
El propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, lo reconocía ayer en una entrevista radiofónica: "La absorción de los recursos del fondo europeo se ve comprometida si no se aprueban los Presupuestos Generales del Estado". Y es que rubricar unas nuevas Cuentas es más imprescindible que nunca de cara a 2021, ya que los 140.000 millones de euros que Bruselas ha asignado a España para luchar contra los efectos económicos de la pandemia requieren como contrapartida que los estados miembros presenten a la UE cifras reales y proyecciones concretas de todas las variables macroeconómicas y líneas de actuación: inversiones, sector exterior, recursos públicos. Además, se necesita que los nuevos Presupuestos recojan objetivos prioritarios para la UE como la transformación digital o la agenda verde cuyo impulso reforzado se vería dificultado si se produjese una nueva prórroga presupuestaria, igual de debilitante desde el punto de vista económico como desde el punto de vista político para cualquier Gobierno.
Por ello, el jefe del Ejecutivo ha lanzado su gran ofensiva para sacar unas nuevas Cuentas para 2021 y soltar al fin amarras con las aprobadas por el exministro del Gobierno del PP, Cristóbal Montoro, para el ejercicio 2018. De ahí que se rodeara este lunes de los primeros espadas del empresariado, patronales y sindicatos, y miembros destacados de la sociedad civil en un macroevento para pedir unidad y, a través de ese acto y esa petición, elevar la presión sobre todos los grupos parlamentarios, especialmente sobre el PP, y afear implícitamente así la negativa de los de Pablo Casado a apoyar unos Presupuestos de un Gobierno con presencia de Podemos, pero, al fin y al cabo, unos Presupuestos para la reconstrucción ante la crisis humana, social y económica más incierta de la historia moderna.
Como explican fuentes próximas al Gobierno a elEconomista, la canalización de los 140.000 millones de euros que la UE ha asignado a España para mitigar los efectos de la pandemia -parte en créditos, parte a fondo perdido- requiere de la confección de unas nuevas Cuentas. Aunque técnica y jurídicamente no sería imposible drenar esos fondos europeos si no se lograr aprobar unos nuevos Presupuestos, explican, lo cierto es que ese sería el peor escenario, ya que el reparto de los fondos se encontraría con múltiples trabas y rigideces ya que el Gobierno español tendría que cuadrar un complicado sudoku con las Administraciones Públicas, con las autonomías y sus propios Presupuestos regionales, así como con los ayuntamientos. Algo a lo que no ayudarían nada unos Presupuestos desfasados y ajenos al impacto de la crisis sanitaria en el tejido productivo, y al singular momento económico, radicalmente distinto al que deparó las Cuentas del PP prorrogadas, una coyuntura, la actual, que además demanda incrementos de partidas de gasto derivados del escudo social de sostenimiento de rentas en un entorno en el que se permite una mayor flexibilidad con el déficit público a la que Bruselas no va a poner pegas, ya que el Pacto de Estabilidad y Crecimiento está suspendido hasta, al menos, 2022.
No lograr apoyos a los Presupuestos sería nocivo, además, desde el punto de vista político, para un Sánchez que este mismo lunes garantizaba a la gran empresa que agotará la legislatura porque implicaría una debilidad del Gobierno de coalición difícil de defender tanto de puertas adentro como en Europa.
Por eso, el presidente ha puesto toda la artillería del inicio del curso político en granjear apoyos a los Presupuestos, bajo el pretexto de una unidad frente al virus indeclinable para todos de cara a las urnas, y afeando de este modo cualquier rechazo, lo que deja un gravoso lastre parlamentario al PP si persiste en su negativa, que habrá de vivir en el Hemiciclo reiterados reproches de los diputados de los partidos de coalición.
La determinación de Sánchez para atar al precio que sea unos Presupuestos para 2021 que convenzan a Europa es tal que hasta se ha plegado a condiciones de su socio de coalición, Unidas Podemos, para perfilar las líneas maestras de un borrador presupuestario antes de negociar con el PP y con Ciudadanos, ante la amenaza de la formación morada, el pasado viernes, de rechazar cualquier proyecto pactado con Cs.
Así, a las 18h de la tarde del lunes se reunían en el caserón de Alcalá, sede del Ministerio de Hacienda, la portavoz y ministra del ramo, María Jesús Montero, y el secretario de Estado de Derechos Sociales, Nacho Álvarez. Al cierre de esta edición, Moncloa comunicó que los mimbres del proyecto dibujan unos Presupuestos esenciales para garantizar la recuperación económica y social tras la pandemia y para orientar la economía española hacia un crecimiento más inclusivo, más digital y que garantice una transición ecológica justa. Estos mismos ejes destacó la titular de Hacienda horas antes en Consejo de Ministros, cuando mostró la misma determinación que Sánchez y recordó a Podemos la necesidad de aprobar unas Cuentas.