Economía

Trump carga contra la tasa digital y complica el fondo de ayuda europeo

  • Riesgo arancelario cuando la UE necesita tributos para financiar su plan
  • La Comisión avisa que reaccionará en bloque ante imposiciones de aranceles
El presidente de los Estados Unidos de América, Donald Trump. Reuters
Bruselas/ Nueva Yorkicon-related

El gran estímulo ideado por la Comisión Europea para sacar a la economía del bloque de la peor recesión de su historia se ha topado con un nuevo obstáculo: EEUU ha recuperado su cruzada contra el impuesto a las multinacionales que ofrecen servicios digitales, precisamente uno de los recursos que quieren usar los europeos para financiar su fondo para la recuperación de 750.000 millones de euros. Además, la nueva embestida de la Administración estadounidense reaviva las tensiones comerciales y el riesgo de nuevos aranceles, justo cuando Europa sufre la recesión más profunda en casi un siglo.

La pandemia y las revueltas sociales en ciudades de EEUU no han sido obstáculo para que la Administración de Donald Trump avance en su intento por castigar con aranceles a los países, entre ellos España, que planeen o hayan aprobado de forma unilateral la tasa Google. Así, Washington pasó esta semana de las meras amenazas a emprender oficialmente una investigación contra España, Austria, Brasil, República Checa, la UE, India, Indonesia, Italia, Turquía y Reino Unido bajo el auspicio de la Sección 301 de la Ley de Comercio de 1974, usada también para justificar parte de los gravámenes aplicados a productos chinos.

La tasa digital forma parte de la media docena de impuestos que tiene sobre la mesa la Comisión para financiar el enorme endeudamiento que buscará en los mercados. También baraja un impuesto a los plásticos de uso único, la ampliación del mercado de emisiones al sector aéreo y marítimo, un impuesto al CO2 en frontera, e incluso un impuesto a las multinacionales que operen en el mercado interior con ingresos globales superiores a los 750 millones.

La carga de Trump contra el impuesto digital no hará descarrilar el plan de recuperación europeo, pero añade más turbulencias a una discusión que ya era complicada.

La Comisión espera recaudar unos 1.300 millones con la tasa Google, la menor contribución de todo el menú de nuevos gravámenes que tiene en el radar, y con los que espera reunir unos 45.000 millones anualmente. Esta cantidad es muy superior a lo que necesitarían los europeos para pagar el principal y los intereses de los 750.000 millones de deuda que piensan adquirir y devolver en 30 años. Por tanto, la UE podría prescindir de la tasa digital para calmar a EEUU, pero difícilmente lo hará: la apoya una amplia mayoría de países.

La Comisión se ha dado hasta 2027 para lograr un acuerdo sobre este nuevo cóctel impositivo, para empezar a reembolsar la deuda a partir del próximo Presupuesto plurianual que arrancará en 2028. Un margen amplio dada la dificultad para lograr la requerida unanimidad necesaria para aprobar nuevos gravámenes a nivel comunitario. Europa lleva más de una década intentando armonizar las bases imponibles del Impuesto de Sociedades. Y justo la propuesta de la tasa digital para toda la UE encalló por la oposición de los países nórdicos.

El Ejecutivo comunitario reaccionó este miércoles con cautela a la apertura de la investigación. Pero avisó que reaccionará en bloque a cualquier imposición de aranceles. Un portavoz comunitario recordó a elEconomista que la UE está trabajando "duro" en la OCDE para conseguir un acuerdo internacional para gravar los servicios digitales antes de fin de año.

Si no se consigue un acuerdo para entonces, Bruselas relanzará su propuesta de un impuesto digital en la UE. El portavoz subrayó la importancia de que cualquier investigación de EEUU respete las normas del derecho internacional, en particular las de la Organización Mundial del Comercio. Y avisó que en este asunto "la UE reaccionará como una sola". El pasado verano, cuando tuvieron lugar las primeras escaramuzas entre Trump y los europeos a raíz de la tasa digital francesa, Bruselas ya advirtió que reaccionaría de la misma manera si Washington imponía aranceles a productos franceses. EEUU puso en la diana exportaciones francesas por 2.400 millones de dólares, aunque ambas orillas llegaron a una tregua para dar tiempo a la OCDE.

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