
El Gobierno ya tiene entre manos el borrador con el texto normativo que regulará el teletrabajo. Dos son las principales novedades que componen el nuevo marco para esta modalidad de empleo: los trabajadores que se encuentren deslocalizados de la oficina podrán negociar su horario con el empleador -con excepciones y siempre y cuando se cumplan unos requisitos- y, por otro lado, la empresa deberá cargar con todos los costes que cause el empleado durante su actividad en el domicilio, o fuera de la oficina.
Estas serían las dos principales novedades que se incorporarían a este modo de trabajo, según los datos avanzados por El País. No en vano, se trataría de un borrador por lo que el texto aún deberá ser consensuado con los agentes sociales y después habrá de pasar los trámites del Congreso y el Senado.
El trabajador "podrá alterar el horario de prestación de servicios establecido respetando la normativa sobre tiempo de trabajo y de descanso". No obstante, esta libertad no es absoluta porque la propia norma fija una excepción clara: que el acuerdo preceptivo fije "los tiempos de disponibilidad absoluta obligatoria o los límites que al respecto se hubieran podido establecer", incluiría el texto.
Escepticismo empresarial
Sobre estas medidas que se abordarán en próximos días en la Mesa de Diálogo Social, el presidente de CEOE, Antonio Garamendi, advirtió que si no se plantea bien la regulación del teletrabajo en España, puede suponer la destrucción de empleo. Indicó que el teletrabajo es una "buena herramienta si no nos la comprimen y si no la destrozan" y que "como hagan eso, el problema es que habrá menos empleo en España".
"Si se pretenden meter rigideces desde el punto de vista de costes y accidente laboral, en vez de utilizar el teletrabajo como arma potente, porque lo es, yo creo que sería un error", añadió.
En este sentido, el presidente de la patronal, que dijo desconocer el proyecto legislativo que quiere aprobar el Gobierno, apuntó que debido al confinamiento todas las empresas han aprendido "muchísimo" acerca del teletrabajo y se ha avanzado en tres meses lo que se prevía en cinco años, pasando de un 5% de empleados teletrabajando a uno de cada tres en la actualidad.
No obstante, insistió en que con este tema hay que tener "mucho cuidado". "Está muy bien como complemento para plateamientos de conciliación, pero como se plantee como una rigidez, podemos tener un gran problema, el mundo empezará a hablar de productividad y no de horas trabajadas", advirtió.
Asimismo, afirmó que una empresa también necesita el "trato humano", la "cercanía" de conocer a los clientes, incluso dentro de la propia empresa, conocer mejor a la plantilla. "Como empecemos a vernos en la tele, es un problema para la unidad de la empresa y para ir en la misma dirección", aseguró.
Cabe recordar, sobre uno de los puntos que aborda esta norma, que España es el país más retrasado a la hora de establecer una regulación que precise qué gastos debe asumir la empresa y cuáles el trabajador en el nuevo escenario de teletrabajo masivo tras la crisis del coronavirus Covid-19. El teletrabajo ha sido históricamente una actividad casi residual en España. El estallido de la crisis vírica obligó a las empresas a mandar a sus empleados a trabajar desde casa, y a descubrir sobre la marcha las ventajas y defectos del trabajo a distancia.