
España ha formalizado la candidatura de Nadia Calviño a la Presidencia del Eurogrupo, unas horas antes del vencimiento del plazo, este jueves a las 18 horas. La vicepresidenta tiene opciones de ganar la carrera por el puesto que dejó vacante Mario Centeno, al salir del Gobierno luso el pasado 10 de junio. El próximo 9 de julio los miembros del cónclave de los ministros de la eurozona elegirán a su líder, que necesitará el respaldo de 10 de sus 12 miembros. De ser elegida, la presencia simultánea de Calviño en el Ejecutivo español y en el comité de ministros económicos europeos imprimiría, según los analistas, algunos cambios cualitativos en la acción de Gobierno y en la posición española en Europa.
Pero, ¿qué cambiaría para España con Calviño al frente del cónclave ministerial?
Básicamente, y según los expertos consultados por elEconomista, la ministra se convertiría en una suerte de dique de contención frente a las políticas económicas populistas que defiende la facción podemita del Gobierno, y en una adalid de la ortodoxia presupuestaria. De hecho, en las últimas semanas, ya se percibe un giro moderado en el seno del Gobierno, al tender la mano a pactos transversales con los populares y tras constatarse cómo algunas de las aspiraciones de Podemos se han caído de las propuestas que este jueves debate la Comisión de Reconstrucción.
No resulta verosímil que la representante de la gestión económica de España encabezase el Eurogrupo sin un proyecto presupuestario para 2021, uno de los lastres para lograr el puesto, y con un plan de acción que incluya medidas populistas mal vistas por Bruselas. Por ello, su postulación para el puesto resulta una salvaguarda para que la hoja de ruta económica discurra por los cauces de la ortodoxia que ella siempre ha defendido, con especial ahínco en Consejos de Ministros clave en la gestión de la pandemia.
En este sentido se pronuncia el profesor de Finanzas Juan Fernando Robles: "La obtención de la presidencia del Eurogrupo vincula más al Gobierno con las decisiones del citado órgano"
Si bien su agenda sería sustancialmente más complicada que en la actualidad, la vicepresidenta supondría, además, un sólido seguro para que España encare el camino a la recuperación de la crisis vírica con énfasis en las prioridades que marca la Unión Europea en el marco del futuro plan de reconstrucción, aducen las mismas fuentes. Y en tal sentido se pronunció recientemente la titular española de Economía, al apostar, ante la Comisión de Reconstrucción del Congreso, por una hoja de ruta basada en garantizar la liquidez; apoyar a las empresas, facilitando trámites y eliminando barreras; impulsar la innovación y las startups; proteger el empleo y reforzar sectores clave como el turismo, la automoción y el comercio.
La Presidencia española del Eurogrupo sería un dique de contención a las medidas más populistas de la facción podemita del Gobierno
Pero, sin duda, el mayor factor diferencial lo marcarán los designios de Calviño sobre las líneas maestras de los próximos Presupuestos Generales del Estado, que previsiblemente encaminará hacia una mayor prudencia y moderación, ante su eventual doble papel como responsable de Economía y líder del Eurogrupo, que le otorgaría una autoritas superior dentro del Consejo de Ministros y un papel que podría identificarse con el de una embajadora preventiva de la vigilancia europea, encargada de verificar que las medidas y reformas que adopte en España el Gobierno al que pertenece transiten en el sentido querido por las instituciones comunitarias.
Ese doble rol, según las mismas fuentes, remontaría a la vicepresidenta tercera a una superioridad adicional sobre otros vicepresidentes a la hora de dirimir disputas sobre política económica.
Llegue o no a relevar a Centeno, en cualquier caso ya España debe encaminarse a presentar unos Presupuestos convincentes a Bruselas. Y no parece parece casual que, justo hoy, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, abriera la puerta el día siguiente al anuncio de la salida de Centeno, ante el Congreso de los Diputados, a recortes del gasto público dada la fuerte caída del PIB, que el FMI recalculó este miércoles en el 12,8 por ciento para España, la mayor del mundo, junto con la de Italia.
De ganar Calviño la carrera del Eurogrupo, se recompondrían previsiblemente las fuerzas dentro del Gabinete económico de Pedro Sánchez, al tener la vicepresidenta un mayor ascendente para decantar decisiones sobre eventuales medidas de política económica 'creativas' que quiera impulsar el ala más escorada a la izquierda del Ejecutivo.
También esa preeminencia española en la institución supondría un contrapeso en la sempiterna lucha entre esas dos Europas siempre contrapuestas bajo los clichés del Norte y el Sur, justo en un momento en que los llamados Cuatro Frugales (Holanda, Austria, Suecia y Dinamarca) han reforzado su ofensiva por evitar que cualquier instrumento para la reconstrucción implique una mutualización de la deuda.
El eurodiputado de Cs Luis Garicano, celebró nada más conocer la salida de Centeno, que figuras españolas de amplia trayectoria, como Luis de Guindos y José Manuel Campa ocupen la vicepresidencia y presidencia, respectivamente del Banco Central Europeo y la Autoridad Bancaria Europea y descarta que el hecho de que Calviño accediera a la presidencia de la reunión de los ministros de Finanzas de la eurozona le pudiera distraer de sus prioridades en el Gobierno en España. "Son tareas que se pueden compaginar perfectamente", zanjó Garicano.
Eso sí, aún queda por saber quiénes serán finalmente sus contrincantes y los apoyos que pueden granjearse en función de los pesos de sus partidos en la arena parlamentaria europea. El irlandés Paschal Donohoe tiene en su haber el relanzamiento del 'tigre celta' tras haber transitado por un rescate y los únicos impedimentos, de formalizar su candidatura, es el 'timing' político: el proceso de elección del Eurogrupo, coincide con la formación de Gobierno en Irlanda. Y queda aún en el aire la candidatura del luxemburgués Pierre Gramegna, que ya se postuló en otra ocasión para el puesto. Comienza la cuenta atrás.