Economía

De la 'tragedia' de la construcción a la de la hostelería: los pilares del empleo se tambalean en cada crisis

  • La hostelería y el turismo habían sido unos de los motores de creación de empleo
  • En 2008 la crisis afectó a la construcción y a las actividades financieras
  • Las regiones que más afiliación relativa pierden son Baleares y Canarias

El mercado laboral español se caracteriza por destruir mucho más empleo que el del resto países europeos cada vez que una crisis golpea a la economía europeo o global. Un modelo productivo intensivo en sectores de bajo valor añadido, una mercado de trabajo precario, con excesivo protagonismo del empleo temporal, un marco laboral disfuncional que protege a unos trabajadores mucho más que a otros, unas políticas activas de empleo deficientes o mala suerte en ocasiones.

Mientras que en la crisis de 2008 la economía española acumulaba grandes desequilibrios y debilidades que quedaron a la luz con el estallido de la crisis financiera global, en esta ocasión la economía nacional mostraba un mayor equilibrio, con superávit exterior, una mayor diversificación y un sector exportador con más peso. Sin embargo, el covid-19 y sus características son un torpedo directo en la línea de flotación del mercado laboral español. El sector servicios y, más concretamente, la hostelería y el turismo están sufriendo el grueso de la destrucción de empleo, tomando el relevo de la construcción en 2008.

Esto deja una futuro un tanto oscuro para el tejido productivo y, por ende, para el mercado laboral español, que a falta de un milagro en forma de vacuna, parece condenado a transformarse para sobrevivir. Una ardua tarea que no se puede ejecutar de la noche a la mañana y que requiere desde un cambio en la educación hasta algunas modificaciones en el sistema impositivo y el marco laboral. Aquí la 'receta' del Banco de España.

En el primer trimestre de 2008, los ocupados en el sector servicios sumaban algo más de 13 millones, mientras que en la construcción había  2,7 millones de trabajadores. En el último trimestre de 2019, el sector servicios superaba los 15 millones de ocupados, y la construcción apenas los 1,2 millones. Los pilares de la economía en España se tambalean en cada crisis lo que pone en peligro el empleo, sobre todo de los trabajadores más jóvenes y con una menor formación, que son los que suelen ocupar ese tipo de trabajos más precarios. 

En 2020, los sectores más afectados fueron aquellos en los que la posibilidad de realizar tareas en remoto es muy limitada (inferior al 26%): la hostelería, la construcción (en mucha menor medida) y las actividades artísticas y administrativas. En particular la variación de la afiliación en la hostelería entre febrero y mayo fue de un -17%. En 2008, la construcción y en menor medida las ramas industriales y financieras se vieron más afectadas. Por el contrario, la hostelería acusó menos el golpe.

El confinamiento para frenar la propagación del covid-19 ha destruido alrededor de un millón de afiliados a la Seguridad social entre febrero y mayo, una cifra similar a la que se produjo en la crisis de 2008 (entre agosto de ese año y marzo de 2009). Sin embargo, mientras que en 2008 el sector de la construcción fue el sufrió el mayor destrozo, en esta crisis el turismo se está llevando la peor parte con diferencia. 

La hostelería y el comercio sufren grandes pérdidas de afliliación
Baleares y Canarias lideran la caída en la afiliación

No obstante, el documento deja en evidencia que, tanto en 2008 como en 2020, las Comunidades Autónomas del sur y del este han sido las más afectadas, aunque la crisis del covid-19 ha golpeado especialmente a Baleares.

En concreto, Canarias y el Levante fueron las zonas más afectadas durante 2008, y Baleares, Andalucía y Galicia han sufrido un impacto relativo mayor durante la crisis del coronavirus.

No obstante, las medidas adoptadas en esta ocasión han permitido un impacto en la afiliación menor al observado en el PIB. Las islas y Cataluña han presentado el mayor número de afiliados en Erte o con prestación extraordinaria para autónomos, lo que evidencia que la caída de cotizantes en estas regiones podría haber sido mayor.

Por su parte, Extremadura y Murcia han sido las comunidades donde el recurso a esos instrumentos para salvaguardar el empleo ha sido menor. Esto en parte se debe al mejor comportamiento relativo de estas regiones, que presentan unos modelos productivos más resistentes a la crisis del covid-19. La actividad económica cayó más del doble en la región más castigada (Baleares) respecto a la comunidad que mejor ha soportado el golpe (Extremadura). Se observa un patrón claro, las regiones con un mayor número de ocupados en la industria y la agricultura están resistiendo mucho mejor, que las más dependientes de los servicios y, dentro de estos, el turismo. De no resolverse el problema, el mercado laboral se resentirá y algunas regiones que no acostumbran a liderar la tasa de paro en España podrían comenzar a hacerlo, sin que ello suponga que las que lo lideran en la actualidad (Andalucía o Extremadura) mejoren sus datos.

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