tengo que fiar del programa del Gobierno, de lo que a mí me cuentan y en lo que ha aparecido en el Plan Nacional Normativo. No tiene sentido incluir esta parte de la reforma laboral para lo que queda de año y luego dejarlo en vía muerta.

¿Cree que hay que poner plazo al Pacto de Toledo?

Debería moverse rápido, pues cuanto antes demos certidumbre sobre las pensiones, mejor. Los trabajos deberían estar avanzados y se trata de rehacer las conclusiones de la anterior Legislatura que se quedaron en vía muerta. Mejor cuanto antes haya conclusiones, se abra la mesa de diálogo social, se derogue la reforma de 2013 y veamos los marcos de financiación.

¿Pero se ha cambiado el marco político sobre la anterior legislatura?

Hay dos cambios fundamentales. La llegada de Vox y la entrada de Unidas Podemos en el Gobierno. Con sus tiras y aflojas, los partidos deberían armar una propuesta compartida, de otro modo no sería muy comprensible. Vox tiene la pinta de que no va a jugar en el consenso; tampoco pasa nada, porque parece que no apoya el sistema público de pensiones por lo que ha dicho. Pero al margen, yo creo que es posible que cierren las conclusiones.

¿Cree que los políticos, sin distingos, están a la altura de unas circunstancias como las actuales?

No me gusta hablar de los políticos en general. Hay actitudes muy distintas ante este momento político. Por no hacer una visión destructiva de cómo se está comportando algún partido, lo diré en positivo. Necesitamos grandes pactos de Estado en estos momentos y uno es fundamental: en el cómo se canalizan los recursos europeos que deben formar el núcleo duro de ese plan de reconstrucción Se debe huir del viejo esquema de poner una ristra de peticiones para fondos y que cada uno, en un plano territorial o sectorial, haga su lista a ver 'que me cae'. Debería ir de otra cosa, de identificar las necesidades transversales que tiene España para impulsar los 15 o 20 sectores que puedan tener un mayor futuro en un cambio productivo que necesitamos.

¿Cómo habría que abordarlo?

Habría que tener esa perspectiva y que el Gobierno no se vaya a dedicar a dar fondos de aquí para allá. Me gustaría que la política estuviese a la altura de definir algo así. Pero la política está en el regate corto, unos más que otros. Sería bueno que se asumiese que hay un gobierno que tiene pinta de durar la Legislatura y que es de coalición. Y a partir de asumirlo, cada uno en su papel de Gobierno y de oposición empiecen a pensar en el país. Mientras esté la tentación de pensar que esta Legislatura revienta en cuatro días, seguiremos en esta política de regate en corto, de tacticismo permanente. Como sindicato esta situación me preocupa mucho. Espero que el ejemplo que hemos dado desde el diálogo social pueda cristalizar... Aunque no soy optimista.

"Con que cara vamos a Bruselas y decimos que no tenemos acuerdos. Nos sacan cantares"

Desde ese ejemplo del diálogo social, ¿han hecho intentos por acercar al Gobierno y a la oposición?

En la medida que interlocutamos con los partidos políticos, estas reflexiones se las hacemos. Y a priori, sin una cámara delante, todo el mundo te dice que tienes razón. Nosotros no somos quienes para decir a nadie lo que tiene que hacer, pero sí para exigir estar a la altura de las necesidades del país.

¿No se podrán aplicar los fondos UE si no hay nuevos Presupuestos?

Las transferencias y los créditos se van a canalizar, no porque haya presupuestos, sino porque haya proyectos compatibles con lo que ha exigido la UE. Pero son la palanca de canalización idónea de esos recursos. Además es una cuestión de fiabilidad política: con qué cara va España, no el Gobierno, tras la batalla que ha habido en Europa, diciendo que han sido incapaces de un consenso. Nos sacan cantares.

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